domingo, 13 de marzo de 2016

Trail Superllano Serra Vernissa (22k, +1700)

¿Cómo empezó todo?, ¿cómo se apunta alguien en su sano juicio a dar una vuelta por los alrededores de Xàtiva así, sin motivo más aparente que el de ir a sufrir?. Pues yo os daré mi versión y, como es la mía, omitiré toda culpa para cargársela a C…y es que el amigo me recomendó unos flanes deluxe y, claro, había que quemarlos.

Y el sábado los compré. Y estaban buenos. Pero como no distinguía cuáles estaban mejores me comí dieciséis. Y luego vi que el Trail Vernissa permitía inscribirse en la línea de salida. Así que preparé los trastos, conté cuatro ovejas y, en cerocoma, el despertador sonó a las 6.30. Sí, de un domingo. Pasamos del tema.

6º marcaba el JoseCorreC*ño cuando un Guardia Civil, a la entrada de Xativa, tenía intención de hacerme soplar. Postivo en Colacao. Voy a una carrera. Y pasé. Y en nada me encontré con la salida. Y aparcar fue fácil. Poco más de las 7.30 y, por mí, podíamos empezar ya. Bueno, que con la rasca que hace tampoco pasa nada si esperamos.

Por cierto, estamos en Xativa donde se va a realizar el Trail Serra Vernissa, una carrerita de 22 kilómetros con alguna que otra cuesta para sumar cerca de los 1700 metros positivos de desnivel. La salida se dará a las nueve y, mientras esperamos, intercambiaremos unas palabritas con Javi. Y me dirá algo así como que la última subida es la dura, bah, igual exagera…o no.

De todos modos, ponemos cara de concentrados y click.



Y a las nueve se dio la salida. Y éramos poquitos en la salida (sobre 150). Y era raro eso, porque tenía pinta de carrerón sobre el papel -que realmente así sería-. Entonces, volviendo al tema, pasó lo que tenía que pasar, que se dio la salida y me daba vergüenza eso de girarme y no ver a nadie, así que salimos a corretear. Parece que eso de los +1700 no tenía mucha importancia…

En el primer repecho ya nos liamos a andar, y ahí entendimos lo duro que es ser primero…porque nosotros, ahí, a mitad de grupo, se te pone a andar el delante y dices, jo, vaya…y te pones a andar. El primero, aplicando el teorema del postureo, eso no puede hacerlo. Y, claro, le toca subir corriendo todo.

Bueno, ya recuperará bajando. Aunque luego le tocará cansarse otro puñado subiendo a la ermita. Ese problema, por ejemplo, yo no lo tendré. Eso sí, lo de subir andando y el pulsómetro rondando el 170 es de todo menos esperanzador. Y más cuando a la ermita le sigue otro repecho. Con lo que, yo no digo nada, pero la ermita la pueden subir todavía más arriba. Si quieren, claro…

Y con un +1700 las bajadas sabes que por pista tendidas no van a ser. Y eso lo vemos en la primera medio seria. La verdad que menuda manera de malgastar marcas con lo de "bajada técnica". Habría sido menos costoso indicar las que eran fáciles. Igual solo marcan una, que ahora ya tengo mis dudas…

Y aquí llevábamos tres kilómetros ya y en cada uno había habido una subida de liarte a andar…así que, cuando nos acercamos al cuatro y vimos que la gente subía por ahí, y que por ahí me refiero a un tramo de emplear manos utilizando los peldaños que había de una vía ferrata me dieron ganas de preguntar si iba a ser eso así todo el rato que tampoco me comí tantos flanes.

Una vez arriba -ahogado, no hace falta decirlo- se cresteó un poquito y luego vino la bajada libre. Esto es: tienes que llegar abajo, tú baja por donde quieras. Te ponen unas cintas a modo de puertas de superdescenso de esquí y, ale, pa'bajo. Y una vez abajo, nos encontramos con un tramo preocupante. Sí, un kilómetro, el quinto, en el que sólo se trota. Experiencia novedosa ésta de enfrentarnos a un kilómetro en el que no hay riesgo que ninguno de mis órganos internos se me salga por la boca sin darme cuenta.

Pasaremos el primer avituallamiento y para no terminar de disfrutar el agua…zasca, para arriba otra vez.  Pero vamos, tampoco vamos a exagerarlo mucho porque, apenas un kilómetro y medio después, ahí sí que se tiene que decir eso de "para arriba" en todos los sentidos, que la cosa coge una pendiente interesante (170 metros en medio kilómetro) y que, una vez coronado, para, que te mueres, que ese color rojo no tiene que ser muy bueno. 

Y, con dos c*jones -y poco conocimiento, lo cual suele estar, a menudo, relacionado- llegamos arriba y seguimos. Bueno, tampoco es que el cresteo posterior fuera de saltarme los radares porque ya podemos empezar a darnos cuenta que muy frescos no es que estemos. Y en la bajada ya me veo cansado. Y, lo más importante, que vamos en un grupo 3 o 4 y, para ir en grupo yo, es que no puedo con mi alma. 

Pues quedan más de doce kilómetros y un porrón de desnivel. Ale, majo…bueno, ahora que caigo, la verdad es que todas las crónicas son igual de lastimeras. Generalmente, lo único que cambia es la localidad en la que se produce el "petamiento"…así que tampoco voy a desarrollar mucho esto. Lo único novedoso es que nos encontraremos el primer avituallamiento serio pasado el kilómetro diez y aquí, ojo, la media por kilómetro ya es superior a los 9 minutos.

También suele ser diferente el sitio en el que paro a, uy, a ver cómo lo digo, bueno eso…y es que está haciendo calor y la camiseta técnica y el estómago están haciendo un combo de lo más curioso. De todos modos, no pasa nada, seguro que las naranjas de esa hanegada salen muy buenas. Pero que si las tomas de dos naranjos más allá, tampoco pasará nada. Prevenir, le llaman.

Volvemos a la carrera. Nos vamos a poner en las dos horas ya. Segunda subida importante. +180 en unos 800 metros. Tampoco es para tanto, la verdad, pero, de verdad, no puedo con mi alma. Ni con mi hombro. Salvando un escalón, Heman estaba por ahí para ayudarnos a subir y todos vamos a acabar quejándonos de la fuerza con la que nos hacía subirlo. Vamos, porque está el rozamiento con el suelo y algunos árboles que impiden la línea recta, pero creo que, si se lo propone, es capaz de mandar a uno desde abajo arriba del todo.

Lo único bueno es que, una vez arriba, aparecerá una bajada de casi dos kilómetros. Este tramo lo haremos con los coleguitas de la modalidad sprint que no saben de la que se van a librar cuando los incautos de la larga nos desviemos a la derecha. Y sí, Javi tenía razón, voy a dejarlo en eso. En unos 800 metros se subirá cerca de 250. 18 minutos de broma para arriba. Y esta vez sí, se paró arriba. Alguien puso una cruz. Estoy superseguro que no la subieron por ahí. 

Y si la subida tenía tela, la bajada no te cuento…solo diré que también había escalones de una vía ferrata y cuerdas y tierra suelta y, según el strava, esto era más duro, que los 250 metros se salvaban en 700 metros. Por ahí tampoco subieron la cruz, fijo.

Y Tino Hernandez capta con todos los detalles esas habilidades que me hacen destacar como descendedor que, cuanta mayor es la pendiente, mejor me desenvuelvo. Ja.



Y ahí volvimos a coincidir con los del sprint…y un par de chicas preguntaron qué tal era. Y yo dije que una magnífica persona pero que menos mal de la que se habían librado…y entonces el sprint bajaba a la izquierda, se veía Xativa, se oían las bandas de música…y nosotros nos íbamos a la derecha. Como está escrito, para arriba. Y ahí nos pusimos en modo jugador del Valencia aleatorio, que se acabe esto pero yo ya no corro más a no ser que la gravedad me empuje de tal modo que me vea obligado a ello…vamos, que la comparación es acertadísima, ahora que caigo. Por momentos, pienso que me puedo ir a las cuatro horas para una carrera de 22 kilómetros. Vamos, que los patrocinadores que ha perdido la Sharapova no van a ir a por mí, eso está quedando más que claro…en fin, sigamos.

Y tras ese repecho vino un avituallamiento. Y si la chica acepta, corre ella y yo me quedo allí. Y eso que solo quedaba subir al Castillo. Y como dijo que no, tocó seguir llameando todo feliz…Pau García lo plasma así de bien :)



Y, como decíamos del Castillo, que las posibilidades que, en todo el tiempo que llevaba ahí hubieran hecho un túnel para no tener que subirlo eran más o menos remotas. Y más todavía cuando empezamos a subirlo. Pero claro, si vuitmil, noumil, deumil, docemil, dos milions de peles se quedaba la pasta…difícil que se promoviera. Así que subimos. 

Y bajamos.

Y 3h45 y meta y ya.

Y voy a poner el perfil por poner algo



Pues eso, otro carrerón que se tienen montado en La Costera…si el Trail Umbría - La Plana (Enguera) fue una pasada, éste no se le queda atrás eso sí, reservad un poquito, que el final se hace algo duro. Y, nada, solo queda felicitar, como siempre, a los voluntarios que son los mejores y la gracia de todo esto.

Ah, lo más j*dido de todo es que…es para volver, y no a la sprint :)




lunes, 7 de marzo de 2016

Gran Fondo Santo Espíritu


Interesante la prueba que se celebró el pasado domingo en las cercanías del Monasterio de Santo Espíritu. Las dificultades para aparcar auguraban un éxito sin precedentes para este novedoso Gran Fondo apenas publicitado. El hecho que fuera domingo y Santo Espíritu sea, además, un área recreativa ideal para pasar el domingo sin irse a tomar por saco de Valencia no tiene nada que ver, claro.

Así que, una vez aparcado, localizado por gps, hipermegasobrehidratado y, lo más importante, hechas dos palabritas bastante buenas en el apalabrados, nos pusimos al lío. Son las 12:27, creo que sí, es hora.

Por delante, lo que me apetezca. A poder ser, sin cansarme mucho. Así que, a riesgo que eso pueda ocurrir, lo mejor es liarse con la subida del Gr para, básicamente, quitarnos la tontería rápida ésa de correr bastante. O algo. O lo que se pueda. El resumen es que, apenas un cuarto de hora después, jadeando llegamos arriba. El Strava dice que hubo un día llegué más rápido ahí. Ah, sí, el del petardo en el c*lo. Que no espere nadie que lo mejore.

Como la tontería no se había ido del todo, enfilamos la bajadita, la senda se tornó pista y, tras asustar a un par de senderistas (juro que sólo les dije hola…e iba a 160 pulsaciones…vamos, que si no me oyeron igual va a ir siendo hora de hacer caso al bocachancla ése de los Alcántara, el que patrocinaba Gaes, ése mismo) cogimos el desvío que lleva a la pista que rodea la Mola. 

Es curiosa lo maja que es la gente, que corta ramas de pinos en buen estado para que no podamos pasar por ahí. Y luego te acuerdas de los permisos del GR, esa volta a peu donde parece intolerable ir por la pista del Poll -sí, pone pista, por donde pasa la gente con su 4x4- pero, en cambio, luego ves que la gente poda árboles a su gusto para impedir el paso en un tramo que, en ningún momento, se indique que sea privado, por ejemplo.

Total, que con gran agilidad, sorteando pinos -y no ost*as, porque se las llevaría todas el de la sierra- nos plantamos en la pista que rodea la Mola. Aquí ya hay marcas naranjas de unos que madrugaron un rato más y, viendo la hora que es, ya tienen que estar descansando en Serra. Volvamos a lo nuestro, vamos a subir a la Mola. Aquí vuelve a pasar lo mismo, sólo que está vez han tenido la delicadeza de, a lo largo de la senda, poner piedras o arbustos secos para impedir el llegar al tramo complicado, conocido como la caries. Valga decir, que aquí, las ganas de correr se tienen que quedar en la pista que rodea al pedrolo. Por lo menos, las mías.

Así que usando las manitas para avanzar y, al mismo tiempo, evitar que se me salga el corazón por la boca -habrá momentos que realmente necesite cuatro y tenga que parar a organizar mis prioridades- llegaremos arriba y, lamentablemente, observaremos los daños causados por el incendio de la víspera. 

El aire es tan interesante que te invita a seguir corriendo. Bueno, a decir verdad, te invita a que no te quedes ahí mirando. A seguir corriendo te invita el que, una vez arriba, toca bajar. Y primero lo haremos por senda y, a continuación, por la pista. En un par de kilómetros, nos plantamos en Segart…llevamos ya seis.

Madre de dios, ¿cómo me enrollo tanto?. Modo telégrama. Subimos Gr. Más cintas naranjas. Menos capacidad pulmonar. Corono ahogado. Pista a la izquierda. A buscar sendas. Primero de bajada. Jiji jaja. 10 kilómetros ya. Ahora estamos en un PR. Me acuerdo porque, en ese primer repecho, las marcas que veía en las piedras eran verdes y blancas. Y, al mirar hacia arriba, ahí estaban. Ah, por cierto, empiezo a estar ya algo cansado. Igual de no hacer nada, vete tú a saber…

Y como tras ese repecho hubo una minibajada y se hizo de forma tan lamentable que dejó en ridícula la posterior subida que sólo fue lamentable, entramos en un peligroso bucle consistente en dar lástima en las subidas -así se salió a la pista y así se alcanzó el Xocainet- y pena en las bajadas -porque la bajada del Xocainet justamente no puede definirse como un clínic de descenso-. Vamos, que cuando aparecí en la senda que nos llevaría al pie de la Cruz, casi que con dar gracias iba más que servido.

Y bajando el último tramo, ése de piedrolos que llevan al cemento, había un grupo de niños domingueros. Y yo iba con la mochila, el gps, las gafas de postureo y, claro, significa que había que adelantarlos a todos. Y había una chiquilla que levantaba medio metro del suelo que no tenía c*jones a pillarla. Menos mal que le dio por esperar a sus colegas de tamaño Messi que si no…bueno, que si no me toca acabar el resumen con un párrafo menos.

Y del cemento salimos al monasterio. Y ya está bien, que demasiado han dado de sí quince kilómetros mierdosos :)


Y perfilucho.


Y así, con esta birria de explicación, nos ventilamos casi quince kilómetros (que salen, creo, si sales y acabas desde la misma terraza) y mil positivos o novecientos o tan solo setenta y cinco dependiendo del programa que uses.