sábado, 2 de marzo de 2019

Hoy esprintamos para hacer el ridículo en...Corbera!!

Cuenta la leyenda que, en lo alto del Cavall Bernat, hace 500 años, una moza esperaba a ser rescatada. El nombre de esta mujer nunca se supo y la causa por la que estaba en la cima tampoco. Tampoco se sabía si  quería abandonar tan abrupto lugar pese a que el wifi no es que fuera muy allá, que se diga.

Conocedor de la situación, el hidalgo joselillo, decidió que había que poner remedio y preguntarle el motivo por el que estaba en tan inhóspito lugar y se dirigió rumbo a la cima. Se guió de su sentido de la orientación y de unos carteles puestos en lugares estratégicos en los que ponía moza y una flecha. Y deducía que era por ahí.

De repente, lo que era una senda transitable se convertía en tramos de trepadas y ahí, nuestro héroe, se quedó pensativo en una piedra mientras observaba que los postes indicaban directamente al cielo. Parece que el camino, por tanto, cogía algo de pendiente. Y a nuestro personaje pues le daba miedecito esa situación en las que se tenía que desenvolver con las manos. Bueno...la leche que se daría por un mal paso también le daba reparo.

La chica, observándole desde lo alto, inició el diálogo:

- ¿Qué haces loco?

- Pues nada, ya ves, que venía de la villa de Corbera a hacerte una preguntilla pero he visto esta piedra tan bonita y agradable al tacto y he decidido quedarme aquí, abrazándola.

- Va, sube, que hay unas vistas de narices y, si apuras la vista, ves un poquito de la Batalla de Lepanto.

- Es que me da miedo, jo! -le contestó joselillo agarrado a la piedra cada vez con más fuerza.

La chica empezaba a mosquearse por la actitud del chaval.

- Venga, que como se enteren que estás por ahí, serás presa de los buitres o, peor aún, del Señor de Vinicius, que es un amante de la caza con flecha.

- Si es el chico ese de la puntería rara, creo que no me da ni con una bomba atómica

- ¿Bomba qué?

- Nada, perdona, me he liado.

- ¿Subes o qué?...que empieza el programa de Jordi Hurtado

- No, no, tengo vertiguito...mejor me bajo yo eh, que la pregunta no era tan vital y le digo a la gente que estás bien y que no necesitas nada.

Y la historia quedó así, joselillo se bajó por donde había subido y el Cavall Bernat quedó asociado a esa historia que me acabo de inventar.

Recreación del hidalgo con su colega bombón porque, como sabrás, no había cámaras entonces. Bueno, ahora tampoco es que haya muchas...



Total, que eso, que cinco siglos después, en 2018, en la primera edición del Trail Serra de Corbera -vamos, que esto ya son hechos reales-, el menda, en los inicios de la subida a la parte más técnica del Cavall Bernat se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos. Miedo, pánico, pavor...la sensación de quedarse bloqueado en una subida desconocida le echó para atrás. Y de eso se sacó una valiosa lección: no te apuntes a la larga de Corbera.

Y aprendimos tanto la lección que nos apuntamos a la corta, la sprint, la de ocho kilómetros -que acabaron siendo casi diez- en 2019. Además, este año, la organización también perfeccionó la salida e hizo que los de la larga salieran a las 8.30 y nosotros a las nueve. Mejor. Acierto.

Lo bueno de un sprint es que la crónica es más breve. Osana en el cielo. Además, de los casi diez kilómetros, los dos primeros eran de asfalto. Nos desenvolvimos en unos dignos 4'40'' (sin Juan Luis Guerra) así que, cuando llegó la primera subida, cogimos el tapón de los que corren a 4'40''. Obvio.

Juraría que dimos la vuelta al Castillo -realmente solo mirábamos los pies al de delante- porque la intención original era, en un alarde de optimismo desmesurado, la de hacerla toda correteando. A ver, iluminado, la distancia será más corta pero la montaña de Corbera es todo menos trotable. Y, para muestra, pues eso, los primeros cien metros. Y los segundos, si me apuras.

Lección aprendida.

Y si los dos primeros kilómetros iban a 4'40'', el tercero se nos fue a más de doce. Había tramos de subida y tramos de subebaja, pero eso, se nos fue de madre el kilómetro. Después, una bajada por senda que nos enseñaba una cosa...qué difícil iba a ser adelantar. Y más cuando, tras la bajada de senda, le siguieron 200 metros de hormigón y un nuevo repecho y, después, una senda estrecha con un poquito de terraplén al lado...vamos, que o pedías paso y se apartaba directamente quien nos precediera o difícil.

Entonces esa senda dio paso a otro tramo de asfalto y unas escaleras...por lo menos eran anchas, aprovechamos. Avituallamiento. Nos lo saltamos y un rampón de cemento. Oye, pues lo hemos subido todo al trote (gracias por hacer la ola) luego otro tramo de senda llana sin fijarnos que, si nos vamos medio metro a la derecha, nos vamos al campo de abajo. Esas cosas, de verdad, mejor no pensarlas. Un poquito de senda para abajo hasta que pasa a ser para arriba. Oh, oh. La primera subida seria del año pasado. 

Eso sí, sin tapón. Así que vamos subiendo y, si se puede, adelantamos un poquito. En un kilómetro se salvan 220 positivos...vamos, que no es muy corredor. Después, una bajada técnica y la subida más bonita de todas, pues vas por la ladera de la montaña, en un paso que hay en la misma piedra eso sí, echado hacia la izquierda porque a la derecha, para variar, bueno, no miré a dónde llegaba...lo vi innecesario ya tú sabe.

Pues nos plantamos en la hora y casi siete kilómetros y, una vez ahí, realmente piensas que la carrera es más larga de los 8800 metros indicados...pero bastante más. Entonces te ponen una bajada bastante técnica en la que te ventilas casi todo el desnivel y luego unos tramos de pista y asfalto que hacen que, en apenas dos kilómetros, estés a la entrada de Corbera.

[Inciso

Pastor Llopis nos saca de esta forma...que parece que realmente estábamos corriendo


Fin inciso...y casi casi de la carrera]

Pues eso, que la pista nos dejaba a la entrada de Corbera, entonces un poquito de callejeo, un tramo entre naranjos y salimos a la carretera cuyo carril bici nos lleva al polideportivo. Entramos con una zancada digna en algo menos de hora y veinte tras 9700 metros...solo a 25' del primero. 

Casi nada :)

El perfil es éste:


Y, bueno, las sensaciones de este año son mucho mejores que las del anterior. En Corbera, con la sprint, ya vamos bien. Carrera bien marcada, buena bolsa, recorrido bonito -y a ratos duro-...vamos, que es sprint por la distancia porque para nada se puede considerar como una carrera de iniciación pues las bajadas tienen su miga -sobretodo la última- y las subidas tienen su pendiente. Bonita forma de pasar la mañana del sábado. Además, en meta, había bocadillo de longanizas de esos que luego hacen que te sientas mal, te cambies, y te vuelvas al monte a dar otra vueltecilla buscando los caminos por los que hace 500 años, el hidalguillo mierdas ése no supo llegar arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario