lunes, 16 de noviembre de 2015

Media Maratón de Valencia

Y el pinchazo del gemelo fue el 1 de noviembre. Y Óscar me dijo que pedaleara la primera semana. Y me dijo que la segunda trotara y estirara. Y eso hice. Diez minutos un día. 6 kilómetros otro -éste fue el segundo largo más ídem, creo-. Quince otro. Diez el último. Sobrado, pensé.

Y no te digo que casi sobreentrenado por vergüenza. En fin. Día 14 de noviembre, 14:00. A por el dorsal. Museo Príncipe Felipe. Subir escaleras. Ir al quinto c*ño, o sea, al otro extremo. Coger dorsal. Volver del quinto c*ño. Bajar escaleras. A por la bolsa. Entrar en el Museo Príncipe Felipe. Atravesar la feria del corredor para ir al quinto c*ño otra vez. Al mismo extremo de antes, pero en el piso de abajo. Lo de poder usar unas escaleritas que te lleven abajo directo, oye…como que no. Volver del quinto c*ño. Tener miedo de meterte en la feria otra vez por miedo a no encontrar la salida. Salir. Aire puro.

Es de noche. Merda.

Me quedo, eso sí, con las vistas desde la pasarela del Museo ése...


Día 15 de noviembre. 7:56. Aparco donde nunca he tenido problemas pero este año solo quedan diez plazas como quien dice. Primera conclusión: a mayor número de corredores, más gente, más agonías que madrugan, menos sitio. No lo digo por Isaac. Me parece entender que está ayudando a hinchar los arcos.

Pero pese a los 16000 corredores, nosotros seremos cuatro gatos los que nos citaremos a las ocho y media en la equis que, muy amablemente, puso Pedro en el plano. Y los cuatro gatos nos plasmamos para la posteridad. El día amenaza de todo menos tormenta. Ojo, habrá que beber porque el calor va a ser más que interesante.

Anna nos saca así de buenorros y nos vamos para la salida. 


Vicen, muy triste y cabizbajo, se va para el cajón de los que van en moto, o sea, los que quieren bajar de tres horas en hacer todo el maratón. Así, enterito. Bruto el nene. Es una mala influencia. Pero eso sí, habrá que creer lo que dice porque lo va a conseguir y, además, holgadamente.

El resto saldremos del cajón de 3:30. Y sin andar con muchas historias, nos ponemos al lío. Ni que decir tiene que voy a ir toda la carrera a mi bola. Intentando moverme en un ritmo cómodo a 5:10/5:15…merda, 168 pulsaciones en el segundo kilómetro a ese ritmo. Pues eso, como decía, vamos a movernos con cierta comodidad a 5:20/5:25 el kilómetro esperando como el cuerpo asimila esos primeros instantes y, más importante, como lo hace el gemelo.

Y los primeros kilómetros pasan medio bien. La mejor noticia es, por una parte, ver a Josep animando en la curva de entrada en Tarongers y, por otra, que desaparece el temor a que se me cargue el gemelo malo pues quien lo hace es el bueno. Y, encima, me alegro.

La recta de Tarongers sigo pensando que es eterna. Me imagino a Filipides corriendo por su Grecia natal y cascándose una recta enorme y luego volviendo por una paralela. Y después, claro, dándose una palmada en la frente en plan "qué soldado griego más tonto estoy hecho".

Por cierto, en este tramo me voy al suelo. Bueno, creo más bien que alguien me zancadillea, pero como tampoco sé si es que me cruzo o zigzaguea o lo que sea, tampoco le doy más importancia, vamos, que me cagoensup*tamadre cuatro millones de veces y sigo. Que van 7 kilómetros. Bueno, que quedan 35.

Y en Blasco Ibáñez pasamos el 10 medio decentemente. Aunque más rápido parecen ir los que vienen en el otro sentido, levantando una polvareda que no es ni normal. Y el 11. Y el 12 en Hermanos Machado. Y ahí noto una ampolla en el dedo gordo del pie izquierdo que va a ser molesta. Y eso que embadurné los pies en vaselina que daba gusto. Vamos, que me puse el calcetín enganchado con una cuerda al tobillo porque no había forma que se quedara puesto…Y luego noto que, cuando estiro la pierna, ahí un dolorcillo en la zona inguinal.

Y del gemelo, ni rastro. El maratón es una sucesión de problemas físicos. A cada rato te dolerá una cosa. Así que nada de esto me preocupa. Pasamos el 15. Primer trago de isotónico en vaso. Buen invento. No sé cuánta gente ha perecido ahogada por intentar beber isotónico en un vaso. ¿50?, ¿60? no sé cuántos euros la inscripción, más patrocinadores, más ayudas…y el isotónico te lo dan en un vasito. Bueno, no, te lo dan en un vaso. De hecho, creo que sería más justo definir el traguito te lo dan en un vaso.

Vamos a usar términos relativos para tratar de explicar esta contingencia: el todo es el traguito. Pues bien, cuando tratas de beber del vaso. Una pequeña parte o mierda porcentual es lo que bebes acompañado de aire que es lo que te ahoga. El resto, o casi todo el traguito, es lo que te tiras por la barbilla, camiseta y demás…

Así que mientras intento quitar el color azul de los cuatro pelos a los que mal-llamo barba, entramos en la Alameda y mi mamá está animando oeoeoe. Y la animación aquí es notable. De hecho, en cuanto te quieres dar cuenta, ya estás nuevamente en Blasco Ibáñez y antes de acercarte al 20 tenemos nuevamente la posibilidad de bañarnos en el traguito correspondiente. Y lo hacemos.

Y dejamos Serrería. Y nos encaminamos a la Calle de La Reina. Camino del kilómetro 21. Y en ese breve lapso de tiempo el gemelo malo dijo que ahí estaba él. Y se cargó cienmil. Y así no se podía correr. Y a mí me gusta correr. Excepto cuando me canso, que me gusta descansar. Y traté de estirarlo. Y nada. Y si hace bicicleta, pues haría triatlones, no???. Bueno, que eso, y nada. No había forma.

Y aquí se acabó todo.

Y como nos sabíamos el final, nos quitamos el dorsal y nos pusimos a caminar. Y pasó el globo de 3h45. E Isaac me hizo un robado.


Y antes que se forre con la exclusiva, pues lo cuelgo. El robado, a Isaac no.

Y de allí a meta con el fotógrafo de L'Olleria. Persona muy maja, sí. Hablando de maratones y de no ir preparados. De ver a la gente sufrir. De hablar que todo no se puede. De, en fin, concluir que esto es un hobby, una diversión…y, bueno, en dos días a correr.

Que en tres semanas está Castellón. 

Si es que, en el fondo, no aprendemos.


domingo, 1 de noviembre de 2015

Nos vamos al campo: Maratón de Montanejos

Buena idea -siempre pienso que es lo mejor- el hacer la carrera el sábado. Si es larga, se puede hacer noche allí y tomarte alguna bebida espirituosa que empieza por ron y acaba con cola. Si es corta, pues puedes empezar a liarte mucho antes, no sé, porque este argumento era para las carreras que te ocuparan unas cuantas horas…de éstas que te pidan el frontal obligatorio como requisito.

Así que el sábado, sí, el sábado, tocaba Montanejos. O Montalejos si te toca despertarte a las p*tas 5.15 de un sábado para, dos horas más tarde, estar allí, aparcando, acicalándote, conjuntando camiseta y manguitos (el naranja y el rojo es una combinación arriesgada, pero no sabéis apreciarla, oh), gafas de sol aunque el cielo esté completamente nublado y amenace lluvia…vamos, un postureo en toda regla.

Sofía, hará un par de meses, ya pilló de qué iba el rollo :)




Y, como se ve, tiene dotes de meteoróloga de la Primera. Importante, errar todo lo que se pueda.

Así que, mientras la chiquilla estaba concentrada en casa contando los caramelos que había conseguido hacer con eso del truco o rato, yo me preparaba para la salida con dos de los más siniestros y devoracuestas del Duris: Ricky y Vicen. 

Y juntos nos hicimos la foto de portada del Sports Ilustrated de noviembre, pero como no la tengo, pues  no la pongo.

Pero como ahora sí la tengo, pues la pongo.



A las ocho se dio la salida. Y empleamos una táctica novedosa. De éstas que no se había empleado nunca en una carrera larga: salir to'lijao. El objetivo, obvio, era tratar de sorprender a Vicen para que no me machacara mucho. Así que, con ritmos cercanos a 4'40'' (sin Juan Luis Guerra, afortunadamente) nos plantamos en el primer kilómetro. Y el segundo también salió por debajo de 5…y yo, claro, iba jadeando no, lo siguiente.

Obviamente, no habían pasado ni 700 metros y Vicen ya estaba junto a mí con esa sonrisa que piensas que este ritmo endiablado le ha reventado y que lo hace para que afloje, que no puede más aunque, como se verá en la primera rampa de subida, la otra opción, la de ir realmente bien, es la que va a coger peso.

Así que llegó la primera cuesta. Y luego la primera bajadita de hormigón. Y yo, con mi respiración, seguía doblando una peli porno chunga, conseguí acertar a decirle que se fuera, que iba sobrado…resumiendo, que me dejara en paz que me moría.

En realidad, leí muy bien la carrera y deduje que, en el kilómetro 3,5 ya habíamos pasado todo lo difícil y que ya no necesitaría de mi ayuda hasta meta y que, tranquilamente, a su ritmo, podría llegar sin mucho estrés. Así que el 80% del mérito de su tiempo es mío, claramente. Ríete de los gregarios del Sky y sus tácticas…

De todos modos, subimos la primera cuesta por la inercia en plan…como si la meta estuviera ahí arriba. Y luego la bajamos controlando. Un parotet massanassero -jose- intentó contratarme para su causa y todo. Me suena de algo ese club, oye…

Y llegó el primer avituallamiento. Y vi a Vicen. Y le hice con el brazo señal de ánimo. Y él a mí. Lo que estaba claro era que nuestras carreras iban a ir por separado. Y, claro, cada vez más espaciadas en el tiempo. En fin, volvamos al avituallamiento. Sin Aquarius ni isotónico. Bueno. Voy tercera fémina.

Subida. Senda. Bajada. Chorro. El Chorro son dos minutos de lluvia. Se han dejado un grifo abierto y no saben cerrarlo. Luego subes por pista. Y, después, kilómetro y pico de asfalto. En estas dos líneas todo lo que pase me tiene que pasar. En efecto, me adelantan todos y no sigo a nadie. O los sigo a distancia. A ver si no va a ser buena idea salir a tope la primera subida porque no entrenas lo suficiente…

De hecho, lo único que voy a sacar en claro, es que el amigo Chema Photografy puede sacar fotazas así de un zombie anaranjado que apenas se tiene en pie…



Y no, hacer cinco kilómetros el martes y otros cinco el miércoles, no es llegar sobreentrenado. Aunque, en la charla posterior, S es de la misma escuela y tal. Volvamos al lío. Seguimos en modo Mclaren. Ahora bordeamos el laguito ése que hay tras la presa y empieza una subida bastante interesante. Aquí se confirma que hay que buscar un término intermedio: no hay que salir a tope ni salir el último. Paso a ser la cuarta. O nos encontramos pronto el avituallamiento o aquí uno se baja antes.

Y el avitullamiento apareció. Y lo disfruté. Ya voy quinta. Y la sexta ahí. El isotónico del Consum iba que volaba…hasta un litro me bebí ahí. Y tanto lo disfruté que me notaba gordo. Sí, más aún (c#br*n€s!!!!). Entonces me sentí mal y me puse a trotar en tramos de subida. Cuarta. Y luego coronamos y seguimos trotando. Y seguimos. Y seguimos. Tercera. Prácticamente desde arriba al avituallamiento del 27 -que era donde almorzaban Machado, García Lorca y demás precursores del Pronto y el DiezMinutos- se hizo todo sin parar a andar.

Y luego repecheamos y enfilamos el kilómetro 30, llegando a Cortes de Arenoso. Y allí se siguió a rajatabla el artículo 3 de la FEDME para carreras de montaña: la entrada a un municipio se hará por el camino más chungo e inclinado que exista. Clavado. Senda ascendente y a buscar un nuevo avituallamiento. Aquí el isotónico pasó a ser casero: unos polvos rosas mezclados con agua que, combinados, provocaban algo más cancerígeno que la carne procesada ésa de la OMS. Así que a la basura y cocacoleamos…

Tras Cortes viene otro tamo ascendente. Ves ahí arriba una torre de alta tensión??? Sí. Pues ya puedes decir para tus adentros merda, joer, culo, caca o pis…que ahí hay que ir. Subida en algunos momentos con algo (bastante) de pendiente, pero se podía subir andando sin parar a tomar aire. Excepto si vas en modo Gistaín. De todos modos, por mi parte, satisfecho porque las sensaciones de la segunda subida no van a volver a aparecer y en ese grupo de diez o doce corredores, no vamos a desentonar -a peor- lo más mínimo.

Una vez arriba. Pista. Y los diez que íbamos…anda que alguien se ponía a trotar. Así que hice de valiente y, a cincuenta metros, giro a la izquierda que te invitaba a dejar de hacerlo…Ahora bien, hasta el avituallamiento del 40, sucesión de tramos trotables en su mayor parte, pero que parabas a recuperar porque sí, porque ya llevamos algo de tralla. Coronamos, avituallamos (otra vez sin isotónico) y tiramos para abajo.

Ah, en el 37 noté algo parecido a un calambre en el gemelo y aflojamos un poco por la molestia. ¿Esto por qué lo digo?, porque en el 42, eso parecido a un calambre pasó a ser algo más y ahí se dejó de correr. Y la carrera. Y la odisea fue buscar un camino que bajara a la carretera. Y al final apareció. Y salí a la carretera. Y unos chicos muy majos de la organización me llevaron al pueblo. Y ahí el dorsal 120 oficializó su abandono. Y las minis le dieron una taza. Y Anna me comentaba lo contento que estaba Vicen.

Y me fui para el coche. Y tuve que volver, porque Vicen, C y S estaban por meta. Y departimos. Y pusimos a parir a los del Sobrarbe porque para ganar un concurso de relatos o de vídeos tienes que alabar al líder, al recorrido al más puro estilo norcoreano. Y Vicen se acercó a las seis horas y media. Y cuando no estaba me atribuí su mérito, claro. Y viendo la gente deduje que habría andado por las siete horas…pero, bueno, eso nunca se sabrá. Y, poco a poco, seguiremos sacando en Vicen ese punto asesino que ha de tener para meterse, de momento, de los 30 primeros en las carreras. Y tenemos que hacerle el contrato de tres años para cuando vengan los de Salomon, que paguen la cláusula. Y C y S están ahora haciendo 30 kilómetros por esos sitios. Y M. Y si hubieran hecho la de 55, anoche estaríamos pidiendo otra cocacola más, que lo han cargado mucho…

Ah, y como soy un c*br*n, este último párrafo es para el flamante tercer veterano de la carrera el señor Javi Muñoez, que transmite una felicidad alrededor allá por donde pasa y al que siempre es una alegría ver. Y, qué c*ño, que dijo que iba a leer la crónica, así que toma…mi enhorabuena.

[Edito on] Y también hay que felicitar a S que, tras los consejos postcarrera de ayer, hoy ha decidido hacer tercera también y llevarse un trasto más a casa para que C le limpie el polvo [edito off]

Y a ti también, va :)