domingo, 30 de mayo de 2010

I Maratón por etapas Faurandeguilla: Volta al Terme + Faura

A dos semanas vista de empezar -y acabar, espero- la vuelta a la manzana de Albocásser, nos presentamos con una trilogía bastante interesante: Volta al Terme, Faura y despedida. Así que, sin más historias, nos plantamos a las 6 de la mañana en Fondeguilla. Podía hacerlo más dramático y decir que el despertador sonaba a las 4. A las 4. Un sábado. A las 4. ¿Qué es eso que dicen que el fin de semana está para descansar?. Que me lo cuenten a las 12. Pufff.

Como decíamos, cogemos el dorsal, la gorrita -muy cuca y aseada- y a la salida. Ahí, de cháchara con Paco y Angel. Y, por fin, se presentan dos lectoras!!!. ¿Cómo?. ¿He leído bien?. Releamos pues: se presentan dos lectoras!!. Entonces sí, es verdad. Hablamos de Madrid, de cómo nos adelantaron al Guille, a maiself y a sus calambres en la parte final de Madrid (sí, la 'd') y tal. Así que, saludete para ellas y gracias por aguantar parte del tostón (doy por hecho que leer esto entero debe ser insufrible...ni yo lo hago).

Bueno, a las 6 salimos. De inicio, bajada y asfalto. Esto es pan comido. De hecho, hablamos de una carrerita por Teruel que hay chuletas en meta. En mitad del proceso de salivación, a la altura del kilómetro 2, se presenta, con toda su dureza, inclinación y toda la pesca...el muro!!. Se organiza un tapón interesante. Ahí me quedo solo con mis babas ya que Paco y Angel desaparecen. Bueno, solo no, que estoy en mitad del tapón. Miramos el paisaje. Vemos que algunos ya están arriba del todo. Increíble. Soy consciente que no gano. Vemos por donde irá el recorrido. Increíble también...y duro. Soy consciete que tampoco haré podio. Coronamos.

Empieza una bajada peligrosilla por la lluvia del día anterior, que dejó el recorrido enfangado y con piedras resbaladizas. Como esté todo así, no se corre en todo el día que Fondeguilla el único plano que tiene está...no sé, ¿escondido?. Sigamos, en la bajada, cazamos a las lectoras madrileñas. Podemos hablar y tal o vengarnos de la pasada de Mapoma. Como soy un caballero (risas), les doy ánimos. Como aún tengo fuerzas, les ataco. Nuevamente gracias por leer ;p.

Avituallamiento. Los Dona Sang están asaltando el puesto. Unas palabritas con Isaac y seguimos a la marcha. El año pasado, en esta primera parte de la carrera iba más solo que en el MIjC. Este año, duchado y tal, íbamos en algunos tramos en grupo de hasta 15 corredores. Así que como estamos en el 10 o así, ya va siendo hora de lanzar un ataque para ver hasta donde llego. Voy desvelando que llegaré hasta el 14...

De todos modos, para ayudar a frenar el ímpetu, en un tramo no superior a los 100 metros me voy a dar tres culadas. Va a ser que sigue estando resbaladizo. Los árboles son tus amigos, agárrate a ellos. Casi sin darte cuenta, volvemos a subir y ahí lorenzo empieza a pegar fuerte (y no en Mugello precisamente)...y son las 8y15 de la mañana, servicios informativos.

De aquí al Marianet, pues más sol, más fango, un cordón que se desata, más subida, otro cordón que se desata. Doble nudo, triple nudo...y al rato entra una piedra. Viva. Pues nada, me la llevo de turismo. Una sonrisita, una foto (cogida del álbum de la killa -carreresdemuntanya-) y a avituallarse.


En la Volta al Terme, el avituallamiento del Marianet es la clave para saber cómo te va a salir la carrera. Si ahí llegas vivo, está chupao. Si ahí tienes una crisis...lo vas a pasar mal. Y lo vas a pasar mal porque nada más salir está el Alto del Senyor. Y está alto, sí señor. E inclinado. Llegamos arriba malamente. Empiezo a ser consciente cómo me va a salir la carrera. Ay. Cresteamos. Andamos. Trotamos. Bajamos. Avituallamos. Este puesto es la clave de todo. Coca-cola, aquarius...hasta tercios, oiga. Aquí nos quedaremos unos minutos para hartarnos a cafeína. Una vez me noto que soy un globo a punto de explotar...seguimos.

Esa bola con patas en que me he convertido se pone a subir la Lloma del Tio Cirera. Si me caso y tengo un tío que se llame Cirera...no le invitaré. Esta subida y la anterior son las más exigentes -para mi gusto...y para mis piernas- de la segunda parte de la carrera. Gracias a la sombra que hace el ascenso un poco más llevadero. Gracias también al que plantó las escaleras. Y al que dejó el cartel del 25...solo faltan 9. Llegamos arriba. Hemos hecho 5 kmos en 75 minutos. Bajar de las 6 horas estará difícil. Y falta el Rodeno y la Pipa. Y llevamos 5 horas. Ay ay ay...

Bajamos, avituallamos y para el Ródeno. Esta subida es bastante cómoda, así que coronamos rápido. Mira, en una línea me la he fundido. Bajamos otra vez, avituallamos nuevamente...y la Pipa. Mientras te arreas un cubata de isotónico, ves a la gente padecer en la subida. Por ahí hay que ir. Esta es un poco más dura que la anterior (dos líneas). Hay que intentar coronar antes de las 5h40'. Coronamos en 5h38'. En mis cuentas inocentes, bajando Pipa en 12' y la senda de cemento en 10' y bajamos de las 6h tras pasarlo tan mal tras el Marianet.

Así que nos tiramos a tumba abierta. Bueno, por lo menos, todo lo rápido que sabemos...y podemos. Bajada técnica en la que nos daremos cuenta que los números no cuadran ya que salimos al cemento en 5h55 o así. En fin, trote hasta meta. Otra foto (ésta no la cuelgo que muy favorecido no salgo) y a meta en poco más de 6h8'.

Soy un patata.

El track en wikiloc es bastante parecido al del año pasado, pero incluyendo las tres culadas camino del Coll d'Artana:


Ahora el despertador suena a las 17:15. Que manera de recuperar. A Faura. Corre, corre, que hay prisa. Saludetes, a cambiarse, a lalalalalala, a tumbarse a la sombra, a salir del final. Bocinazo. A correr.

Kilómetro 1: no queda ni nada. Kilómetro 2: no queda ni nada (parte II). Kilómetro 3: de los creadores de kilómetro 1 y kilómetro 2: no queda ni nada. Kilómetro 4: vaya, hoy no fastidiamos la boda. Kilómetro 5: quedan solo 3 pero hay que subir la Rodana. Kilómetro 6: estoy hasta los huev*s de subir hoy ya. Kilómetro 7: nos tiramos a tumba abierta -como si fuera el Pipa-. Kilómetro 8: ¿cómo se para esto?. Kilómetro 8,6: meta.

Y para completar el entrene, toca aguantar hasta las tantas sustituyendo el camelback por un cilindro de vidrio, los avituallamientos toma lo que quieras por rones a 7 eurapios, y al corredor de delante al que solo le ves las zapatillas, por la rubia remilgada a la que solo le ves...los zapatos, claro.

En fin, hasta las 4 aguanté medio despierto así que los últimos 15 kilómetros del Trail Maestrat Extrem se me van a hacer duritos...

domingo, 23 de mayo de 2010

Media maratón asada a Almansa

Allá por marzo (sí, uno de tantos meses en que llovía y hacía frío) el Guille me comentó lo de apuntarse a Almansa, que solo son 4500 plazas y vuelan. Pues nada, nos inscribimos. Faltaba taaanto tiempo. Bien, el día de la carrera llegó. No llegó solo, llegó con un sol de escándalo. Además, llegaba con un Guille mejorando tiempos y un jose (pobrecito, snif snif) en pleno declive -lleva unos 5 años así...- y con menos entrenamientos que Guti en la semana del aniversario del Budha.

Camino para allá, tanteo. ¿Has entrenado mucho?, ¿qué marcha vas a llevar?, ¿me esperarás en meta?...cosas de ésas para no meterle presión y tal. Mientras, una ojeada al termómetro: 29º. Podía ser peor, podían ser 30º. Bien, en Xátiva, ya son 32º. Hurra. Ayuda, además, que el número de nubes en el cielo oscile entre 0 y menosinfinito. Buen día para correr, sí.

Llegamos a Almansa. Aparcamos. Más tarde nos daríamos cuenta que debimos aparcar en LaFontdelaFiguera. Nos pateamos media provincia para llegar a los dorsales. Miramos la lista -nos mandan un mail con el dorsal pero...¿para que leerlo?- y a la cola correspondiente. Son muy graciosos aquí. Resulta que, en la inscripción, debe haber una opción marcada por defecto -y que hay que desactivar- que viene a decir "¿Vas a venir el sábado, cuando falte menos de media hora para la salida?". Todas las mesas de entrega de dorsal sin colas excepto las nuestras. Bueno, así se estresa mi rival y tal y no llegará más descansado. Bien. ¿Egoísta yo?. También, para que engañarnos ;p.

Guardarropía, saludos, lalalalala y a la salida. Somos un puñado. Nos damos cuenta de ello cuando cogemos la carretera -kmo 0,3- y levantando un poco la mirada, ves todo el ancho lleno de corredores hasta el final. Ya nos damos cuenta que no vamos a ganar, ni a llevarnos zapatos (los 100 primeros) ni vinete (del 100 al 200). Por tanto, toca cambiar de objetivos. En efecto: que no me gane. En su defecto: que no me humille.

El primero lo hacemos en 5'20 o así. Parece que no nos hemos embalado en la salida. Bien, quiero una carrera lenta ;p. En el 2 hace un calor que te torras (impresionantes las de la morena del 4 lalalala) y ya nos vamos aproximando a los 5'/kmo, marcheta que seguiremos durante toda la primera vuelta. También nos damos cuenta que solos no nos quedaremos solos en ningún momento. Siempre pasaremos (infrecuente) o nos pasarán corredores (habitual). Los 4 primeros kilómetros son aburridillos, ahí, por la periferia y tal. El cambio brutal es a partir de ese instante, donde pasamos por el centro y, claro, en el centro hay parques, sombras, terracitas y gente tomando cosas -que envidia- y aplaudiendo. De paso, rodeamos el Castillo de Almansa. Impresionante la imagen: el castillo -casi como el de Beselga, oiga- y las escaleras llenas de gente.

Luego queda lo más duro. Pero los 8 eurapios de inscripción, aparte de para organizar esta pedazo de carrera, sirve para sufragar que las despedidas de soltera de la zona se hagan allí, a partir de las 6 de la tarde. Alegran la vista. Y encima aplauden. Cubatas, eso sí, no ofrecen. Después de esto, ya solo queda terminar el repecho y oler la meta. El problema está, claro, en que aún estamos en la primera vuelta. De momento, la táctica va bien. Tengo al Guille controlado. Pasamos el 10 un poco por encima de los 51' (creo...a saber qué estaría mirando). Y el primer paso por meta se hace en 53 y pico.

Empezamos la segunda vuelta y es buen momento para ahogarse con la glucosa. Por momentos creo que me tomé hasta parte del envase. Y no solo lo de dentro, precisamente. ¿Torpe?, nada nuevo bajo el sol...y nunca mejor dicho. Ahí el Guille empieza ya a atajar subiéndose a las aceras (uh, fuera fuera). Ahí ya sé que no me va a ganar. Puede atacarme, irse, puedo reventar y llegar en 2h30, pero se ha subido a la acera, ha atajado, es ilegal. Ha quedado claro por ahí arriba que soy egoísta y torpe...no esperarías que fuera deportivo, ¿no?.

Bueno, sigamos. Lo bueno de los recorridos a dos vueltas es que sabes lo que te queda. Lo malo es, precisamente, lo mismo. Los 4 primeros kilómetros a pasarlos como buenamente podamos, con un solaco de escándalo, hidratándonos bien y tal. Luego los dos kilómetros que te lleva la gente en volandas a base de aplausos y ánimos. La vista del castillo. Otro oh. La vista de las despedidas. Oeoeoeoeeoeoeoeoeoe. Y el joio repecho del 18. Pasito lento y constante, que hay que llegar vivos arriba para apretar cara a meta. En el 19 vemos que estamos por debajo de 1h40. Ahí el Guille ve que puede volver a bajar marca (Gebreselassie, estás acabado) y apretamos. Sorteamos a un doblado -literal-, kilómetro 20 (por debajo de 1h45), kilómetro 20ymedio y nada, un esfuerzo que llegamos. Y nada, pues eso, que llegamos con 1h49'38'' oficial y con 1h48'47'' reales. Así que ganamos todos, el Guille se hace con su nuevo récord y el jose se mantiene como el más rápido en las comidas familiares. Oeoeoeoeoeoe (obviamente, es más corto que el de las despedidas ;p).

Si es que ya lo dijo mi madre: "¿21 kilómetros?, bah, eso no es ná"

miércoles, 12 de mayo de 2010

Calendario josista

Hola.

Hace once días que llovía mucho en AGUAdalest, provocando irremediablemente mi abandono en el UTMDA pues no disponía de kayak para continuar el recorrido. En estos once días, más fuerte no me he hecho, pero sí que he realizado unas 30 abdominales y he salido a correr un par de veces -y no me ha llovido, que ya es-. Todo esto me ha servido para darme cuenta de una cosa: cada día falta menos para dejar de ser el que corre más rápido en las comidas familiares!!!. Ahgggggggg!!!.

Y es que, claro, el Guille ha decidido bajar de 1h50' en Alcàsser y mi supremacía está en riesgo. Haciendo cálculos, creo que donde me va a fundir es en Almansa, pues entonces dejo claro ya el calendario de los próximos eventos atléticos que contarán en mi presencia...y pagando yo por ello en casi todos, como es de rigor en estos tiempos de crisis. De paso, fijo objetivos y así tengo las espaldas bien cubiertas.

Y el calendario de los próximos días de misterexcusasbaratas (vuelvo a sacar el tema de la crisis) consta de:

+ 22 de mayo: Media Maratón de Almansa. Rápido, la excusa: carrera muy concurrida en la que, con tanto doblado y las condiciones climatológicas tan cambiantes -que pueden provocar una errónea elección de calzado-, me van a pasar por encima (espero que no literalmente). El objetivo es acumular kilómetros para la carrerita del doce de junio...Lo que me pasó el año pasado.

+ 29 de mayo: Volta al Terme de Fondeguilla. Carrera en lo que no sube, baja. El término medio, o sea, el llano, lo declararon Bien de Interés Turístico y, claro, por ahí no se puede pasar...Lo que me pasó el año pasado fue esto

+ 29 de mayo: Volta Popular Vila de Faura, memorial Héctor Forner. Será mi octava participación consecutiva que se salda con 0 podios, 0 victorias y 8 recuerdos imborrables de la subida a la Rodana...Lo que me pasó el año pasado fue esto

+ 5 de junio: bodorrio. Oeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeooeeoeo. En efecto, alegría...que la boda no es la mía. Oeeoeoeoeoeoeoeoeoeeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoe.

+ 12 de junio: Trail Maestrat Extrem. Carrerita de 118 kilómetros por los alrededores de Albocàsser. Excusa ideal para salir a rodar en Almansa. En ésta, salimos de día y, esperamos, llegamos de noche. Al contrario que cuando salimos de golferío, que salimos de noche y...bueno, eso.

Voy a rodar media horita, venga...

domingo, 2 de mayo de 2010

UTMDA y ya

A la m**rd* la estadística (Edu, perdóname ;p). Si corres 350 carreras y acabas 350, algún día se tiene que fastidiar ese porcentaje tan impoluto. Y si, además, ese día tiene como alicientes unos 160 kilómetros, una salida a las 11 de la noche (vuelvo a NO referirme a la guarrilla de la discoteca, ehhh), tropecientos mil metros de desnivel acumulado y, ya puestos, un poquito de diluvio y otro poquito de granizo...pues eso, que esa carrera tiene muchos números para ser la del "que se pare el mundo, que yo me bajo aquí". Y si encima hay bar, ni te cuento...

También podría decir que no iba mentalmente preparado. ¿Qué cómo me di cuenta?...pues iba yo con mi cochecito hacia allá cuando, tras coger la CV-40, ponía un cartel Alcoy-46...y yo dije, "ostras, cuánto queda!!!". No era buen inicio, no.

La carrerita en cuestión es el UTMDA que se celebró por todo el sureste peninsular, con salida y meta -dicen- en Alcoy. La salida a las 11 de la noche. Sí, 11 de la noche. Es de noche. Lo bueno es que en las barras que te vayas encontrando, todas las bebidas te salen gratis, y no como los 7 eurapios de cada cubatilla de ron que te haces en cualquier sitio de mala muerte de esos que frecuentas. Uy, perdón, hablaba por mí, lalalalalalala. Lo malo es que a esa hora me perderé el salsafucsia. Faenón.

Y más faenón va a ser que, camino de La Torre De Les Maçanes, estén haciendo obras por la vía verde y en vez de coger una plácida senda a la izquierda, cojamos una pared del 15 a la derecha. Mala suerte. Pese a este pequeño inconveniente avisado en la salida pero no corregido (de momento, vamos a disfrutar de 5 kmos más por el mismo precio). Viva. Yuhu. Viva. Que suerte la nuestra. Sigamos disfrutando la noche.

A este tramo nocturno le tenía miedo porque de noche no veo. La solución la tenía el cortinglés en forma de frontal de led que hacía que viera como si fuera de día. De hecho, hubo un momento que me quedé mirando la luna y me pareció que se acercaba el Batman. El problema de la visión nocturna quedaba, por tanto, solventado. El otro problema era lo que podíamos encontrarnos en lo relativo al terreno. No hay problema: 5 kilómetros asfaltados de vía verde, una pared, tramos de asfalto o de pista ancha. Prácticamente los primeros 10 kilómetros los hacemos en poco más de hora y media, lo cual implica empezar a ganar tiempo de colchón (40 horas es el tiempo límite; vamos, una media de 15 min/kmo).

Nos encaminamos ya hacia el primer escollo serio: el Port del Rentonar. Está a 1330,7 metros. Que, redondeando, se nos queda en 2000 metros (es que hacía viento y frío y fue muy sufrido). Aquí podemos disfrutar de una vista peculiar. El valle con nubes bajas. Parece el volcán islandés en versión alcoyana. No nos distraigamos mucho, que hace viento y con la cámara no sale nada. Nos quedaremos con esa imagen de recuerdo, oh. Enfrente, Aitana. Bajemos. Que en el kilómetro 17 está el avituallamiento (primera barra libre).

En el 17 estamos aún subiendo. Lo que no queríamos creer, eso de los 5 kilómetros de más...pues igual va a ser cierto. J*d*damente cierto, añado. Bajamos por una senda algo empinadilla. Uno del grupo se va de morros. Chapa y pintura. Seguimos. La bajada se las trae y vuelven los problemas de visión nocturna. El frontal es bueno. Las pilas no. Creo que son Duracero. Paro a echar un pis y ni me la veo. Ya sé de uno al que le toca entrar en boxes a cambiar pilas en la tercera hora de carrera.

Nos avituallamos y vamos a buscar Aitana. Aitana es una base militar que está presidida por una torre y no sé cuántas cosas más. Todo muy iluminadito. Parece una feria. A 1557 metros de altitud, pero una feria al fin y al cabo (je, tiene gracia hablar de cabos siendo una base militar. Hoy me salgo ja ja ja). Saliendo del avituallamiento se me junta uno que aparte de ser un guarro (coge un vaso y lo tira en mitad de la carretera) se lía 7 u 8 eructos bastante agradables. Ni un miserable perdona o disculpa. Si acaso otro rot. Sentenciado. Quiero ir solo. Después de una bajada brusca de ritmo, paro a ponerme la chaqueta. Objetivo cumplido. Disfrutemos la noche. Empieza una senda de bajada. Como para mí es de día, aprovecho para alcanzar y dejar atrás a mi coleguita y llego hasta los que, durante un montón de horas, serán mis compis de aventura: don Javier Muñoz y Luis, un escalador alcoyano-canario que, pese a conocer por donde iba el recorrido, decidió apuntarse. Ay. ;p.

La subida a Aitana es por pista ancha. La hacemos andando y, cuando el terreno lo permite, trotamos un poquito. Llegamos a la segunda barra libre de la noche en la Font del Arbre. Nos hacemos la foto de rigor y tiramos para arriba. Hasta Aitana todo subida, primero por pista y luego, girando junto a la Font de Forata (Javi me comenta que es la fuente de la Comunidad que está a mayor altitud...agua fresquita a las 5 de la mañana, oiga), el ascenso se hace por senda. Bastante dura, por cierto. El tramo final requiere un poco de manos. Como es de noche no se ve el desnivel que estamos subiendo. ¡Qué leches!...soy yo que no quiero mirar por donde vinimos.

En Aitana vuelve a hacer frío y aire. Encontrar la senda una vez arriba es complicada. No vemos ninguna marca. Obviamente, hay que arriesgar y seguimos lo que parece una senda (hay unas 5000 cosas que parecen una senda ahí arriba: todo tan homogéneo y sin apenas vegetación) y vemos una marca...a tomar por saco en otra dirección. Vayamos. Este tramo inicial de Aitana no es un descenso propiamente dicho. Es una colección de piedras distribuidas aleatoriamente pero con una única coincidencia: están puestas de tal modo que no puedes correr. Empiezo a pensar que esto lo cogemos en una hora, ya de día, y se consigue más que lo que podamos avanzar ahora. Lo que nos sirve, eso sí, es para darnos cuenta que vamos a estar más solos que la una. Solo se ve la luz de la feria.

Dejamos atrás esta primera parte del cresteo. Luego se coge pista y se puede trotar. Y empieza a amanecer, pero yo tengo un sueño que me caigo. De hecho me planteo la idea de quedarme un rato tirado por ahí y despertarme en un rato. La dejaremos para más adelante...la próxima noche, ¿quizás?. De todos modos, no es todo bajada. Algún que otro repecho hay. Así que si alguien esperaba un cándido descenso hasta Sella...que se vaya olvidando. Y que se olvide del todo cuando vemos, de repente, Sella ahí abajo. Y nosotros aquí arriba. ¡No!, no se bajará en picado, ¿no?.

Sí, sí se bajará en picado, sí. El descenso a Sella creo que es una de esas bajadas que las hago 10 veces y cada bajada me sale peor que la anterior. Gravilla, desnivel y ya. No pusieron ningún león hambriento. Habría sido pasarse. Pese a que es de día, estoy por ponerme el frontal para ver si cojo confianza o algo. Si empezamos la bajada con un promedio de 10:20 el kilómetro, acabamos este cómodo y plácido descenso elevando ese promedio hasta los 10:30. Mejor esto no lo contamos en Sella, nuevo avituallamiento. Andamos ya por el kilómetro 52 y pico (a los 5 kilómetros de más empiezan a salirle amiguitos...).

En la salida de Sella, el duo se convertirá en cuarteto con la llegada de Luis, que le abandonamos subiendo Aitana y no nos cogió mucho rencor ;p y un cuarto escalador (jose, tienes que preguntar como se llama la gente, ays!!). Aprendo un poco de escalada. Conocemos al Rino, un cerro con forma de rinoceronte con su cabeza y su lomo y tal. Pero sigo pensando que tengo que estar en contacto con el suelo, así que ese mundo sigue sin llamarme. También está bien la historia del conejo silvestre. Muy bonita, sí. Buscamos ahora el Coll del Pouet. Hablando y andando en las subidas y trotando en el llano. De las bajadas, como puedes comprobar, no hablo.

En el Pouet, nuevo avituallamiento. 5 kilómetros de bajada después, está Finestrat con su cambio de ropa e, iluso de mí, comida. Una vez allí me toparé con la cruda realidad. Un puesto normal. Por lo menos, me cambio de calcetines, fore a cargar y para arriba. Ahora toca volver al Pouet por otro lado. Si hay que volver a un sitio tras cinco kilómetros de bajada...la distancia será igual y de subida. De cajón. Ponemos ritmo de resignación y para arriba. En mitad de la pedantería de ese ritmo, me da por pensar que si la carrera es de 160 y le añades 5, que es preferible, ¿hacerla de 165 o de 155 eliminando un bucle que solo conduce a castigar mucho a la gente?. Obviamente, me lo pregunto porque se decantaron por la primera opción.

Volvemos al Pouet. La gente empieza a estar ya un poco tocada. Y no de anís, precisamente. Empieza a hacer un sol de justicia (como cambian las condiciones climatológicas en un periquete, me di cuenta), así que toca beber mucho y protegerse del sol. Buscamos ahora Guadalest. Kilómetro 80 en la guía, 87 en el Fore. Tras una ligera pérdida, cogemos una senda descendente en la que me noto cómodo. Nos hemos juntado un grupo de seis y hacemos marcha. De repente, cogemos una senda ascendente y el jose explota. Cogemos una retahila de sendas que hagan que me plantee el abandono. Alguien me debe oir y piensa, ¿seguro que quieres abandonar?...y me manda como castigo un tramo -bueno, a mí y a todos- completamente enfangado. Voy a abandonar y me mancho las zapatillas. Bien.

Dejamos ese montón de sendas que solo ha conseguido hastiarme cosa mala. Bueno, y dejarme las zapatillas tan bonitas ellas en ese montón de barro tan...eso. Empiezo a bajar hacia Guadalest. Quedan 80 kilómetros de ahí a meta. Nada más salir una subida de 900 metros de desnivel, después otra y otra. Podría seguir a Fageca y ahí pensarlo. Llegaría de día. O descansar y luego seguir. De momento, vayamos hacia Guadalest y luego lo vemos, pero la intención de dejarlo parece clara.

Puf, es que queda mucho. Puf, y hay que subir ahí arriba. Y a todo esto, el cielo sobre Guadalest tenía algún nubarroncillo del tamaño de Portugal encima. Una minucia, vamos. Nada, que lo dejo. El mismo de antes me oye y vuelve a pensar, ¿seguro que quieres abandonar?. Y me recompensa con una lluvia torrencial -que hasta hoy ha salido en las noticias me dicen- acompañado de un poco de granizo. Joer, ni que hubiera apostado por mí o algo.

Cuando me sale la tercera o cuarta escama, me encuentro una puerta abierta a la entrada de Guadalest. Y dentro, viendo la que cae, tres compis del grupo de seis anteriormente citado. Ikea es grande...dónde caben 3, caben 4. Me quedo en el umbral protegiéndome de la lluvia. Jose (bonito nombre), el propietario, me ofrece una toalla o un albornoz para secarme. Declino la oferta...total, voy a llevar luego el mismo caldo de ropa encima. El objetivo pasa por llegar al avituallamiento, abandonar y que me lleven a meta antes que me quede congelado.

Parece que deja de llover. Salgamos. Bendita lluvia, me ha calado hasta los empastes pero le ha quitado el fango a las zapatillas. Nos vamos para Guadalest. Se vuelve a poner a llover. Mecachis. Se vuelve a poner a llover fuerte. Me ahogo. Quiero llegar al control ya. Antes subimos por unas escaleras donde el agua cae a cubos. Bonita estampa. Si no fuera porque voy como voy, incluso se me escaparía un ohquebonito.

Llegamos a la plaza, veo el avituallamiento. Vamos para allá. "Jose!!". Una voz femenina dice mi nombre. El que me ha castigado con el fango y con la rotura de una presa encima de mi cabeza por fin me recompensa con una voz femenina. Antes que penséis mal, es mi hermana con el Guille. Parece que después de seguirnos por todo Madrid la semana pasada, se quedaron con ganas de seguir animando. En este caso, animar, van a animar poco...pero llevarme a Alcoy en coche, no sé, no es descartable. Lalalalalalala.

Entramos en el bar de la plaza y eso se convierte en el centro de la "operación retorno". Para lo cual necesitamos un coche (lo tienen) y ya. No necesitamos más. Yo, un poco más exigente, comento la opción de no morir costipado y pido que me compren una camiseta cutre salchichera (luego me entero que las habría más chungas, ay) y un bocadillito de longanizas y choricicos. Ya que sé que no sigo -el próximo cambio de ropa está en 40 kilómetros, no sé cuando dejará de llover y la montaña, mojada es más bonita...y peligrosa (de la noche ni hablo)- por lo menos que no me grite el estómago.

De ahí, vuelta a Alcoy junto a Raimundo (un argentino alicantino...esto de la globalización hace que cada día me entere menos) y un veterano madrileño (vuelvo a insistir en que creo que no es tan difícil eso de "hola, ¿cómo te llamas?). Son solo 40 kilómetros y, aunque llueve, mi hermana lleva el cristal del coche bajado...Según parece, el agua de la lluvia de Guadalest, no lleva jabón incorporado ;p.

En fin, la experiencia del UTMDA ha sido satisfactoria. He aprendido a saber abandonar, a saber cuando dejarlo. En condiciones normales, en Guadalest, es probable que hubiera continuado pese a tener tan claro que lo dejaba (me conozco bastante), ya que a Fageca habría llegado de día y el colchón con el que me movía por allí era para echarme a dormir unas 2/3 horas por la noche sin problema -el mundo necesita ultrarunners dormilones, creo-; pero con condiciones tan adversas y el estado tan precario en que me había quedado (empapado, digo) lo mejor era dejarlo y recuperarnos lo antes posible para locuras parecidas.

¿Volver al UTMDA a vengarnos?. De momento no -más que nada porque la carrera es anual, imagino-, pero no me ha hecho mucha gracia lo de hacer una carrera de 160 kmos, saber que hay kilómetros de más y no tener alternativas para mantener los kilómetros previstos y más habiendo un bucle de 11 kilómetros en el recorrido.

De todos modos, agradecer al C. E. Naturesport haberse metido en este tinglado y ofrecernos, tan cerca de casa, una carrera (pedazo de carrera) de estas características...y ayudar a darnos cuenta que todavía no estamos preparados para berenjenales de esta guisa...

El año que viene, cuando se me olvide todo esto y esté otra vez inscrito, trataré que no se me pase por la cabeza la idea del abandono para que la meteorología nos sea benévola (previo pago, claro ;p).