domingo, 9 de febrero de 2020

Hoy hacemos el ridículo en...Tavernes de la Valldigna

Bueno, la verdad es que hice más el ridículo cuando me enteré que había un espectáculo de Dani Rovira el 29, 30 y 31 de marzo en Valencia y pensé que sería un buen regalo de cumple para mi cuñado. "No os preocupéis, me encargo yo". Planazo. Darme cuenta que las fechas eran para 2019 ya no me pareció tan acierto...Despistes, oye.

Así que, fruto de la vergüenza vivida, no sabía dónde meterme...y pensé que Tavernes sería un buen sitio. Quedaban 20 dorsales. Ahora 19. Inscritos. Domingo. 9 de febrero. 8:30. Despertador a las 6:30. No es triste. Triste es lo de pillar las entradas para el año de antes. Con el Delorean averiado. Triste también es estar despierto antes que sonara el despertador. 

Llegamos de noche a Tavernes. Aparcamos cerca de la salida. Por la noche todos los gatos son pardos. Y las plazas de aparcamiento...también. En efecto, plaza de minusválido. No, no hagas chiste. M*erda. Tarde. Te odio un poco más. Deja de reírte por lo menos. 

Nueva plaza de aparcamiento. Un poco más alejada. Alzira 3, ponía. Pateo a por el dorsal. Dorsal. Hola M. Pateo al coche. Una cosa está clara: no se permiten errores. Si algo nos dejamos en el coche, no volveremos a por ello. Y mucho menos por la camiseta térmica...que esa nos la dejamos en casa. Ouch. 

Con los pezones para picar hielo nos plantamos en la salida. Allí estaban M y Vicen. Vicen está exactamente igual. M, también. A mí me afectó lo de la "Operación Palo"...lo de la báscula, lo de las tres cifras, lo del mensaje ése de subir de uno en uno o reviento -asco de pesos modernos, oye-, lo de dejar de comprar los packs de 9 flanes del Mercapower...pero vamos, podemos decir que estamos igual. El tiempo no pasa por nosotros. Nos deja machacados pero no pasa.


Y ahí estábamos, departiendo amigablemente en la salida. Incluso les conté el motivo de cómo se apunta uno al Ultrapirineu. Top secret. Bueno, vale, por dos rones te lo cuento. Ay, me lío. Volvamos a la salida.  No hemos encontrado fotos pero sí vimos que alguien hizo un carboncillo rápido. M, al fondo, con gafas. Es que si no, no ve, por eso las lleva, claro. 8.35. Pum. Salida. En Betandwin ni se pagaba que M saldría zigzagueando hasta que no hubiera adelantado al 70% del pelotón por ambos lados. 

Tramo urbano. Acierto: salidas del sprint y la larga independientes. Eso le quita a M ochenta zigzagueos. Primer kilómetro urbano con alguna cuesta. Luego tramo pistero a los pies de la montaña. Como la carrera ya va medio estirada y M tiene que correr recto -lo cual siempre le ha trastocado el ritmo a peor, para qué engañarnos- no es de extrañar que les coja y, amigablemente, les diga que se aparten, que hacen tapón 😬😬. Soy un tío sincero, qué le voy a hacer.

Y sí, he puesto un p*to emoji en una crónica. Si la RAE acepta almóndiga o tovalla, yo pongo emojis. 

Para nuestros adentros, lo que deseamos realmente es que la pista desaparezca y aparezca la subida en sí, la que nos permita andar -y coger aire-. Y, tras poco más de dos kilómetros, ahí está. La clave, en mi caso, va a estar en no mirar a la izquierda (como si fuera Casado) porque la senda no es que sea una senda propiamente con lo que hay a ese lado es un, imagino, ligero desnivel. 

Tiene su porcentaje, en algunos tramos podremos tratar pero esta primera subida la estamos haciendo a un nivel un poco desproporcionado para lo que entrenamos. Cierto, nada. La carrera son 22 kilómetros con 1200 positivos. Y es que eso de no mirar a la izquierda porque me cago y no mirar atrás porque vería a M no va a traer nada bueno. Y menos aún cuando este tramo técnico de la subida y pase a tener porcentajes más tendidos y, por tanto, trotables. Menuda petada me espera.

Al primer avituallamiento no le hicimos ni caso. Leve descenso y nuevamente para arriba por una senda de monte típico de esta zona. Piedras afiladas que hacen que no levantemos la vista del suelo. Creo que solo vi una cruz de las tres, de verdad. Y es una pena, no por la Cruz, si no porque las vistas del Mediterráneo (oh) mezclado con esa leve niebla matinal (oh) merecía algo más que ahg ahg ahg, corre que te pilla, ahg ahg.

Tras seis kilómetros estábamos casi a 500 metros de altitud. Tras una bajada técnica a veces y corredora en otros tramos, volvíamos a estar en la pista inicial. Va a ser curioso que, en ese tramo, nos juntemos unos diez o doce. Yo soy uno y M no -jiji, bien-. Vamos por el kilómetro 9 y nos encontramos otro avituallamiento. Ahí paramos, rellenamos, pastillita de sales, plátano y al lío. 

Rampón de hormigón, bajada y nueva subida. Los segundos que nos hemos dejado en el avituallamiento los recuperamos en este ascenso. Buena idea, por cierto, la de coger los pistachos&pasas. Caen unos pocos. Nueva bajada sin complejidad -hay que ser torpe para caerse ahí, ejem- y salimos a un tramo de pista. Volvemos a ser unos diez. Y este tramo de pista se prolonga unos dos kilómetros. Es, obviamente, el tramo más bluff del recorrido. Pero es que necesitamos estos tramos bluff para poder llegar a esos cortafuegos que te quiten el aire.

Cambiamos la zancada. Cuando nos encontramos un cortafuegos así y no vamos a ganar la carrera (esto es importante, porque si vas a ganarla, tienes que hacerlo a muerte...ah, se siente) se cambia la zancada a pasitos pequeñitos, se levanta la vista de vez en cuando para ver por dónde se va y se mira al suelo. No tiene mucho sentido quedarte mirando lo que falta porque te dan ganas de morirte básicamente, ni mirar a la gente por detrás...porque verías a M trotando y te desanimarías. Así que eso, siempre al suelo. 

Y como no hay ningún cortafuegos eterno -igual fueron 300 metros y ha sido más largo el párrafo que la propia subida-, apareció la senda. Ascendente. Seguíamos trotando. Ahí me pasó la primera fémina. "No te preocupes, ya hago yo tapón". Y ahí sí, se fraguó su victoria. El hecho que se fuera como un tiro por si las moscas, también hay que considerarlo como causante de su éxito.

Los siguientes dos kilómetros fueron una senda bastante corredora y ya te digo que lo era, porque mientras trotaba feliz, me pasarían unos 4 o 5. Y entonces llegó la última subida. Y me volvió a tocar atarme el cordón. Dos carreras, dos cordones desatados. Buen motivo para volver al velcro. Y había carteles majos. Yo les habría puesto un "se te va a hacer de noche" y un "no llegas ni de coña". Buen momento, eso sí, para tomar todo lo que nos quedaba. De una tacada. Todos los pistachos&pasas para dentro. En una subida asfixiante. Sin poder respirar. La boca llena. Menuda idea de bomberotorero. Bien planteada pero fatalmente ejecutada. 

No veas como agradecí los dos voluntarios con el agua. Se deshizo la bola. Volví a respirar. Pequeñas victorias. Y desaparecieron los porcentajes imposibles. Volvían las sendas trotables. Habíamos pasado el kilómetro 17...quedaba bajar y algo más. Ese algo más se hizo como se pudo. Aparecimos en el último avituallamiento -pasamos de largo nuevamente- y empezamos la bajada. Deseaba yo que ésta fuera el descenso del kilómetro 6. En su lugar era la primera subida, pero sin el tramo más técnico. Una sucesión de zetas con menos desnivel del que parecía subiendo que hizo que ese tramo fuera especialmente agobiante.

Vicen, en meta, le encontró una definición gráfica inmejorable:


Así que bajamos, bajamos por una senda con algo de desnivel pero con los ripios puestos a conciencia hasta que salimos a una pista, de ahí a un repecho (otro cartel de "aquí has petado y lo sabes" tampoco habría ido desencaminado) luego nuevamente a la pista inicial -y la del kilómetro 9- y oyendo la voz del speaker. Eso es muy cruel, por cierto. Otro cartel de "sabemos que es cruel, así que tira toda la calle ésta pa'bajo" y, por arte de magia, aparece la meta.

Llegamos en poco menos de tres horas. M llega medio bloque de anuncios de LaSexta después y Vicen va y llega sonriendo a meta. Lo que decíamos, que había cosas que no cambiaban.

Y que no cambien.

Departimos coloquialmente unos minutos sentados en el suelo alternando ratos de conversación medianamente interesante con quejidos provocados por rampas en cualquier músculo que puedas imaginar. Ese no, degenerad@. Cuando, por fin, con ayuda de grúas Alapont, conseguimos levantarnos, decidimos que lo mejor era irse.

Y más cuando me quedaban aún dos horas para llegar hasta el coche.

Por cierto, el recorrido era éste


En cuanto a la carrera en sí, decir que está bastante bien organizada -quizás un poco de cola a la hora de recoger el dorsal-, con un recorrido impresionante -una pena no haberse parado a contemplar las vistas como se merecen-, con cuatro avituallamientos más el extra de la última subida, con una bolsa apañada (no he visto lo que lleva, la verdad 😅😅)  y, como siempre, con una cantidad y calidad de voluntarios que hacen que recuerdes estas carreras con alegría. Y con dolor de piernas. Y porque subimos como inconscientes. Y ya.

Bueno...y porque gané a M :)

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