domingo, 31 de mayo de 2015

Nos vamos de marcha --> Oropesa

La marcha del día era en Oropesa, más concretamente en Marina d'Or, esa ciudad de vacaciones que, en cuanto la vi, lo primero que pensé es que estaba en el pueblo de Eduardo Manostijeras versión 2.1. Si tuviste el valor de leer algo de lo acontecido en Requena o Serra, tan solo indicar que el patrón va a ser el mismo, esto es: a partir del kilómetro 70 cualquier puerto se me hace eterno, con la única salvedad que el despertador sonará a las cinco.

Pero recuerdo que, cuando corría en Fondeguilla -que también era ayer-, sonaba a las cuatro, con lo que algo hemos ganado.

Así que, como decíamos, hoy eran unos 185 kilómetros y el desarrollo de los acontecimientos va a ser exactamente igual que el de las citas previas con lo que evito la penuria de hacerlo y sintetizo en algunos puntos y, nunca mejor dicho, a la marcha.

+ Si en el primer puerto, vas en la parte de atrás -pero atrás- y se te sale la cadena y no tienes huevos a ponerla sin ayuda del mecánico (gracias otra vez)…te pasa hasta el de la ambulancia y no te queda otra que meterte un calentón, con lo que eso de subir con tranquilidad oye, como que no.

+ Si con solo un puerto hecho y mal preparado, te pones a tirar como un loco camino de Vilafamés para coger al grupo precedente, pueden pasar dos cosas: que lo cojas o no.

+ La ley de Murphy dice que si pasa lo primero, entonces, en el siguiente giro a la derecha, empezará un puerto con una rampa inicial del 16%.

+ Y a ese puertecillo de tercera le seguirá un descenso muy inclinado -de los que me gustan- para quedarme más solo que la una.

+ Una vez acabe el descenso, veas algo que te recuerda vagamente a la Rambla de la Viuda, porque es la Rambla de la Viuda más que nada, empezará la subida al Monte de Piedra. Y empezarás haciendo eses con tranquilidad, sin agobios. Ya las harás así en la última rampa, la del 19%. 

+ Los voluntarios, el recorrido y los avituallamientos son lo mejor de la marcha. Si en el de Atzeneta te pones las botas, luego te toca a subir Benafigos hinchado. Asumes el riesgo. Van 70 kilómetros. Este puerto es de primera…se hace largo. Si miras a la derecha, se vislumbra la garganta del Monlleó. Espectacular.

+ Benajudas es de esos puertos en los que llegas al pueblo que le da nombre pero el puerto no se acaba. 57 minutos subiendo para luego bajar vertiginosamente (risas) y enfilar la subida a Xodos. Son tres kilómetros al 8% en una carretera desgastada, botosa, pestosa…Lo único que falta es que se te salga la cadena otra vez. Alehop. Clin. Concedido.

+ Los puertos de primera de la Titánica son duros. Los de segunda…una tortura. Aún recuerdo cuando me hicieron un robado en otro segunda de por ahí arriba...



+ Bajada a Atzeneta. La Guardia Civil nos para a un centenar antes de enfilar la bajada. Estoy por decirles que me dejen bajar, que si salimos juntos va a pasar lo que te imaginas que va a pasar…eso, sí, bajo supersolo delante de la moto de la Guardia Civil. 

+ Mecagonlaleche…el único puerto que subí decentemente y sin problemas, marcando ritmo y todo, fue el de la Orden del Maestrazgo (4 kms al 4%…ahí está mi límite digno) y no he dicho nada, aghhh.

+ Tras Atzeneta viene la subida a Culla. Otro primera. Se ve la carretera, en diagonal en la montaña. Risa floja. El puerto de Culla es ése en el que, en el minitramo de descenso previo a su comienzo, nadie  -y nadie es nadie- de los que vamos da pedales.

+ Teoría de Culla: si el sujeto cronista se dirige a Culla corriendo o en bici, el tormentón que espera allí es de órdago. 

+ Teoría del Córdoba -o del descenso seguro-: si en alguno de los dos lados de la carretera hay un talud o desnivel interesante en el que, si me caigo, me voy al fondo del barranco, bajo cagado. Si no lo hay, solo lo hago con prudencia.

+ Teoría de los 140 kilómetros: a partir de esta distancia, no me molesta lo más mínimo tirar en llano sin necesidad de relevos. Eso sí, si a partir de ahí hay un puerto, jose dice ay.

+ El puerto de la Bandereta empieza en el 144. Y los dos primeros kilómetros son al 8%….para qué seguir contando.

+ Teoría de "a 500 metros, puesto de control": tanto en Culla como en la Bandereta, fue ver esto y recobrar fuerzas, pues coincide ese puesto de control con el fin del puerto.

+ Teoría de "a 5000 metros, puesto de control": no nos pasemos.

+ Teoría de "cuando vez la luz al final del túnel, éste se derrumba": Cuando ya has hecho todo el descenso a Benlloch decentemente, entonces el tornillo del portabidones se suelta. Has de parar, buscarlo, ponerlo y reemprender la marcha. 

+ Corolario a la teoría previa: el grupo de doce corredores que te pasa mientras lo arreglas, se quedará unos 200 metros por delante.

+ Cabanes: explica la teoría de los 140 bastante bien.

+ Bajada de Cabanes con quitamiedos de piedra en las que, si me lo propongo, entra bastante bien la bici: pues eso.

+ Meta a los 186: pues eso. Eso sí, muy desangelada…¿tan tarde entramos?


Ah, añoro Fondeguilla :)

domingo, 24 de mayo de 2015

Nos vamos de marcha --> Serra

Y después de las buenas sensaciones de Requena, en la que  a) no ser el último, y b) no llegar de noche ya era un premio, nos apuntamos a la Marcha Cuatro Puertos de Serra que, a diferencia de la del sábado pasado tenía tres puertos menos (bien!!), ochenta kilómetros menos (otro bien!!) y, en su debe, un porrón de avituallamientos menos.

Eso sí, en el precio apenas había diferencia (25 frente a 35 cuando en Requena te daban un chalequito bastante apañado). De todos modos, para allá que fuimos. Despertador a las 6.30. Serra a las 7.30. Entrega de dorsal rápida (sigo sin saber cómo se pudieron complicar la vida de esa manera la semana pasada) y, con ese tiempo que faltaba, pues me fui a apreciar más intensamente el aroma de los pinos. Y luego me lo cargué. Y entonces fui a por la bici. Y de ahí a la salida. Y para llegar a ésta había que subir un rampón. Y entonces me acordé que el miércoles salí a trotar, por fin, cinco kilometrines birriosos y hoy, tres días después, me aparecían agujetas por los cuadríceps. Lo que, en lenguaje cospedaliano serían unas agujetas en diferido, imagino. Y eso, que era una simple cuesta. Que esto no había empezado…y ya estaba atufado.

Y a las 8.30 empezó. Y para arriba. A subir el Oronet. Plato pequeño y a la marcha. Y unos íbamos de marcha y otros a ganar el Tour. Y a éstos, la Guardia Civil tuvo a bien explicarles que esto era una marcha, que no tenían porque ir por el carril contrario, y menos aún cuando hay una bonita línea continua que, bueno, eso…de cajón.

Y se coronó el Oronet. Y tocó bajarlo. Las primeras tres curvas no las hice del todo mal. A partir de ahí, lo de siempre, yo bajo a 40 y la gente lo hace a 60. Y ahí me entra un dilema: si esto es una marcha, ¿por qué los ciclistas que suben se quedan parados antes de las curvas en las que no tienen visibilidad?…básicamente por una cosa: miedo. Nos encontramos con una situación paradójica: unos ciclistas bajando por ambos carriles de una carretera abierta al tráfico impidiendo que otros ciclistas puedan disfrutar de su afición. Aquí aparece un conflicto de intereses que no debería existir. 

Y en éstas, adelanté a uno que bajaba con más miedo que yo. Sé que es difícil, pero…y entonces, como castigo divino, me pasó todo el AlcudiadeVeoTeam, con Alejandro a la cabeza. Y como se acabó la bajada, les cogí rueda. Y entonces se pararon. Y me chafaron el plan. Y tocó pedalear un rato. Y llegamos a la antigua nacional de Teruel. Y pese a que el ritmo no era para nada de persecución, veía como me acercaba a un grupo grande. Y cuando veía que podía quedar muy épico esto de cazarles, me volvió a pasar el autobús del AdVT y me llevaron al grupo. Y el grupo era realmente grande. Enorme. Y delante del todo…un coche de la Guardia Civil con las sirenas. La marcha era neutralizada…



Y pedaleamos en grupo hasta Segorbe, allí el coche metió un poco de gas y se separó todo un poco porque, conviene recordar, que la marcha será neutralizada y los tropecientos primeros irán como motos y para ellos será un fastidio, pero para otros, el mínimo acelerón supone un aymemuero, que no puedo seguir al de delante…Por si hay dudas, yo soy de ésos. 

Así que, a la salida de Segorbe (k30), dejé de ver las sirenas, al grupo y a toda la pesca…vamos, que el que fuera neutralizada la marcha dejaba de afectarme porque yo ya andaba por la zona de grupo diseminada…así que se volvía a activa el modo marcha, esto es, tirar a mi bola en las subidas para que, en las bajadas, me pasaran todos los que había pasado subiendo y cincuenta más (a ojo).

Y el repechito tras Gaibiel y Matet fue interesante, zona muy bonita, normal, estamos en plena Sierra de Espadán…lo que significaba que pronto, muy pronto, nos enfrentaríamos al segundo ascenso puntuable -porque repechitos llevábamos ya unos cuantos- del día: la Nevera. 

E íbamos camino de las dos horas. Y esta vez me documenté y vi que el avituallamiento estaba en la cima del tercer puerto. Y estábamos empezando el segundo. Y agua mucha, mucha…no es que tuviera. Y, en el otro lado de la carretera, un hombre cogía agua de una fuentecilla. Y seguí unos metros. Y le di vueltas. ¿Y si reposto aquí?. El hecho que por delante se viera el grupo neutralizado me ayudó a decidirme…así que di media vuelta y llené los bidones con ese ridículo chorro.

Y media hora después reemprendí la marcha. E iba más solo que la una. Y ponía cuatro kilómetros al puerto. Y luego tres. Y bebí agua. Y sabía mal no, peor. Menudo acierto esta parada, sí señor. Y empecé a coger gente descolgada. Y la rampa del 8% se subió medio decentemente. Y se coronó tras ella. 56 kilómetros para algo menos de dos horas y cuarto. Y se empezó a bajar. Y se dio un porrazo un rider365. Y me quedé echando una mano hasta que vino la Guardia Civil. Trabajazo el suyo. Y otra vez a pedalear. Y ahí me di cuenta de una cosa: que la zona seguía siendo espectacular. Bueno, de dos cosas, que igual me confié demasiado…pero al pelotón neutralizado no le voy a coger en la vida ya. 

Porque tras pasar por Alcudia de Veo. Por cierto, sé que estoy a menos de cinco kilómetros de la Peña Pastor y no me entran sudores fríos, con lo que creo que ya he superado uno de mis miedos. Lo que decía, que tras pasar por Alcudia de Veo y subir su repechín, llega una bajada de seis kilómetros de curveo hasta Eslida. Luego ahí me dejo otra media hora. Y en el tramo del túnel de 150 metros otros diez minutos. Y en el tramo que puedes pedalear sin miedo, porque es recto total, pues ahí me dejo otro tanto porque un Ibiza no tiene mejor cosa que hacer que ponerse a echar marcha atrás. Y la moto que le reprende se pone en el carril contrario…al final va a resultar que bajo como Chavanel pero la situación me impide demostrarlo. Así que sigo bajando a mis 38 de media. Pobret. 

Pobret es que, tras 70 kilómetros, llegamos a Eslida. Y la gente almuerza en Paquita como reyes. Y a nosotros aún nos queda subir este puerto para echarnos algo a la boca que no sean geles o similares. La subida a Eslida no es que sea muy allá…pero se me hace dura porque hace calor, tengo hambre y el agua sabe a rayos. Y ya, ya paro. De todos modos, otros van peor, porque al pobre Alejandro le voy a pasar como si estuviera parado (bueno, estaba arreglando un pinchazo pero es irrelevante)…en fin, coronamos Eslida y comemos. Y bebemos. No sé dónde están los novios, pero eso parece una boda. Plátano y Cocacola. Y agua fresca. 

Y la bajada de Eslida fue…como todas. Bueno, peor, que me salió a 34. En Chóvar, donde había carrera de montaña, por cierto, apareció de la nada la peña de Albalat dels Sorells que compartía camino…así que hicimos grupeta. Pasamos por Soneja en el kilómetro 90. Quedaban poco más de 20 para acabar y, en los repechos, me notaba especialmente suelto de piernas aunque, por otra parte, tenía cero ganas de subir los cuatro terroríficos kilómetros de La Frontera…

Igual que tenía cero ganas de quedarme cortado en la rotonda del Oronet del resto del grupo, pero soy tan tan tan así…que fue inevitable. Así que si tenía pensado descolgarme en la subida…lo consolidaré quedándome ya en TowersTowers. Y mas aún cuando, en el tramo de salida de Estivella, me tocará echar pie a tierra para que pase un coche de la organización que llevaba a un compi herido. Eso sí, hasta allí llego con una decente media de 26 km/hora.

Y previo a la subida, aprovecharemos el último avituallamiento. Bueno, o el segundo. Llámalo como quieras y me atiborraré de gas. Tres vasos de CocaCola y las mismas cero ganas de salir. Pero salí. Porque el coche estaba arriba, más que nada. Pero muy pronto me voy a dar cuenta que la frescura de los repecho previos…se quedó allí. En la segunda rampa se suben piñones y piñones…hasta que no quedan. Y como no lo sabes, te lo cuento yo, las primeras rampas son las sencillas. Las de la segunda parte son las de los porcentajes de dobles dígitos. Las que ya, de por sí, se me dan bien…pues imagina en estas condiciones. Y la cosa todavía tenía más mala pinta cuando me agarro a la única solución que veo. ¿Un coche?…no, que va, un gel. Lamantapla.

Así que antes que llegaran estas rampas no me quedaba nada: ni fuerzas, ni piñones, ni geles…así que solo nos queda un poco de honor y orgullo para salvarlas de la mejor manera posible. Sí, exacto, nos vamos a tirar haciendo eses hasta arriba del todo. El único consuelo es que a la gente le gusta mi maillot. Otra cosa es que sienta deshonrarlo de esta manera, pero bueno, ése es otro tema…

Fotosciclistas estaba por ahí y, evitando la risa, consiguió hacerme esta instantánea...



Treinta y un minutos después se acabó este padecimiento. Luego quedaría llegar al Chaparral, pero eso ya era secundario y acabar la marcha en algo menos de cinco horas, pues también. Estaba ligeramente exhausto y es que, empiezo a pensar, que estas rampas con este calor no me hacen ningún bien.

Llorón :)

El perfil de la marcha es éste.



 Y mis ganas de seguir escribiendo son éstas: 0

Y, entrando en valoraciones, 25 euros por una marcha neutralizada con un avituallamiento sólido y otro líquido en 110 kilómetros es, no sé, para pensárselo aunque, eso sí, el entorno por el que se realiza -el bucle Segorbe-Gaibiel-Alcudia de Veo-Eslida-Soneja es un reclamo para los sentidos- es impresionante en ciertos puntos.

sábado, 16 de mayo de 2015

Nos vamos de marcha --> Requena

¿Qué pasó el 19 de mayo de 2012? Pues que el Chelsea ganó la Champions, Natalia Oreiro cumplió 35 años y, sobretodo, que el jose debutó en la Marcha 7 picos con una bicicleta no del todo lo más apropiada para estas lides.

Hoy, casi tres años más tarde, y viendo que los problemas musculares impiden que corra más de dos kilómetros sin que se cargue un gemelo, un sóleo o cualquier otro músculo que te puedas imaginar, decidimos volver a darnos una vueltecita por Requena. Y sus alrededores.

Así que, al lío, rápido. Lo del despertador que suena a las 5.45 me resulta tan doloroso que pasamos directamente a la llegada a Requena. A las 7. Y siguiendo a coches con bicis porque, para variar, pensaba que la salida era en el mismo sitio que hace tres años. Pues no. Es en el recinto ferial.

Y como voy con tiempo, saludo a Javi pero todavía no le tanteo para que haga algún trapicheo con mi presumible patético tiempo que me voy a marcar pero, de momento, no vamos a adelantar acontecimientos. Y ciclistas, me huele que tampoco serán muchos…

Pues a las 7ypocos minutos estaba en una sala del recinto ferial infestada de gente. Toda ella distribuida en ocho filas desastrosas para recoger el dorsal. Vamos, que estaban ahí, al mogollón. La entrega no es que sea lenta, es lo siguiente. Son las 7y30 y todavía hay bastante gente delante esperando. Por momentos pienso que no voy a llegar a tiempo a la salida. Así que, cuando cerca de las 7.50 me lo dan, pues las prisas, bueno, tampoco tantas, por cambiarme, sacar la bici y demás cosas que no conviene hacerlas en cinco minutos. O siete.

A las ocho dan la salida, por delante están todos (excepto unos 40 ciclistas)  y este recorrido.


Y la táctica está clara: con el poco entrenamiento que llevo de serie -salir de sábado en sábado sin hacer mucho desnivel, que digamos-, ponerme a rueda y que me lleven sin que me dé mucho el aire. Y así, hasta dónde lleguemos. Objetivo ambicioso, lo sé.

Así que, empezamos. En la minivuelta por Requena en la que me defiendo bastante bien, pues recupero algunas posiciones, ya que perderlas era realmente complicado, nos plantamos en la carretera que nos va a llevar a Villar de Olmos en un grupo numeroso. Lo bueno de los grupos numerosos es que siempre habrá alguien de los 30 o 40 que le mole tirar. Pues como era de esperar, eso pasa en todos los grupos numerosos menos el mío. Viva. Así que tocará ser generoso en el esfuerzo…y tirar un poquillo para coger al grupo predecesor.

Sigo la táctica prefijada como veis, al dedillo. Además, en este tramo inicial, en su mayor parte ascendente me voy a dar cuenta de algo con lo que no contaba…donde yo bajo a 30, la gente baja a 40.  Donde lo hago a 35, la gente lo hace a 50. Y todo eso pese a tener de gravedad más bajo debido a la ingesta de flanes, helados y demás cosas que tomamos los deportistas de alto nivel.

Pasaremos Villar de Olmos dentro de un grupo grandote. Y nos plantaremos en Villar de Tejas intentando coger a ese mismo grupo, que nos cortamos unos poquitos bajando -y no fue culpa mía, porque iba el último, más que nada-. Tras un arreón, nos integramos nuevamente y disfrutamos de la subida del primer puerto: el Negrete. Algo más de 5 kilómetros al 5%. Subo bastante cómodo, la verdad. De hecho, el pelotón se partirá en dos y subiré con los de delante.

Y llega la primera bajada larga. Y el grupo de delante me pasan todos. Y del segundo grupo, me pasan todos. No es que baje mal, es que lo hago peor. Está claro que no se puede ser terriblemente guapo y encima bajar bien. Pero, no sé, por lo menos una de las dos condiciones tampoco estaría mal…El resumen de todo esto es que, en Casas de Medina, donde se coge la carretera que nos llevará a Benagéber, se me han ido todos. Así que toca pegarse un calentón en el tramo de toboganes para cogerlos y, cuando esto se produce…entonces está la bajada al embalse.

Con lo cual, se me vuelve a ir todo el grupo. Novedad. Y, al final, me engancha el siguiente grupo. Obviamente, grupo al que tampoco puedo seguir. Por fin, se acaba la bajada. Es mumumuy didivertititidododo el tratratramo de pavévévé sobrebrebre el embalbalbalse, la veveverdad

Afortunadamente, dura poco. Y empieza la segunda subida, la de Mataparda. Con mi lectura concienciada y apasionada del reglamento de la prueba, me doy cuenta que no tenía ni idea de la salida  -ya demostrado- y, parece, que tampoco la tenía de los avituallamientos. En 2012 estaba bajando a Benagéber. Este año…no. Y van ya 60 kilómetros…y yo hago las paradas en mis entrenes cada hora y media, se enciende la reserva. Comienza la subida a Mataparda. Cojo al segundo grupo que me había pasado bajando y me voy con unos poquitos para arriba. Mataparda son otros cinco kilómetros al 5%. Al final van a resultar que todas las subidas son iguales solo que les cambian el nombre…Por cierto, la siguiente es El Remedio…a ver si se confirma la teoría, ejem. De todos modos, volvemos a Mataparda y a algo que va a pasar a poco más de dos kilómetros de coronar….y es que el ciclista con el que iba…se va a ir. Soy pésimo bajando y vulnerable subiendo. Ah, y quedan 120 kilómetros.

Y si lees dos líneas arriba, queda el Remedio. Para añadir pensamientos positivos. Arriba, por fin, avituallamiento. Cocacola por un tubo, plátano y para bajo. No bajo del todo mal. Strava dice que a 40. Me pasa to'dios y se van. Alguno, incluso, pasará en modo Tour, bajado pegado al arcén izquierdo, sin visibilidad ninguna. Dos curvas más adelante, un coche subía…sin comentarios

Y otra vez lo mismo, esfuerzo en Tuéjar para coger al último grupillo que me pasó. Lo coges y zas…bajada. Strava dice que a 39. Da igual, llego solo a Chelva. Pasamos ya las tres horas de marcha. Y de Chelva sale la carretera que lleva a El Remedio. Y El Remedio me va a recordar que no son solo dos kilómetros duros. El Remedio se me va a hacer eterno. Y más eterno se me va a hacer el ver que ahí arriba tampoco estaba el avituallamiento. De hecho, imagina si se me hizo largo que casi estoy más tiempo subiendo El Remedio que esperando a que me dieran el dorsal…

Y quiero olvidar todo lo que pasó subiendo, porque casi me achicharro. Y porque pensaba que a las antenas no se llegaba. No se llega pero abajo se quedan. Y ahí, donde estaba marchasclistas haciendo foto, click.



Pues eso, como decía,  que ahí estaba el avituallamiento. Y no había nada, solo una carretera que bajaba a Ahillas. Y van 90 kilómetros, el sol me pega en la nuca, el bidón se vacía peligrosamente y también me doy cuenta que, si a dos semanas de las municipales, el asfalto de Ahillas es ése…así seguirá los próximos cuatro años.


Pero yo quiero mi avituallamiento, jo. En cambio, me ponen una carretera botosa. Y un grupo a doscientos metros, así, en plan burro y zanahoria. El ejemplo no es bueno, de hecho, como te sigas riendo te reviento. Pero es un querer y no poder. No tengo fuerzas, me pones cuestas y un grupo a la vista. Y paso un cementerio. Y si hay un cementerio, hay cerca un pueblo. Llegamos a La Yesa. 103 kilómetros, casi 4 horas y media y el avituallamiento…está a cinco kilómetros, nos dicen.

Y Javi inmortaliza mi alegría al oir esa mítica distancia que me separa de la muerte por inanición de esta manera. Click.



Por momentos me empieza ya a dar igual. Total, que lo pongan en meta. Voy con la boca seca otros 80 kilómetros y en paz. Para ganárnoslo, otra carretera parcheada y con aire, bastante. Ah, y subebaja. Bueno, eso es normal, que estamos en plena comarca de Los Serranos. Así que llegamos al avituallamiento y estás que paro…más plátano, más cocacola, bidones llenos…creo que he hecho bien en detenerme unos segundos, ejem. El hecho que me cueste abrocharme el maillot pasa a un segundo plano…

Y de ahí enfilaremos al cuarto ascenso, el de Peñas de Dios. Aquí haré una subida de Kiriyenka de manual, ritmo sostenido hasta arriba. Vale, te lo traduzco, empezaremos la subida dos y la acabaremos siete u ocho, pero eso sí, nadie dio un relevo, todos a ruedecita, como reyes. Para luego, empezar el descenso, darme las gracias…y no volver a verles más. Novedad. Strava dice que bajé a 45 y me pasaba todo el mundo. Otra novedad.

Van 125 kilómetros y no he pasado a nadie bajando en ningún momento. Y, obviamente, las expectativas para que lo haga no son nada halagüeñas. Así que, mejor, seguimos pedaleando buscando Chulilla para enfrentarnos a la parte más dura, creo yo, de toda la marcha que no es otra que el encadenado de los tres puertecitos bajo un sol de justicia. 

Eso sí, antes de empezar la subida a Chulilla hay otro avituallamiento y aquí van a pasar dos cosas: la primera es que voy a volver a hincharme a cafeína para no dormirme hasta el jueves y, la segunda, es que, para dejar la bici apoyada, pasaré la rueda por un pequeño tramo de barro que igual me va a frenar un poquito más. 

Por cierto, van 6 horas y 150 kilómetros. Si hago 40 kilómetros en dos horas, bajo de las ocho. El pequeño inconveniente, recordemos, es que hay tres subidas por el camino. Pequeño detalle. Ah, otra cosa, el primero hace ya casi media hora que ha llegado.

Y empieza a cumplirse la ecuación nuevamente: Cocacola + plátano = ascenso decente. Así que Chulilla se subirá sin dar mucha pena. Eso sí, cuando se pase el efecto, que suele ser en la bajada siguiente -en la que no me pasó nadie!!!! ochocientos emoticonos asombrados-, hazte a la idea que el siguiente ascenso será lamentable. Y así llegué a Chera, en algo más de 7 horas y 166 kilómetros. Y falta un último puerto…vamos, que me puedo olvidar de las ocho horas.

Y a la salida de Chera hay otro avituallamiento. En La Yesa llego con un pseudomierdón del quince y ahora hay más avituallamientos que kilómetros, ya puestos a exagerar…como éste solo es líquido, vamos a ver si con la Cocacola se cumple la teoría ésa que me inventé para el último ascenso del día. Otros cuatro kilómetros al 4% a un ritmo que me lleva a plantarme coronando en 7horas42' y entonces piensas que, igual, si pedaleas todo lo rápido que puedas, a lo mejor llegas antes de las 8 horas.

Y no solo eso, es que si pedaleas todo lo rápido que puedas, acabas antes. Creo que esto fue lo que me decidió, sin duda.

La gente de conocerequena.com plasma en esta instantánea el debate interno que tenía. Click.



Así que, con unos últimos kilómetros por encima de 40 nos plantamos en el recinto ferial en 7h59'31'' (un par de minutos más en la clasificación real).

Y los de TopRun me sacan tal que así…



Y como la cara que tenía era ligeramente desencajada en meta, preferí hacerle una fotillo a la horquilla para ver lo torpe que soy pillando barro en una semana tremendamente calurosa en Requena...





Tres años más tarde, con una bicicleta unos kilos más ligera, con menos entrenamiento y con unos descensos más patéticos -sin temor a equivocarme, soy el que peor ha bajado de los casi 800 inscritos- me ha salido la friolera de…cinco minutos menos que 2012. Así que te dejo que extraigas tú las conclusiones que yo soy incapaz.

En cuanto a la marcha, dos puntos a mejorar: la entrega de dorsales, en la que tampoco hay que decir mucho más, en 2012 fue rapidísima y hoy…pues eso, y siguiente punto: los dos avituallamientos iniciales (kilómetros 67 y 106) me parecen muy distanciados de la salida y del puerto más duro -y más a la hora que lo hacemos los mortales- el segundo.

Por lo demás, la marcha no me ha defraudado, recorrido espectacular, duro que sacia las ganas de bicicleta del que allí va.

Nos vemos en…2018???

Ah, las clasificaciones…hago un top500 por los pelos. Ahora a esperar la lluvia de patrocinadores y tal...