domingo, 26 de marzo de 2017

Trail de Nogueruelas: el de la sudadera cuca

La verdad que, durante la semana la previa, la única preocupación que teníamos era el tiempo que haría. En esos siete días, los pronósticos para Nogueruelas oscilaban entre lluvia, lluvia torrencial, sol con viento, nublado, frío, sol, frío de c*jones...resumiendo, nada que no quepa en 16 macutos. Al final, el viernes ya se atrevieron a pronosticar algo de lluvia leve por la tarde acompañado de una temperatura máxima de ocho grados. Solo que ese mismo viernes daban mucha lluvia y temperatura muy muy baja...¿capítulo de Narcos?

Aunque, como imaginarás, la preocupación no era tal pues iba a ser el mismo viernes a las 21.00 cuando empezaríamos a preparar los trastos. Y a las 21.15 vimos que Nogueruelas estaba algo más lejos y que tocaría levantarse a las 3:30. Buena hora. Poco tráfico. Buenísima hora, sí.

Y a las 5:20 estábamos en Nogueruelas. Y a las 5:25, en el bar. Ahí estaban Vicen, C y S. Bueno, perdón, rectifico, Vicen, C y el 33% de las chicas inscritas. Esperemos que el otro 66% no esté tan motivada como la nuestra, porque si no...ufff.

Tras el café y robar un cartel -llevarnos una mesa, oye, nos parecía exagerado-, nos fuimos a cambiar. Como bolsa del corredor, nos dieron una sudadera pero, como aparcamos en una zona con poca luz y, básicamente, porque íbamos con el tiempo pelado, no hicimos ni pase de modelos ni nada. Vamos, que si la pareja quiere cambiar la talla lo tendrán que dejar para cuando acaben.

Y, visto lo visto, sufrido lo sufrido, cuando llegues a meta a Nogueruelas, lo que menos te va a preocupar es la talla de la sudadera, créeme.

Una vez listos, nos dirigimos a la salida. Bueno y S a por agua. Ya se iba despertando, algo es algo. Vicen me deja los palos un momento para ponerse guapo para las fotos y pienso en no devolvérselos. Ahí estuvo uno de mis fallos, claramente. Decíamos que íbamos a la salida, plenamente concentrados en la carrera, nada más que en la carrera, porque vamos superconcentrados pero C ve un coche con escarcha y yo un pájaro...total, que las primeras palabras que oímos al speaker fueron cinco, cuatro, tres, dos, uno...



Así que esta es la foto más parecida que encontramos de la salida. No sé qué hace M ahí vestido de Capitán América, pero bueno...

Los primeros metros son por el casco urbano de Nogueruelas, flanqueados por antorchas. Afortunadamente, el frío que hace es bastante soportable y no hace falta que nos llevemos una. Lo que es de delito es el olor que sale del horno. Por lo menos es en tramo de bajada, pero eso está en subida y nos paramos ahí todos. Y si no todos, por lo menos cuatro que yo me sé...

Salimos del pueblo, evitamos un charco, subimos por pista, cogemos la senda y la escarcha pasa a ser nieve. Y apenas llevamos un kilómetro. Hace un par de años, cuando lo dejamos en el siete, no vimos nada de nieve. Hoy nos la encontramos nada más salir...pues nada, vamos a pensar en un paisaje muy bucólico y que no sea todo así. O sí, no sé. La verdad que, cuando te quedan 68 kilómetros por delante, hay cosas que mejor no pensar.

Nos quedamos un rato, pensando porqué en la pista la nieve no cuaja y sobre la vegetación sí. Luego nos daremos cuenta que sobre las boñigas también se queda, nada, solo por un poco de información cultural. La teoría del quitanieves gana enteros. Hablando de quitar, ese café inicial igual...así que en el desvío del cinco, yo seguiré recto unos veinte metros a disfrutar de las vistas.



La verdad que el ángulo está muy logrado. Cinco minutos después, tras poner la fotito en dos grupos de wasap y en el tuíter, volvemos al lío. Y del lío volvemos al sitio de marras que nos hemos dejado los guantes. El móvil no se olvida, eso no, mira.

Sigue estando todo muy blanco. Aparecemos en el tramo corrible donde abandonamos hace dos años. Ponemos pues, la música de ElHombreYLaTierra que esto es nuevo. Faltan 63.

Un rato después, Vicen está liberándose de la pesada carga del café. No le espero. Me coge. Un poco más tarde, cogemos a la segunda clasificada y a la segunda pareja mixta. Resumiremos en S y C. La chica va desganada. Se le nota. Se pone a correr y nos deja tirados. Está en ese "modo Sobrarbe" que le gusta tanto a C.

Desvío a la derecha. Se acaba el jijijaja de Nogueruelas. Estamos en el 12. Empieza el trail. Toma rampón. Aquí de las cintas no nos vamos a preocupar mucho. Está todo muy nevado, por tanto, lo único que hay que hacer es seguir las pisadas. O hacer alguna trazada nueva, ampliando el giro para reducir la pendiente. De todos modos, hay tramos que empezamos a subir con mucha elegancia a cuatro patas. Bajamos, avituallamos y, mientras esperamos, nos hacemos una foto con el coche de Protección Civil.


En vistas que no venían, seguimos la marcha. Aprendimos de Vall d'Uxó que hay que comer en todos los avituallamientos, beber y, si tienen prensa, sentarse y leerla si es necesario. En cambio, lo que sí tienen es el perfil hasta el siguiente avituallamiento -lo bueno de Nogueruelas es que el primero está en el 13, pero la distancia entre los demás, nunca será superior a los nueve kilómetros-...en este caso, lo que hay por medio es una subida a La Nevera. Mira por donde, hoy el nombre le queda bastante bien.

Este tramo está muy nevado también. Es curioso el sonido de la nieve al pisarla. O infrecuente. También son curiosas las cosas que piensas cuando ves un tramo en el que hay que subir con una cuerda para salvar un par de metros de desnivel y ver que eres un absoluto inútil en estos menesteres. ¿Y todavía hay un tercio de las chicas de la carrera que quiere que vaya a escalar?, ¿para qué?, ¿para quedarme atascado en el primer ripio?...tras pasar ese tramo y romper una rama con la cabeza (y no sería la única). Pero sin ver cuerdas, sigues pensando lo de la nieve. Y mirando arriba. Y viendo...o mejor, no viendo el cielo. Todavía queda subida, entonces. Entonces, un voluntario -increíble su trabajo hoy, como en todos sitios son lo mejor de la carrera-, te dice que ahora va la subida a La Nevera, que es duro. Pues menudos falsos llanos se gastan en estas zonas...

Empezamos a bajar. Tras una leve caída en la que el teléfono sale indemne, que es lo verdaderamente importante, empezamos a desentendernos de las piedras que no estén cubiertas por nieve...porque están heladas. Otra bajadita más, en la que Camilo Nevot no nos saca del todo mal, y, por arte de magia, aquí se acabó la pasta para paisajes bucólicos de la Diputación de Aragón. Es decir, desaparece la nieve.




Y desaparece la nieve, pero tras una leve mirada por la pista a nuestra izquierda se vislumbra un cortafuegos. Y cuando la senda se desvía a la izquierda, bajas, te ves en un barranco y el desvío ahora pasa a la derecha. El cortafuegos dejas de vislumbrarlo. Lo disfrutas. Exacto, lo subes a cuatro patas. 

Y nos plantamos en el segundo avituallamiento. Va una veintena de kilómetros. Y, a partir de ahora, seremos más breves. Extenderse más es complicado. En este tramo creo que pasaremos a 8 o 9. Es el tramo que más me gustó de la carrera porque, básicamente, era el que mejor estaba. De cajón, vamos. También va a ser el único tramo con una subida, digamos, tendida. Así que, como lo que vende aquí, es hablar de penurias, por arte de magia nos plantamos en el tercer avituallamiento, ya van 30 kilómetros. Solo quedan 40. 

Se ve todo verde. Se ve una pista ahí abajo. Pues vamos a bajar. Cincuenta metros, un par de ciervos cruzan la pista. Menos mal que solo lo he visto yo. Lo llega a ver algún organizador, mete cuatro cintas y nos toca bajar por ahí. 

Luego cogeremos la pista, y una senda para evitar un riachuelo. Muy corrible todo aunque se empiezan a notar los efectos esos que notas cuando llevas treinta kilómetros por el monte. No sé si me explico. De todos modos, la pista se torna ascendiente, un cartel nos desvía a la derecha y lo que se ve me cuesta describirlo con palabras.

Empiezan los kilómetros de quince minutos. Empieza la sucesión de rampones increíbles con porcentajes de dos cifras que ninguna bajará del 22%. Y la que tiene el 22 es porque tiene descansos que le hace bajar el porcentaje. Así que, sin más dilación, les presentamos la primera gran p*tada que hay que superar: un cortafuegos que, en la página de la carrera, hablaba de un 50% de pendiente media. Da igual, hay que subirlo haciendo eses para rebajar la pendiente a un comodísimo 36, 38 o 40, añadiendo, además, la subvención de la Diputación. Está nevado.


Aquí también está Nevado.

Pues eso, volvemos a subir a cuatro patas pero es un recurso que se debe ir eliminando porque se empieza a cargar bastante el antebrazo y no sabría cómo explicar una rampa ahí, la verdad. Así que eso, a cuatro patas, agonizando, heladito...el cuatro patas requiere que la mano se meta en la nieve. Por no decir que se meta en la nieve y luego te claves la zarza o la piedra de rigor que, oh, no sé ni siquiera cómo estoy escribiendo del dolor.

En fin, que pasamos el cortafuegos de los c*jones -me ha salido natural, lo siento-, y vamos a buscar el siguiente avituallamiento, que ya va siendo hora. Insisto, los voluntarios son lo mejor de la carrera, pero también son crueles, ahí estamos nosotros con nuestros Aquarius, plátano...y ellos ahí, preparando las brasas. A cambio, nos llegan a ofrecer incluso cerveza. No es lo mismo, el mal ya está hecho.

Ahora seguiremos bajando. Nogueruelas desde la subida al cortafuegos se convertirá en un diente de sierra que...bueno, ojalá fueran así los dientes de sierra. Ahora toca un tramo descendente con alguna cuesta en pista y nos vamos a buscar Cerro Antona. A éste le ponían un 22% así que eso es un Calicanto de la vida. Haremos pasos cortos y a la marcha. Van cuarenta kilómetros pero, muscularmente, vamos medianamente enteros. En La Vall, hace un mes, por ejemplo, éramos un saco de calambres.

Cerro Antona son dos tramos duros con un tramo intermedio para recuperar (que igual tiene un 10%, pero bueno). En el segundo, volvemos a recuperar las subidas en zeta para reducir la pendiente porque sigue quedando treinta kilómetros, más que nada.

En el avituallamiento estará Paco Calabuig, al que vi brevemente antes del 3, 2, 1 de la salida, todo cuadraba, las sendas de Paco, las famosas PSP, pero esas PSP no son nada comparadas con las de hoy. Ni con las que quedan. Me dirá que él no tiene nada que ver con el recorrido de hoy. Solo me queda decirle que me dan más miedo sus secuaces que él mismo...Por cierto, hay macarrones. El estómago tampoco es que los acepte muy bien, así que medio plato ridículo y al lío.

Otro poco de pista, podemos correr. Eso es bueno. A ver, no nos acercamos a la plasticidad de Gebrselassie -la velocidad por descontado- pero en los tramos llanos, descendentes, nos defendemos. Así que, tras subir el Alto de la Cervera, podremos seguir haciéndolo en un tramo descendente y digo tramo y no senda porque aquí el recorrido pasa a estar marcado por cintas y lo que hay que hacer es ir llegando de cinta a cinta. En las bajadas vale pero en las subidas, ay en las subidas...

A partir de aquí, las subidas van a seguir idéntico patrón: patapum pa'rriba, esto es, coger una elevación y sortearla a la brava, sin senda, siguiendo las cintas que están puestos cada cuatro árboles o la distancia que la cabra viera bien dejarla. El primer patapum (descontados ya el cortafuego y Cerro Antona) es El Royal. Que, además, viene tras un tramo descendente. La carretera que sube a Linares se queda ahí abajo. Ya te lo he dicho todo.

Bajamos, avituallamiento. Ya van 50. Que nos deparará el recorrido. 4,5 hasta el siguiente avituallamiento. Una subida por medio: Peña Calva. Trote. Seguimos trotando. Desvío a la izquierda.  Patapum. Peña Calva, 44%. Fin del trote, obvio. Ante nuestros ojos, una subida, unas cintas y montaña bastante despejada. Las cintas aquí las pusieron en helicóptero. Pasos cortos, haciendo zetas y evitando los tramos de mucha piedra suelta. Le pones un par de monos que te tiren cocos y creo que tienes un videojuego en potencia. Ale, ahí dejo la idea, que yo tengo bastante con lo mío. Coronamos. "Vas el 23". Joe, ahora ya no puedo abandonar. Aquí, por otra parte, el promedio ya empieza a ser superior a los 10 minutos kilómetro. Paquete.

Bajas, siguiente avituallamiento. Ahora un bucle de poco más de tres kilómetros para volver al mismo avituallamiento. No me j*das, un bucle ahora. Patapum. Cabezo de las Cruces -segundo pico más alto de Castellón-, un huevo %.  Viene el 24, adiós patrocinadores. Bajas. Te saltas el avituallamiento que hay que intentar salvar la posición. Ir por el 22 también, pero vamos a lo factible.

Bajas otra vez. Patapum. Loma del Mosquito, siguelascintasjaja %. Ya empezamos a estar un poquito hartos. Echo de menos las subidas normales. El consuelo es que es el 60 ya. Y que, en el perfil, solo queda la subida a Nogueruelas. Así que nos ponemos a correr hasta que soy el 24. El chico va como un tiro. Toso del polvo que levanta. 

Otro avituallamiento. Llevamos un rato descontando ya no kilómetros, si no hectómetros. Así que, cualquier zancada, resta. Además, queda un repecho aún...donde dije repecho has de entender repetición de blasfemas, tacos y quéco*ohagoyoaquí unos 25 minutos. El único consuelo es que el perfil del dorsal no es del todo correcto ya que los últimos dos kilómetros serán llanos y no ascendentes. De hecho, me alegra mucho ver mi coche. Lo que no me alegra tanto es que a, apenas cincuenta metros, hay una rampa de cemento muy chula para entrar a Nogueruelas. Lo que no me gusta nada es que ahí hay una cinta.

Chico, llegamos. 11 horas y 42 minutos después, hemos vuelto al mismo sitio. Con una ligera sensación de cansancio, la verdad, pero bastante mejor que en La Vall y eso que esta me ha parecido mucho más dura.



Conclusiones:

- Lo mejor de la carrera son siempre los voluntarios. Y en un gélido día como éste, ni te cuento. De once sus palabras de ánimo, preocupaciones, descripción del recorrido...Muchas gracias, de verdad :)

- Carrera muy bien marcada, teniendo en cuenta la inexistencia de sendas en una parte importante, tener que marcar uno de cada tres árboles tiene un mérito que hay que destacar.

- El recorrido es espectacular; con la subvención de la nieve, ni te cuento. La frondosidad de los bosques hacía que te preocuparas únicamente en buscar las cintas y no fueras consciente de hasta dónde tenías que subir...excepto en Peña Calva y el cortafuegos.

- ¿Volver?, no sé, ayer decía que no porque tanto patapum me ha cansado más de coco que de físico, hoy ya lo veo de otra manera así que, si todo sigue su normalidad, el martes empezaremos a pensar en qué fecha se hará la edición del año que viene (26 de marzo?)

- A ver quién tiene huevos a releer esto por si hay alguna errata, ufff