El 30 de junio de 2009, el tío Aquiles dijo que quería descansar, que estaba cansado de correr, de forzar y todo esas historias que puede tener un personaje con un nombre tan aburrido. Quince días más tarde, le intentaba convencer para que hiciera algo de ejercicio, que se estaba poniendo fuertecito. Dijo que "bueno, bien, pero solo 50 metros". En ese momento me cagué en la sombra del tío Aquiles. Así, hablando fino y elegante, como cualquier ex-alumno de un cole de curas que se precie.
Hoy, 12 de agosto (faltan trece días para que me regaléis cositas -abstenerse, por tanto, felicitaciones no materiales para decirme abuelaco, viejuno o similar-), después de aguantar las ñoñerías del Aquiles éste tanto tiempo, y viendo que él también estaba empezando a aburrirse conmigo, le propuse salir a rodar. Y ha accedido!!!, es más, no se ha quejado!!! viva viva, ole ole, que suenen las fanfarrias blablabla.
Pues eso, que han sido solo 4 kilometrines (4,45 para ser exactos), casi 25 minutejos y un pulsómetro que ha dado error. Vamos, clarísimo, o ha dado error porque le apetecía o por el desuso o yo que sé, porque ponerse a 180 ppm al kilómetro de empezar, acabar con una media de 174 y tal; vamos, que se ha roto...o no ;p
¿Molestias durante el trote? ninguna; si acaso reseñar que iba con las manos desplegadas por si se me salía el corazón por la boca, para cogerlo al vuelo, que sino luego se te llena de gravilla y puf, es una lata volverlo a meter y tal. El Aquiles, como su primo, el de la derecha -no Rajoy- no ha dado ninguna señal, vamos, que se lo ha pasado bien por ahí bambando. Si acaso una leve en el estiramiento, al ponerme de cunclillas para cargar el gemelo pero vamos, que luego he vuelto a estirar -masoca que es uno- y no he notado nada.
Por tanto, hay que pensar en positivo -como Astarloza- y alegrarnos que, por lo menos, hemos regresado antes que Schumacher.
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