domingo, 4 de noviembre de 2018

Hoy hacemos el ridículo en...Beniatjar

Eran las 6:24 de un domingo de otoño. Un taxi acababa de dejarle en la esquina y él se dirigía tambaleante hacia el patio con la llave en la mano. Sabía que el primer intento sería infructuoso, en efecto, a unos seis centímetros de la cerradura. El segundo tampoco fue mucho mejor. Cuando se dirigía a la tercera tentativa, un sonido agudo sonó en su cabeza. Miró su móvil por si fuera un mensaje de estos que no te esperas pero no. El sonido seguía.

Más distracciones para intentar acertar con la puerta. A este ritmo, antes bajaría algún vecino a abrirle. Pero ese sonido seguía martilleándole. ¿Qué podría ser?, ¿nuevamente se habría excedido con el alcohol?, ¿se avecinaba otra resaca interesante?, la última se respondía con un sí mayúsculo pero seguía sin respuesta lo más importante...¿qué leches era eso?.

Mi despertador!! era mi p*to despertador. Joer, es domingo, son las 6:24 y suena el despertador. ¿Por qué a mí, señor?, ¿eh?, ¿por qué a mí?. Pues porque te apuntaste a una carrera que empieza a las ocho y media y está a una hora de camino.

Ah, pues va a ser buen motivo, en pie. 

Y es verdad, en una hora estamos en Beniatjar, pequeño pueblo que se encuentra a las faldas del majestuoso Benicadell. En el lado que no da el sol hasta las nueve. Ligera rasca. Por ahí están también Yolanda y Javi que no quieren que les pille en el altímetre. Maldición, han descubierto mis malignos planes. 

Cogemos dorsal, les dejo en el bar y yo me voy a buscar un baño con vistas. Este año puede que salgan algunas olivas con sabor a Haagen-Dasz. Un hueco de mercado cubierto. En fin, al coche: no quiero correr que hace sueño, frío, no estoy entrenado y no sé qué más. Todo infructuoso.

Cuando nos dirigimos a la salida, J&Y están calentando. Yo no. Así que inmortalizamos el momento:


¿Que si yo habría descalificado a Javi por no llevar el dorsal visible y no sumar esos +1250?...eso nunca lo diré.

Isi ninqui li dirí.

Eso sí, ella tiene pinta que va a pillar podio que ni te cuento...

En fin, se van a dar otra vuelta y yo...yo me distraigo y les pierdo de vista y, claro, saldré sin calentar. Vaya faena, oye. Bueno, así tiene más mérito el reto que tenemos por delante: el Benicatrail. Poco más de un centenar de corredores para una carrera que, según su perfil de IG (ligeramente echado a perder desde que decidieron seguirme, todo sea dicho), tenía pinta de ser una auténtica pasada. Y queríamos descubrirlo.

A las 8.30, tras unas canciones instrumentales que parecía que íbamos a conquistar Escocia, se dio la salida. Pequeña vuelta por el pueblo por todas sus calles con rampa (que me di cuenta, eh, que no se dejaron ni una)  y salida a una primera rampa -para variar- de hormigón que ya hacía que las piernas dolieran. Y aquí primer problema: cuando nos encontramos en una carrera de poco más de 100 corredores -de los cuales 70 salieron escopetados no, lo siguiente- sale siempre la misma tesitura; ese mismo problema orgulloso que nos va a matar a todos algún día: ¿quién es el primero que se pone a andar?. ¿Quién?

Mecagonlaleche, todos corren. Si soy yo el que para, Miquel me echa. Y así pasa ese primer kilómetro, a casi 7'. Si lo llego a saber, caliento. El hormigón dará paso a la pista. Y el problema sigue igual...¿quién se va a poner a andar en la pista?. Afortunadamente, ahí delante ya para uno. Aaggggggggggghhhhhh...qué alivio, ufffff.

Al poco rato estábamos trotando otra vez, pero ya es diferente...luego sí, la pista dio lugar a la senda en la que se seguía alternando el trotar y el caminar y justo en el tercer kilómetro, se acabó esta primera subida. A continuación, una bajada por senda que, como seguimos en lado de sombra, hay que tomar con un poco de tranquilidad porque a) no puedo con mi alma y b) está bastante resbaladizo.

Senda, hormigón, asfalto...todo de bajada. Van cinco kilómetros, pasamos nuevamente por Beniatjar (esto sí que son bucles para estirar el pelotón) y pasamos de largo el primer avituallamiento. No creo que estemos a más de diez grados, así que lo que es sed o hambre...de momento no. Bueno...y es que la de delante tampoco para así que volvemos al problema de hace tres párrafos.

Espero que la de delante no se tire por un puente, me diría mi madre...

Un poquito de asfalto más, desvío a la izquierda, rampón, todo bastante corredor...de hecho, nos vamos a plantar en la primera hora con más de ocho kilómetros (y más de 400 positivos). No me acuerdo yo de la última vez que pasó eso...el que sí que se acuerda es el sóleo derecho. Justamente a éste no le esperaba a la fiesta: con las bursitis y las molestias en los rotulianos creía que tenía el cupo cubierto. Pues no.

El kilómetro nueve es el más duro de la carrera, el que más desnivel tiene. Además, bastante húmedo, así que bastante hacemos caminándolo todo. Bonita senda -y dura de c*jones- pero eso, bonita. Y la senda daba lugar a una pista para volver a trotar un poco. El sóleo se volvió a callar. Bien. 

Y en esa pista nos encontramos el segundo avituallamiento. Y en éste, no te lo creerás, pero sí que pararemos. Un poco de plátano, un poco de gominolas y cocacola: vamos, lo que recomienda cualquier endocrino. Seguimos trotando por la pista hasta que nos encontramos un coche atravesado. En el reglamento no pone nada de atravesar coches, entonces será por la senda que sale a la izquierda. Ascendente, para más señas.

El primer contacto con esa senda es engañoso. Además, coincide con tramos que da el sol de cara y no sabes por dónde va. Lo bueno que tiene es que es una subida no tendida pero sí bastante continua con revueltas, por tanto, me llevará un rato organizar la táctica: hacer la revuelta (como si fuera una curva de herradura en los puertos del Tour) y ponerme a trotar hasta donde llegue y caminar hasta la siguiente revuelta. 

Y como es mi blog, no tengo fotos de la carrera y, misteriosamente, he subido algún puerto del Tour -aunque sin muchas curvas de herradura, de verdad- pues eso, inicio autobombo.


Fin autobombo.

Como decíamos, la táctica para llegar a la cumbre (no al Benicadell concreto, sino a una cota algo inferior) consistía en trotar tras las curvas lo que se pudiera y, casi en la cumbre, va a dar sus primeros frutos: por fin adelantamos a alguien desde ni me acuerdo...Eso sí, se conseguirá este logro para, justo después, desaparecer esos giros de 180º y fastidiarme esa estrategia tan bien interiorizada. 

Estamos en la segunda parte del ascenso, ahora la senda es más rectilínea y resbaladiza en algunos tramos (vamos camino de las dos horas y ahí aún no da el sol). También, por momentos, la senda parece que se vaya estrechando. Y el precipicio de la izquierda más próximo. Y la senda se estrecha. Y el precipicio más cerca. Y me empiezo a cagar encima. Y más estrecha. Y yo más pegado a la derecha. Y entonces aparece un cartel de inicio zona peligrosa. Y solo se me ocurre que hayan puesto francotiradores o algo...porque yo ya estoy cagao, vamos, que me empiezo a bloquear de verdad, del rollo ése de me doy la vuelta...y no es coña. 

Y momentos antes andaba pensando que Alfonso podría haber hecho un carrerón en un sitio así. Moraleja: no te acuerdes de nadie en carrera. Y menos si corre más que tú. Mucho. 

Afortunadamente el cartel estaba mal colocado. Finalmente, coronamos (por debajo de las dos horas, oeoe). Tras la experiencia pregunto a un ciclista "lo que queda...me dará vertiguito". El chaval me dice que él lo baja en bici. Me tranquiliza. 

Una m*erda me tranquiliza!!. El chaval tiene que ser campeón del mundo de descensos o algo. Joer, qué primeros cien metros de bajada. Luego sí, desaparecen las raíces, el desnivel y la bajada es más corredora con algunos tramos en los que el precipicio se acerca que yo, misteriosamente, bajo pegado a la pared aunque no haya trazada ni nada...finalmente, todos los miedos desaparecen. Bajada cómoda  hasta el tercer avituallamiento.

Avituallamiento que, como soy muy chulo, me lo salto. Viendo el perfil del dorsal (bastante apaisado, la verdad), el siguiente debe estar en cuatro kilómetros tras un ligero repecho así que, como aún hay cocacola en la botella...seguimos. Menudas ideas de bombero. Creo que está al nivel de la que tuvo el que tiró a Lopetegui, joer, si ese tío es ideal para ese puesto, ¡¡renuévale!!. En efecto, una primera rampa tras ese avituallamiento, un segundo rampón de hormigón...una senda que parecía campo a través, un cruce con Moixo Cómico que me reta a hacer la coreografía del Coyote Dax y, ahora sí por fin, el repecho apaisado. Solo diré muchos asteriscos de ese repecho su p*** m*****. Sí, algo así queda bastante real.

[Inciso: Gano la apuesta al Moixo, porque la hago de lujo ya que es mi baile preferido, claro


Fin inciso]

Y luego el avituallamiento, tan solo era un párrafo después pero...ufff, en éste había que parar. Más cocacola, más gominolas y seguimos. Por momento se piensa en la posibilidad de bajar de las tres horas...pero va a ser que no. Ese perfil apaisado marca algo muy rectílineo...ahg, llano. Hemos llegado al nivel en el que ya no asustan las subidas, si no que lo hacen hasta los llanos. Así que tampoco veré mal que, tras ese tramo y una bajada algo técnica de tierra suelta, aparezcamos en el hormigón inicial y, apenas unos metros después, entremos en meta en tres horas y cinco (homenaje al barça, claro)

[Inciso: Laura Carmona nos saca ni tan mal...


Fin del inciso]

Y de la carrera todo lo que se puede decir es bueno. No hay más. Un animalejo como el Benicadell, bien marcada, cuatro avituallamientos, voluntarios de 10 o de 11 (menuda rasca), la camiseta me queda como un pincel, Yolanda tiene otro trasto para limpiarle el polvo, Javi tiene otro trasto para limpiarle el polvo (bueno, es el mismo...ya se apañarán)...en fin, que te preguntas cómo puede tener poco más de 100 corredores. 

En fin...el carrerón está ahí. Y es muy muy recomendable.

Llano no, para eso os pongo el perfil. Lo de los repechos apaisados...pues ahí están. 


Pues eso, para volver. 

A este paso, me veo repitiendo calendario el año que viene ;p

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