domingo, 5 de noviembre de 2017

Trail de Montanejos: Hola Anabel!!

Y el viernes 27 Anabel vino y dijo hola. Lo hizo bien. Así, para empezar, tenía ya los dos días de descanso del finde. Por aquel entonces, ya estábamos inscritos para La Vuelta al Charco de Montanejos pero, ahora, además, cabía la posibilidad de recibir una invitación para el bautizo express de la chiquilla para el sábado 4 y, lamentablemente, no poder acudir a la cita.

El lunes miré el buzón y nada. El martes, lo mismo. Así llegamos al jueves donde apareció, por arte de magia, una carta que no era del banco, ni de Hacienda, ni de un un magnate ugandés que me regalaba sus minas de oro y diamantes a cambio de no sé qué...no, la carta sospechosa que vino fue esta...


Todo dulzura, todo amor...pero ni rastro de una citación para el sábado para cualquier cosa. De todos modos, muy orgulloso de ostentar mi liderazgo mundial en la categoría de "tío de sobrinas molonas". Por otra parte, señores, creo que nos toca ir a Montanejos.

Y eso. Tocho va.

¿Truco o trato?, ¿sigue o cierra?. Tan solo adelantar que los acontecimientos que se desarrollarán a continuación no tienen nada que envidiar a cualquier película de terror en la que estés pensando. O actuación de Leticia Sabater, que creo que entran en la misma categoría.

Y el viernes noche aparecimos en Montanejos. Me di cuenta que C no quería que cenara con ellos. Me da igual. Él tampoco me cae bien. Problema resuelto.

Desayuno, vaselina, pomada, coger dorsal, ver a Óscar, felicitar a Óscar, dejar a Óscar que ayude a los verdecitos a que esté todo preparado, coche, vaguear, salir del coche, cargar el ponchino (daban lluvia -ja-), ir a la salida. E ir por propia voluntad, por delante 55 kilómetros, a la salida. Lo normal sería que alguien te cogiera por los pies y te arrastrara allí y tú, intentándolo evitar, dejaras marcas de tus uñitas en todas las esquinas y las paredes...pero no, somos así, vamos a hacer una carrera de 55 queriéndola hacer.

Incluso, cuando te encuentras con tus semejantes, sonríes. Y hasta saludas. Y a algún amiguete de Segorbe que solo hará de los veinte primeros. Un paquete, vamos. Impresionante Julio. 

Y me metí superrápido al corral. Y, entonces, el resto de mis gatos, aparecieron girando la esquina. Es lo que tiene cuando se alojan en el quinto c*ño. En efecto, su balcón daba a la plaza. 

Así que nos dio tiempo para hacernos la foto de salida. 


Si quieres dejar de leer, te adelanto acontecimientos: menos la fuente y la niña, todos llegaron por delante. Sí, hasta el anticenas de C, puahg.

Así que esperamos a que dieran la salida. Por nuestra colocación en la misma, nos hicimos a la idea que lo que ocurrió en 2016, eso de "S, no esperes a C, que tienes ahí a la tercera" no iba a pasar. Solo teníamos las vallas detrás.

Y se dio la salida. A Vicen nos dio para verle como tomaba la primera curva. Y ya. El resto salimos ahí, tranquilamente. M se fue a su marcha. C y S se quedaron disfrutando de ir los últimos y yo, pues haciendo palmas: estos tres kilómetros iniciales tan llanos y corredores es lo que más le mola a mi tendón. Ah, también al gemelo. Se suma a la fiesta. Óscar, mientras tanto, sigue enseñando fotos de Anabel.

Entonces llegó la primera rampa y la carrera se convirtió en una marcha senderista. "Haber corrido más en el llano". Pues eso. Y la primera bajada, se convirtió en una bajada senderista. "Haber subido más rápido". Pues eso. Luego un tramo de pista y primer avituallamiento. Llevamos ya una hora. Cansado no voy mucho. Los entrenes me aseguran que puedo llegar medio decentemente al quince. Y los dolores, pues no van a más. Así que rellenamos el agua y seguimos...

Bajada de senda y, a lo lejos, se oye un grupo de batucada con sus tambores. Vale. Somos nosotros al pasar por un puente de madera. Seguimos bajando hasta que dejamos de hacerlo. Merda. Nos acercamos a "El Chorro". Hoy chorrillo. Apenas nos mojamos. 



Ni que estuviéramos en sequía. Ah, vale, que los informativos solo hablan de Cataluña. Bueno, eso, seguimos. Volvemos a subir. Primero un tramo asfaltado. Una vez corones, ahí, a la izquierda, se desvían los del 15K. Tentador no, lo siguiente. Ea, a la derecha. Lloros. Tierra. Rampón. Presa. Asfalto. Llano. Mi tendón. Más lloros. Llevamos 11 kilómetros. Una quinta parte. No es reconfortante, la verdad. 

Dejamos el asfalto, la pista y cogemos la senda. Iremos rodeando durante un par de kilómetros el Embalse de Arenoso. Un subebaja bastante corrible hasta que, de repente, te alejas un poquito, atraviesas un campo y te encuentras una rampa a la derecha que te hace ver rápidamente que eso...pues no es corrible. Pero es solo una rampa. Después un falso llano y luego ya, sí, la cosa se vuelve a poner seria. En unos dos kilómetros y medio se salvarán casi 300 metros. No es mucho, ya, pero eso, hablamos del kilómetro 16. Fuera, fuerísima de mi zona de confort. 

Pese a todo, subiremos a un ritmo no muy malo. Incluso, en la parte más alta, donde las vistas del embalse son sencillamente espectaculares, nos engancharemos a un grupo para volver a quejarme de lo de la marcha senderista. De los cinco minutos que me tiraré en el avituallamiento no, de eso no diré nada. 


Esa sensación de estar rodeado de montañas y mirar hasta donde la vista alcance y, ahora sí, darte cuenta que tu coche está aparcado detrás de la última cumbre, esa sensación es sencillamente inenarrable.

Tras el avituallamiento, vendrá un tramo de subida bastante trotable donde recuperamos parte del cuarto de hora que nos hemos dejado devorando lo que había por ahí. Tras coronar, entramos en el tramo más insulso de la carrera, cuatro kilómetros de pista ligeramente descendente en los que el tendón, bueno, eso, que está ahí. 

Afortunadamente, se pasa rápido. Volvemos a coger senda...y volvemos a coger tapón. Nos aseguramos llegar a La Monzona decentemente. El avituallamiento aquí es líquido. Y el siguiente está cuatro kilómetros así que...seguimos sin parar. Este tramo es otro continuo subebaja pero con un primer repecho en el que vamos a darnos cuenta de una cosa: no estamos bien.

Pero no de la cabeza, eso ya es irremediable, si no físicamente. Correr es costoso y empiezo a notar las piernas bastante cansadas. Van 27 kilómetros y casi cuatro horas. A Óscar le queda el 34% de batería tan solo. En los tramos llanos me apetece andarlos y los ascendentes, gatearlos. ¿Y si lo dejamos en Puebla de Arenoso con 30 kilómetros dignos y en paz?. Por delante, 25 kilómetros con subidas ahí, allí y a la Maimona.

Mira a  Froome: ¿cuántos años ha ido a la Vuelta y no la ha ganado?...pues yo lo mismo con Montanejos, ya la acabaré algún año y en paz...Es más, que Froome tampoco ha venido a Montanejos, igual tampoco acaba...

Y cuando crees que nada puede ir peor, te das cuenta que te equivocas. Oyes una voz familiar. Oyes a C. Te paras. Miras al cielo. Extiendes los brazos con las palmas hacia arriba: Señor, ¿por qué a mí?.

Me cuenta que S ha sido conservadora (y lista) y que él se ha puesto a correr y tal y cual. Yo le miro atentamente, haciéndole pensar que le escucho pero realmente pienso cómo leches lo ha hecho para no pillar tapones.

Le digo que estoy para todo menos para correr así que...sigue. C se está yendo para delante. Involución completada. Más bajo no puedo caer. Bueno, sí. Puedo tropezarme y caer al embalse, pero me refiero metafóricamente. 

Llegamos a Puebla de Arenoso. Ahí está M esperando. He tenido que ser terrible en una vida anterior, confirmado. No solo eso. Kike Moret hace de speaker y pone el Despacito. No tengo ni idea de cómo torturarán en Guantanamo, pero muy diferente a esto no puede ser.

Por otra parte se confirma que, en los avituallamientos, la Coca Cola es Zero. Que sí, que a mi madre le va muy bien para quitar los chicles de las camisetas pero a mí no me va. En carrera menos. Me parece loable lo de preocuparse por nuestra salud y el tema del azúcar...pero se están ofreciendo chucherías en los mismos avituallamientos. Ni Cocacola ni Aquarius. Esto, junto a la compañía, es la única pega que le encontraré a la carrera. 


Tengo que aguantarles 25 kilómetros y no puedo ni con los huevos. 

Esta frase es de M, de siempre...¿por qué la estoy pronunciando yo?. Es más, 25 kilómetros y los dos primeros hay que salvar otros 300 metros de desnivel. 

Así que, al lío. La subida fue una fiesta, claro. Así que vamos a saltarnos esa media hora. No nos sentamos en ninguna piedra y tampoco vimos a un Megane. Una vez arriba, C, poseído. Se fue. Y yo me quedé con M. O M se quedó conmigo.

Nuestros trotes en los tramos trotables eran cercanos a inexistentes. Tan solo lo hacíamos si la senda era realmente descendente. Era lógico, por tanto, que Ricky viniera desde atrás, viéramos que estaba bien tras su elegante aterrizaje y le diéramos permiso para ir a por C.

Poco a poco llegamos a Los Calpes. Otro poco de agua y a buscar El Morrón. Kilómetro 36. En breve nos ponemos otra vez a subir y, viendo como la gente venía, nos superaba y desaparecía en la lejanía empezamos a hacer cálculos: si C se ha ido en el 33 y quedan 22, si nos saca dos minutos por kilómetro que, a este ritmo es bastante posible porque lo estamos haciendo todo andando...nos saca tres cuartos de hora.

Vamos, como si hubiera puesto urnas. La reacción fue instantánea, aprobamos con carácter de urgencia la "Operación Maquillaje" que consistía no solo en intentar cazar a C, si no, en la medida de lo posible, reducir la distancia a su mínima expresión (es decir, que en vez de 45 minutos, sean 42 ya es un avance)...vamos, que habrá que trotar algo.

De momento, como el tema era serio, lo primero que hicimos fue parar a mear.

Y luego, sí, trotamos. El resto de la subida a El Morrón, por pista, se hizo bastante decentemente (vamos, que no nos pasaron más de diez...más). Avituallamos arriba y nos tiramos para bajo. En esta bajada, hace dos años, un pinchazo en el gemelo me tiró por tierra la carrera. Este año, la venganza fue allí. 

Bajando, fuimos cogiendo gente. Si es que, cuando ponemos en marcha una Operación, le ponemos todo el empeño. Así que, bajando y adelantando, M se quedó ligeramente cortado. Como solo quedaban 12 kilómetros por delante...se me olvidó parar. Yo creo que es Alzheimer y me preocupa, eh.

Y seguimos, seguimos, recuperando posiciones y sensaciones. También vi como Ricky paraba a mear. Fabulosa sensación, sí. Joer. Pues eso, ahí seguíamos y los kilómetros pasaban. Solo quedaba enfrentarnos a la Maimona...poco a poco.

Pero, mientras se seguía en ese tramo rompepiernas, en un giro a la derecha...zas, vacío. Creía que me  quedaría sin fuerzas subiendo la Maimona, pero no 300 metros antes de llegar. Así que, imaginad como fue. Sobretodo ese primer tramo inicial por senda. Y encima se puso a llover. Lo pensaba y lo pienso, me merecía que lloviera y todo lo malo que pudiera pasar en ese preciso momento. 

[interrupción lector]

- "Oye, perdona, que si dices que te mereces que te lloviera...también se mojaría M"

- "Daños colaterales".

[Fin...retomamos crónica]

¿Cómo se puede hacer para pegar dos petadas en 15 kilómetros?...ven, que yo te explico...

Tras ese tramo de senda, le siguió uno de pista. Duro, pero caminable, pero la sensación de ko técnico era irremediable. Y luego, un avituallamiento.  Y vinieron Ricky y M. Y se fueron por delante. Y Ricky se fue. Y M se esperó. Estás que yo le esperaría...Me puso al día de los 312 mensajes del grupo de Whatsapp. Que Vicen había llegado dejando un surco en la senda de la velocidad...pero C todavía no. Si C no llegaba, los tres cuartos de hora no iban a caer porque ya habíamos acabado la subida y nos quedaba el tramo del cambio de nivel (en los carteles marcaba unos 200 metros de barranco...genial la sugerencia de caerse a la derecha) y luego la bajada a meta.

M*erda, a las 15:41 llegaba C. Yo ya no puedo, los tramos ligeramente ascendentes ni se contemplan,  ni con los tramos llanos. Los primeros tres metros de la inercia tras la bajada sí, pero ya. M me dice que ya estamos, que el pueblo está ahí. Ah, vale, entonces así sí. El ritmo es lamentable a la entrada del mismo. La gente no sabe si animarnos u ofrecernos una silla. La silla, malditos :p.

Giro a la derecha, paso de peatones, más bajada, 150 metros, giro a la izquierda, 50 metros. Meta. 8 horas y diez minutos o así. Le he fastidiado a M bajar de ocho horas. Ea, una lástima. Eso le pasa por esperarme.

Qué buenos somos, hemos perdido solo 35' con C. Distancia perfectamente recuperable en la próxima  volta a peu que hagamos.


De hecho, esta imagen, de la salida, demuestra que ya firmábamos entonces el perder esa minucia de tiempo.

También puedes darte cuenta, que en estos piques nunca metemos a Vicen o al chico este de Segorbe que vuelan bajo.

Estoy tan cansado que voy a poner frases sueltas y au.

Y también voy a poner el perfil, para que veáis que fue de verdad:


Y había bocadillo en meta. Y bebidas carbonatadas con azúcar. Y un portal muy majo en la plaza para degustarlo todo. 

Y ver venir a C con sus chanclas de Sablemón con calcetines. Correrá mucho y pasará de mí en las cenas, pero bueno, se le disculpa si tiene ese gusto para combinar prendas. 

La carrera está muy bien marcada, precio normal, el trato al corredor es exquisito (porque se nota cuando los que están detrás son corredores), voluntarios en los avituallamientos muy dispuestos a ayudar, las vistas son espectaculares. ¿Que le ponga un pero? Si acaso la falta de Aquarius o CocaCola pero vamos es como si te viene la Johansson y la pega que le encuentras es que el flequillo no lo tiene bien cortado.

¿Y lo de los kilómetros llanos? Yo ya voy sabiendo que hay 2400 metros en 55 kilómetros...que es bastante corredora.

Agradecer a M que se haya quedado y a C que se haya ido. Toma ya. (seis bailarinas flamencas)


2 comentarios:

  1. Indudablemente una crónica a la altura, divertidísima y amena. Me Parece fatal que empieces a quejarte envía en los tres primeros kilómetros de carrera, deja pasar al menos la primera subida hombre.

    Y no llovió y no sacamos el ponchino 😂😂🐐🐐🐐

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si me quejo a los tres es porque ya me dolía de salida :P

      No te llovió a ti, que ibas to'rápido!!...a mí me cayó, inmisericorde, cuando iba petao camino de la Maimona.

      Ahora sé que el surco que marcaba la trazada era tuyo :)

      Eliminar