domingo, 10 de marzo de 2019

Hoy hacemos el ridículo en...Algimia de Almonacid

Tan convencido estábamos de correr en Xàtiva...que acabamos en Algimia de Almonacid. Igual de convencidos de que pasaba el Madrid, fíjate...Así que nadie se extrañe cuando, tras hacer noche en Altura -como los ciclistas en el Teide-, pensamos al llegar a Algimia que habíamos aparcado bien.

Y sí, bien aparcado estaba, el coche en su placita, sin salirse de la pintura...pero a tomar por saco de la salida. "Los dorsales son en la otra punta del pueblo". Y, en efecto, eran en la otra punta. En la otra p*ta punta, matizando. Tres husos horarios después, teníamos el dorsal. Intercambiamos palabritas con el Belmin

Volvemos al coche. Nos cruzamos con Bravo. Tiempos de CC.PP. 

- "Estás más gordo"

-  "Llego tarde al coche, adiós. Y los dorsales son en la otra punta. No llegas". Así, sin tensiones innecesarias...

"Istís  mís girdi, istís mis girdi"...Hacemos un poquito de magia entre los arbustos...y tatatachán, pesamos 200 gramos menos. Y poco más, nos ponemos el dorsal y a la salida...que está, como decirlo, no muy cerca.

Tras pasar bajo los efectos de cuatro anticiclones y dos borrascas por fin estamos en la salida nuevamente. Por cierto, no lo hemos dicho, estamos en el Jabalí Trail, una carrera de 25 kilómetros que cumple su segunda edición. Por delante hay que salvar unos 1500 metros de desnivel...chupao. Esta semana hemos hecho cinco kilómetros en el río. Y el bocadillo de panceta, longaniza y ajoaceite del sábado también es un bálsamo recuperador con propiedades que no se pueden contar...vamos más que listos.

Así que no nos amedrentamos y a las 8.00 estamos en la línea de salida junto a cerca de 200 corredores. El inicio será por el pueblo. Pum. Salida. Esta calle me suena. Esta calle me sigue sonando. Este giro a la izquierda me suena. Ese coche es bien bonito. No valoro si lo lavara...520 metros. Juraría que en el Maratón de Valencia siempre he aparcado más cerca. Abandonamos asfalto.

Como no hemos encontrado fotos de la salida, ponemos una recreación


Kilómetro 2. Pista. Todos corren. M*erda. Kilómetro 3. Pista. Todos corren. M*erda. Tapón de entrada a senda. Muy breve. Se anda un poco. Se vuelve a correr. M*erda. Kilómetro 4.  Senda. Todos andan. Miras hacia arriba. C*ño, no se ve ni el sol. Parece que queda...pero se ve a la gente zigzagueando. Es bonito. Y j*dido. Por ahí hay que ir. M*erda otra vez.

[Inicio inciso

Evasion Running nos saca de esta guisa al poco de entrar en la senda


Fin inciso]

Kilómetro 5. La senda se acaba. Viva. Volvemos a la pista. Ascendente. Complicado correr. Tiene pendiente. Mucha. M*erda. En algún tramo trotaremos..los talones molestan pero vamos, soportable. Kilómetro 6. Más pista ascendente con menos pendiente. Trotamos. Coronamos. Avituallamiento. Solo agua...seguimos. Bajamos. Viva. 

Pero tampoco es que bajemos mucho. ¿Cómo que no?...c*ño, porque estaba ahí y me acuerdo...y es que enseguida empezamos a subir una senda empinada. Estamos ya a unos 800 metros y las vistas empiezan a ser más que interesantes. Este repecho parece que no se acaba...y cuando lo hace, por fin, da paso a un tramo de cresteo de los que todos queremos, esto es, primero cuesta abajo y luego de subida...nada de rompepiernas. Bueno, realmente queremos que sea todo de bajada, pero eso, éste también lo firmamos. Por ahí, además, aparecerá un tramo de cadena que alguien tan antitécnico como yo lo solventará sin mayores complicaciones que un tapón con el doble de gente...ea, qué le vamos a hacer. Vamos camino del nueve y ya hemos pasado de la hora.

[Inciso

Alejandro Lostado nos saca tal que así...



Fin inciso ]

Y ahora toca bajar...senda técnica, senda no tan técnica, pista, barranco...estos tres kilómetros de bajada dan para todo incluso para, cuando vemos el desvío de los que hacen el 18 (uh, fuera, cobardes!!) lo de plantearse que con 18 la cosa ya iba bien...y es que van 12 kilómetros y llevaremos unos 600 de desnivel. Queda la mitad con 900 de desnivel. Ah. Estoy más cansado que al principio. M*erda.

Y en éstas, los del 18, además, seguirían recto o bajando mientras nosotros nos enfrentamos a un breve repecho para acordarnos de lo que nos duelen las piernas tras tanto tiempo de bajada. El repecho es ridículo, lo bajamos y avituallamiento de agua. En el anterior vimos que el isotónico no era muy allá...así que rellenamos agua y nos beberemos otra botella de trago. Y con eso nos vamos a por el segundo ascenso del día: La Rápita. La que está a casi 1100 metros sobre el nivel del mar. Ah...y nosotros estamos ahora mismo a 572. M****a. 

La de 18 era una muy buena opción. Y salía a las nueve. Ays.

Total, que empezamos la subida a La Rápita. Como suena a que esto se hará muy largo, decidimos ir en compañía de un par más. Cerramos grupo con la única intención de subir desahogado. A ver, bueno, ahogado pero no mucho. Súper no vamos...así que vamos a salvar esto para después, si se puede, empezar a correr. Esto es Espadán puro y duro. Los kilómetros de 15', 14' y 12' consecutivamente lo atestiguan. A mitad de subida, cuando empezamos a oír voces por detrás...pasamos de modo desahogado a ahogado nuevamente...lo de tener una táctica y seguirla...como que no es para mí. 

Coronamos La Rápita casi en el kilómetro 16. Tramo de bajada bastante técnico e inclinado. Creo que me falta soltura. Y me sobra inocencia. Pensaba que ya era todo bajada. Igual el desnivel está mal medido... Aunque llevemos 1200 positivos. Quedan 9 kilómetros y 300 metros por ahí de repechos. Pero antes, avituallamiento. Y justo después, primer repechaco. A las vistas espectaculares y al dolor de piernas se le une un nuevo invitado: el calor. Aún estamos en invierno, recuerden. Ejem. 

Kilómetro 17. Cuesta. Kilómetro 18. Más para arriba. ¿Y lo duro era La Rápita?..se empieza a bajar. Kilómetro 19. No termina de ser todo bajada y, lo que es peor, en cada tramo de subida, nos quedamos literalmente pegados. Kilómetro 20. Más de lo mismo. Kilómetro 21. No hago más que quejarme (novedad!!) que apenas se baja...y estamos a 400 metros menos de altura que hace cuatro kilómetros. Cruzamos la carretera. Repechaco de la carretera. Kilómetro 22. Senda, pista...no termina de ser bajada. Se ve, por fin, el Castillo. Ubico, por tanto, la Vall. Está ahí, ahí abajo. Seguimos llaneando. O incluso subiendo...aunque sea levemente. Kilómetro 23. Parece que se inicia la última bajada. Se ve el pueblo. Lo veo. Está ahí. Cada curva a la derecha nos aleja de él. ¿Vall? ¿Dónde estás?...no te veo. Kilómetro 23,5. Me echo a llorar. Kilómetro 24. Tras una senda de bajada (yo tampoco me lo creo) llegamos a la Vall. A la izquierda está la meta. Giramos a la derecha.

Cada giro a la derecha es un puñal en el corazón.  Creo que me he pasado de poético. Cada giro a la derecha es una p*tada. Ahora sí, mejor. La meta está a mi espalda, cada vez más lejos. Espero girar algún día a la izquierda. Y más después de esas escaleras. Y de ese paso por los bajos de un edificio...caramba, mis lloros han surtido efecto: aparecemos en la calle que tantas veces transitamos esta mañana. En efecto, justo antes del repecho. Por dignidad, vamos a meta sin pararnos.

Y parece que vamos a llegar a meta sin ningún episodio esperpéntico más. No, perdona, queda uno. Hay que mencionarle porque se lo merece: a quince metros de meta uno me adelanta. Muy bien. Ahí te reviente el corazón por pegarte ese calentón, me parece genial que lo hagas...pero so inútil, no te pares delante de golpe porque haya otro de la de 18 entrando a meta y quieras salir solo en la foto. El postureo -y su tontería- en su máxima expresión.

En fin, que no sé ni qué tiempo he hecho pero que la experiencia de esta carrera es muy satisfactoria  -además, no he empujado al que se paró delante- en todos los sentidos:

Vista: qué te voy a contar: Espadán puro y duro

Olfato: Atravesamos dos carreteras, un poquito de hormigón y el caso urbano de la Vall. Salvo eso, todo lo demás es monte puro. Respira.

Oído: Y oye.

Tacto: No solo para agarrarte a la cadena y hacer tapón...también hay que palpar los pinos o alcornoques para agarrarse a ellos...joer, menudas bajadas.

Gusto: Misteriosamente lo dejo para el final: Menudo avituallamiento en meta. Cocas, embutido, bebida (claro, que si no hace bola) y...jabalí.

En el tacto también podíamos haber puesto la sensación de subir a cuatro patas los últimos repechos pero, mira, mejor no lo hacemos.

El perfil es éste:

Y el cabr*n del Belmin, ha decidido hacer sexto. ¿Qué es eso? Pues que cuando el menda estaba por ahí arriba, a mil metros de altura...el ya estaba en meta. Un crack corriendo y un crack cuando no corre.

Y eso, carrera plenamente recomendable. Es dura, sí, y desde La Rápita...se te puede llegar a hacer inacabable como lo hayas dado todo allí...pero, en la otra parte, es terriblemente espectacular: el cresteo inicial, la misma subida a Rápita, el barranco del once...Avituallamientos aceptables (les pongo matrícula si el isotónico estuviera ya hecho...aunque fuera el del Consum...a los de sobre no les termino de pillar la gracia), muy bien marcada y tour turístico por la localidad si no estás muy avispado a la hora de aparcar. Y, si lo haces bien, pues la ruta te la haces en el último kilómetro. Bolsa con camiseta, buff y miel.

Y, por supuesto, lo más importante de todo: la simpatía y el saber hacer de todos los voluntarios que, en vez de hacerte sentir en una carrera, te hacían sentir como en casa.

Así que...no habrá que perderle el rastro a esta carrera para próximas ediciones.

2 comentarios:

  1. No me extraña que tardaras tanto... empiezas la carrera en algimia y terminas en la Vall.

    Te ha faltado contar lo de los calicantos... jejje

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    1. Tenía una capacidad innata para confundir poblaciones, como aquella vez que, de asfaltero, iba a correr a Turís y me di cuenta que me había colado cuando llegué a Tous...historia triste.

      Pero eso, en este caso era para hacer más kilómetros, que me pareció suave la carrerita...

      Si lo contaba, se hacía muy larga la crónica, deja deja.

      Sexto, el loco éste hizo sexto...y grabando con la cámara ;P

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