martes, 1 de mayo de 2018

Sagunteando: otro castillo bonito!!

Y es que el conocimiento siempre ha sido una virtud muy valorada en cualquier sociedad. Es la base del progreso, es el sustento de las futuras decisiones que acarreen mejor calidad de vida, bienestar y cosas así. Es, por tanto, lógico que, acabando Favara con las piernas para cambiar -esto es, ligeramente, cargadas-, el conocimiento imperará y, ante la posibilidad de ir en menos de dos días a Sagunto, a darnos otra vuelta por el monte, decidiera que sí, que vale, que había que apuntarse de cabeza. Corre, rápido, ya. Merda: inscrito.

Y aún hay gente que no engloba esto como peligro de internet.

En fin, que a las ocho estábamos ya listos para empezar, pero al resto le venía un poco mal. Cosas de poner la salida a las nueve, imagino. Así que nos dimos un garbeo por el casco histórico de Sagunto. Merece la pena. Las cuestas que llevan a disfrutarlo...no lo sé, pero es lo que hay. Sagunto está casi al nivel del mar y les dio por poner el Teatro ahí, a mitad de camino del Castillo. Y el Castillo, como toca, lo pusieron arriba. 

Así que eso, paseamos un ratillo, husmeamos un poquito todo por fuera y llegamos a una conclusión: los primeros metros de la carrera tienen algo de tela. Asfalto también, pero tela tienen un rato. 

En fin, como último apunte cultural, os añado la foto de la primera luz que pusieron los romanos en Hispania. Lo del nacimiento de Endesum lo veremos otro día que si no nos vamos por los cerros de Úbeda y eso, que no toca, que estamos en Sagunto y falta media hora.


Han habido lugares tenebrosos y lúgubres en los que se han cargado al fiambre del episodio de CSI de turno. Y después está el baño del bar al que fui. Y no digo más, lo dejo todo a tu imaginación.

Camino de las 8:45 nos vamos a la salida. Unas palabras con Kike, otras con Javi Muñoz y, en breve, al mogollón. Se da la salida a las nueve. Patapum pa'rriba. Es increíble que llevemos unos 300 metros, levantes la mirada y ya veas gente en la carretera del Castillo. Ya están arriba y la gente preocupándose de no ser los primeros en andar. Eso sí, este primer repecho lo pasaremos con nota (es mi blog y las notas las pongo yo, por si había alguna duda): no andamos. 

Unas senditas, unas escaleritas, callejeamos por asfalto para buscar la salida y nos encaminamos, ahora por un tramo llano de asfalto, hacia la ermita de San Cristòfol con todo lo que ello implica, esto es, que me pasarán todos en este tramo. Cosa obvia. Se sube la ermita con su bonita rampa de cemento que invita a andar. Aceptamos la invitación. Primera bajada por senda y más tramo llano.

Ahora es una pista paralela a unos campos. Seguimos con el mismo modo de actuar: ir a la marcheta y quien pase, pues nada, que pase. Ya le cogeremos. O no. Por fin, tras cuatro kilómetros y pico, nos encontramos con la primera senda ascendente. Se puede correr algo y también se puede andar. Así que, recordando algo que nos salió medio aceptable en Favara el domingo, cogemos a un grupito para cerrarlo. Prisas fuera. 

Que luego viniera más gente de atrás, llegáramos a un tramo asfaltado y saliera solo del avituallamiento indica, simplemente, que el plan no estaba del todo muy bien implementado. Hemos pasado el kilómetro 6 y estamos en unos números bastante sorprendentes para lo paquete que es uno: la carrera es bastante corredora pero nos movemos por unos promedios de siete minutos el kilómetro. Eso sí, ha de empeorar porque, aunque no se alcanzará una cota tan alta como el domingo (la máxima estará sobre los 370 metros -Strava dixit-) y estamos en la fase intermedia, esto es, una sucesión de subebaja que nos llevará hasta el quince...que ahí será casi todo baja. 

Y hubo subidas de todo tipo, que si senda con pendiente, senda trotable, pista trotable, pista caminable y las bajadas, lo mismo, algún tramo técnico, otros con densa vegetación o ramas bajas. Lo sorprendente no era la variación de terrenos, lo que me descolocaba era la facilidad con la que íbamos cogiendo gente. En efecto, la tocada de h*evos de los tramos llanos debió ser interesante.

Y eso, entre subida, bajada, subida, bajada, subida a la Cruz (siempre que hay una Cruz cerca, se sube), bajada de la Cruz, tramo de barranco, regados con múltiples avituallamientos nos plantamos en el momento que dejamos de coger gente. Que más o menos coincidió con el avituallamiento del 16. De ahí a meta el perfil, salvo un par de repechos insignificantes (sí, esos que cuando estás metido en ellos los subes a cuatro patas de lo insignificantes que son), picaba hacia abajo. Lo que se le olvidó indicar al perfil fue el tramo de barranco...supersupercorredor. 

¿Sabes cuándo vas por una carretera de montaña y dices..."uy, cuánta gravilla!!"?. Pues no tienes ni idea de verdad de lo que es gravilla. No es mi fuerte exagerar, lo sabe todo el mundo, pero creo que ese par de kilómetros de gravilla se tienen que ver desde el espacio. En fin, como todo en esta vida se acaba. Y cuando se acaba la gravilla, ya lo dice el dicho, viene un paso subterráneo de poco más de un metro para hacerte ver que lo de la gravilla no era tan malo.

Ahora, lo que da miedo, es lo que viene después para pensar que lo del túnel de un metro es molón. En efecto, otro kilómetro y pico de pista. Llanto, sin gravilla, sin sombra de ningún tipo. En estos tramos seguimos padeciendo, tampoco es novedad. Cogemos ritmete, porque lo que es gente va a ser que no. Ahora ya solo me falta saber qué es lo que tiene que venir para que este tramo de pista nos parezca molón. 

Es para mí un honor presentarles la última subida al Castillo.

La verdad, estábamos deseándola. ¿Qué prefieres? ¿Conocer a la Johansson o subir al Castillo? "Subir al Castillo, subir al Castillo"...donde va a parar. La única pega es que estás ahí abajo y el Castillo está ahí arriba, pero bueno, es lo que hay. Además, como dijimos anteriormente, es un Castillo que está bien puesto, bien colocado. Sagunto está abajo y el Castillo está arriba. Y cerca.

Que vienen a invadirte...pues nada, subes dos rampas y ya estás a salvo en el Castillo. Y es que es eso, el Castillo tiene unos accesos que ni los del nuevo (o viejo) Mestalla: una pista ancha desde Sagunto y un tramo con sendero por la parte trasera (tiene dos puertas). Lo más en castillos de ese siglo, oiga. ¿Que parece que se van los invasores porque les has quitado la clave del WiFi al abandonar la villa? pues como estás ahí al lado, los ves huir y la gente se vuelve a sus casas. ¿Que mientras vuelven a sus casas los invasores dan la vuelta y vuelven a reinvadir?...pues nada, les pegas un grito y se vuelven a subir. 

Eso, en el Castillo de La Vall es sencillamente impensable.

En fin, volvemos a la carrera tras esta breve disertación histórica -nunca viene mal un poco de cultura-. Decíamos que estábamos subiendo el Castillo (creo que es la primera vez que lo nombramos) y tampoco es para tanto, el problema es toda la tralla previa y venir de media hora de correr: llegamos a la primera rampa y la andamos. Después, pese a todo, se podrá correr algunos tramos y es que, en algo menos de un kilómetro, se ascenderá unos cien metros de desnivel tan solo. 

Después, el centinela del castillo nos espera junto a la entrada (vamos, el de la Seguridad Privada), rodamos un poquito por ahí -a la izquierda, bonitas vistas de Sagunto-, bajamos por un tramo de adoquín, aparecemos en la otra entrada (que hace las veces de salida) y nada, para bajo, a disfrutar los últimos metros con el objetivo de bajar de las tres horas y...oye, lo conseguimos. Sonido de fanfarrias. Palabritas con Kike y asaltamos el puesto de minizumos.

Y, después de no sé cuánto tiempo, se volvió a conseguir el doble premio; a saber: quedar de los 100 primeros y a menos de una hora del que gana. Así que tendremos las líneas abiertas para los nuevos patrocinadores.

En cuanto a la carrera: la carrera es entretenida, tiene sus tramos llanos pero es que ha de tenerlos ya que la única forma de enlazar el Castillo con la zona de monte es ésa; está bien organizada, bien marcada, entrega de dorsales rápida, bolsa aceptable, céntrica, numerosos avituallamientos y mucho voluntario indicando/animando...y sigo recordando que los voluntarios son, sin duda, lo mejor de cada carrera. Además, pasamos por el Castillo.

A lo mejor, la única pega es el aparcamiento pero es lo que tiene salir del mismo centro de una ciudad como Sagunto. Carrera, por tanto, plenamente recomendable.

Ah, y el perfil del animalejo:

Nos vemos en Almenara :)

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