martes, 23 de agosto de 2011

Repechillos pirenaícos: hoy el Tourmalet y el Aubisque

Sin prolegómenos, ya estamos en St Marie Campán. ¿Sin prolegómenos? Pues sí, no voy a andarme con historias de un bonito día blablabla cuando la etapa del día consiste en aparcar...y empezar a subir. No estamos para malgastar fuerzas (de hecho, por momentos pienso si pasaría algo si aparcara en La Mongie...), así que tampoco hay mucho que contar.

Subir, subir...pero poquito, eh, no te vayas a pensar. En St Marie Campán, pequeño pueblo del Pirineo francés, comienzan tres ilustres ascensos: la Hourquette d'Acinzan, Aspin y el repechillo que nos ocupa. Tourmalet, le llaman.

Y tampoco es para tanto. Los cuatro primeros kilómetros, con una mountainbaik se hacen a 16 o 17 por hora. Eso es ligeramente engañoso. De hecho todo el puerto no es así. Lástima. En el quinto kilómetro, los postes indicativos del desnivel que hay en estos puertos míticos -turismo ciclista...bien desarrollado, un aplauso- ya nos informan de un 7%. Luego ya será un 8%...

Por momentos, esto empieza a parecer el IPC cuando la llegada del Euro. Los kilómetros pasan no muy rápido que digamos, de 6 a 7 minutos, pero tampoco vamos a andarnos con florituras. Recuerdo brevemente la última vez que subí un puerto con los últimos diez kilómetros por encima del 8%. Y tan brevemente, porque no lo he hecho nunca. Así que el objetivo del ascenso será tratar de hacerlo sin ahogarnos (importante) y sin pasar del tercerpiñónconelplatomediano.

Así que la subida del Tourma se resume en cuatro kilómetros de jijijaja y trece de aymemuero. De esos trece, la primera mitad son por tramo arbolado que, además de alguna sombrilla, te evita la desmoralización de ver lo que queda. Esto da igual, en los famosos postes te pone la distancia hasta coronar así que...Mientras, por otra parte, cuando la cosa se despeja, aparecen los kilometrines al 10%. Como aquí no hay árboles, el ingeniero que hizo la carretera decidió poner unas galerías antiavalanchas para dar sombra a los ciclistas. Qué tío más enrollado!!. Por su parte, para que la gente aquí no se distrajera viendo lo que quedaba, el granjero decidió soltar a todas las cabezas de ganado que tenía, así que nos encontramos, en un kilómetro al 10% teniendo que atravesar un grupo de unas 25/30 vaquitas con sus cuernos y tal.

Por momentos, esto parece el Grand Prix. Sin la Obregón. Lo cual, unido a que no llueve ni hace frío ya es suficiente. No pido nada más. Atravesamos, como digo, literal, el pelotón de vacas -del que creo que se descolgaba el Cavendish ése ya...- y nos plantamos en La Mongie osea. La Mongie osea es una estación de esquí a unos cuatro kilómetros de coronar el puerto. Según las ganas que uno tenga, este es buen lugar para aparcar, subir cuatro kilómetros, apuntarse el Tourma y volver. Yo, estoooo...yo eso ni lo pensé, ehhhh.

Los últimos cuatro kilómetros se mueven por el 9% y el 10%. Así que con no caerme de la bici voy servido. Aquí sí que se ve lo que queda. Y, créeme, a veces piensas que si vas con el ritmo cogido merece más la pena mirar el paisaje a derecha o izquierda -maravilloso, por cierto- que al frente. Y ya no te digo nada al frente y arriba. Deja, deja. Lo bueno es que el ritmete que cogí abajo del todo se mantiene y que ninguna de las vacas me cogió rueda.

Pues nada, mira, que ahora aparece pintado en el suelo un 500...y un 300...y un 100 antes de una curva a izquierdas donde, la aglomeración de gente parada (estoy en España??) te hace pensar que esto se ha acabado. En efecto, 17 kilómetros después, tras 105 minutos subiendo la misma montaña con una bici aparece, ante nosotros, majestuoso...el Col du Tourmalet.



Tras las fotitos y Cocacola de rigor. Bajada a Luz St Saveur...media hora bajando sin pedalear. Tienen mérito los locos que se tiran a 100 por hora por ahí con esas ruedas tan finitas...Bueno, ahora la cosa consiste en terminar de reventarnos subiendo Luz-Ardiden. Lamentablemente, no encuentro el desvío...De verdad, no lo vi. Que sí, que no tenía ganas de subir...pero no lo vi.

Así que, muy apesadumbrado, seguí bajando sin pedalear...y seguí...y seguí...Uy, el desvío a Cauterets. Va, vamos a subir ahí, que me suena que hay alguna subida, que sino el perfil de la etapa queda muy light. Así que eso, cogemos el desvío a Cauterets y para arriba. Este no es puerto mítico. Tan solo hay un 10K pintado en verde en la carretera que muy hábilmente deduzco que son los kilómetros pendientes. CSI L'Horta. La subida a Cauterets -pueblo- es sencilla, sencillísima...lo que le hace bonita, con su murito separando la carretera del riachuelo...los kilómetros pasan y la dureza no aparece. Se salva un desnivel pero casi sin querer. Vemos Cauterets, muy cuco él. La cosa sigue hacia arriba en el Pont d'Espagne...pero eso suena a duro...así que para bajo.

Volvemos por el mismo camino y ahora a coger dirección Lourdes. Luá en francés. Sí, es Luá en francés porque, siguiendo las indicaciones de Lourdes, me como la D-13 (agua, pensarás), que es la carretera que debía coger para seguir la etapa. En su lugar, acabo a la entrada de una autovía con una bici con la que no puedo ir. Toca, por tanto, pedir ayuda. Y se la pediré a dos francesitos ciclistas que solo saben francés. Me veo, llorando y subiendo nuevamente todo lo bajado. Incluso la media hora sin pedalear del Tourmalet (al cambio...un año, más o menos, snif). No sé muy bien cómo, nos entendemos y el francés me acompaña a la carretera correcta. Todo recto me dice en perfecto francés...y aparezco en Lourdes. Uff, uff.

Y como esto es muy largo y aun quedan los kilómetros en que reventé y tal, pasamos de Lourdes a Bagneres de Bigorre, de ahí a Campán y luego a St Marie. Uy, aquí aparqué. A casa!!!

Aquí está el track...y éste es el perfil.


Y después del peñazo que he soltado con lo del Tourmalet; el domingo, en Laruns, se hacía la Volta a Peu al Aubisque. Otra montañita del Tour. 18,700 kmos para salvar un poquito de desnivel.

Como no corro desde Albalat y no hago más de 10 kilómetros desde...Peñalara (oeoeoeo). Saldremos traquilitos con el pulsómetro marcando el ritmo. Tampoco hará mucha falta. Estoy reventado de inicio así que no creo que vaya más rápido de las 150 pulsaciones que marca. De hecho, juraría que no pasé de las 160...

El trote es cómodo. Y como es cómodo, es lento. Así que nos estabilizamos entre los 6.45 y 7.45 el kilómetro según la pendiente esté entre el 5, el 6, el 7 y el 8%...Y así iremos hasta el kilómetro 12. En ese avituallamiento, que los dan en vaso y claro, antes de mancharme toca caminar y beber bien...que sino luego hay que lavar un maillot sudado y tal (ejem ejem)...bueno, en ese avituallamiento, la orden de trotar no la acatan las piernas. Señores, hasta aquí llegamos.

Por tanto, entramos en la última fase de la carrera alternando trote con caminar a pasos largos (de hecho, a más de uno que corría le pasé caminando...). Los kilómetros pasan de 8.20 a 8.50 -además, clavados- pero, como excusa, diré que sirven como alivio muscular. Mierdaexcusa, lo sé, pero es lo primero que se me ha ocurrido...

Por cierto, los dos kilómetros tras el paso por Gourrotte, por la ladera de la montaña, sencillamente impresionantes. Impresionante que veas que todavía has de llegar allí (tras unas pocas palmadas en la mejilla, me reaniman y sigo...) e impresionante el contemplar el paisaje que nos ofrecía esta zona del Pirineo. Luego, otro par de kilómetros de éstos que ya se ven los autobuses arriba nos indican que esto se acaba. Y como quiero que se acabe pronto, troto. Y como quieres dejar de leer, llego a meta y sonrío.


Otro año, nos podían subir en autobús y bajar corriendo, no sé...por probar a ver. El track es éste:
Y por la tarde, como aún habían ganas, a subir con la bicifrenada ésa que llevaba al Balneario de Panticosa...

jueves, 18 de agosto de 2011

Día D: Operación Tourmalet...

...y llueve!!!.

Así que, por tarjetas rojas para el madrí en la Supercopa, díganos cosas que hacer en Bielsa cuando llueve como, por ejemplo, no mojarse. 1,2,3, responda otra vez: no mojarse, escribir algo de estos días hasta que te hagas con algún taller de bicis para que te miren el pedalier que hace ruido, no mojarse....meeeeeeeeeeeeec, respuesta repetida. Pues dos rojas para el madrí.

Por tanto, hasta que se haga la hora, resumo brevemente este par de salidas y en paz. Y brevemente porque a ti no te apetece leer mucho, ni a mí escribir.

Primero va la de la bici porque he puesto primero la foto de la de la bici, la hice antes en el tiempo y, no sé, porque me apetece. Saliendo de Aragnouet y con nubes bajas -que se ven desde la salida del túnel de Bielsa- , 20 kilómetros de descenso para llegar hasta Arreau. Hablo de estos pueblecitos como de un Picassent o Chiva de la vida, supercotidianos, vamos. En Arreau empieza la subidita al Aspin, con sus 12 kilómetros al 6,7%. Tan diferente de los puentes de la autovía que tan bien entreno...

La subidita se hace al tran-trán. Vamos, con mi selecto entrenamiento montañero y la mountainbaik, tampoco voy a hacer demostraciones. Ayuda el hecho que, como en el día de Fondeguilla, las nubes bajas ayudan a no ver del todo lo que queda de subida. Pedalada a pedalada coronamos. Amplio reportaje fotográfico con la excusa de tomar aire y nos tiramos a Poyelle (como el que comía esyinacas). Sorteamos una vaca, vamos, que la evitamos...que sino parecía un concurso de Puleva. Una cocacola y a subir el Hourquette d'Ancizan (9,6 kmos al 7,7%).

Aquí ya no hay nubes ni nada parecido. Así que podemos disfrutar de la subida, contemplando las verdes praderas, la amplia vegetación....y el camino por donde hay que ir. Y luego, además, tienen el detalle de ponerte un kilometrín de descenso para coger aire...y tener que subir luego ese desnivel bajado, mecawen!!. Una vez coronado. Otro descansillo y a disfrutar de las vistas. Estamos cerca de 1600 metros y se ve el valle por el que iniciamos la etapilla. Muy cuco él. Muy abajo, también.

Bajamos. Bajo contento y feliz...porque esta parte es mucho más dura que por la que he subido. Con esta alegría y tal llegamos abajo. Ahora solo hay que volver a subir los 20 kilometros iniciales de descenso. Viva, yuhu. Tampoco son una subida brutal pero, creo yo, causarán algo de daño...y sino tiempo al tiempo.

A kilómetro y medio de Aragnouet, a nuestra derecha sale la carretera del Cap de Long y la reserva natural de Neouvielle. La intención es llegar al Lac d'Aumar. Van 75 kilómetros ya, son las 2ymedia y el sol está espléndido ahí arriba, contento, luciendo con total alegría. Abajo, en una carretera en la que las sombras dan a cualquier lado menos al asfalto...estoy yo. Como mucho son 16 kilómetros y estamos a 1200 metros de desnivel ya. Atendiendo a mis métodos profesionales de entrenamiento, no tengo ni idea de la altura a la que está el Lac d'Aumar...pero espero que no pase de los 2000.

Empieza, por tanto, la subida más patética que han observado en estos parajes las atónitas vacas, cabras y demás animalicos del entorno. Se junta el mix sol-pendiente-jose y os podéis imaginar el resultado. Tras unas cuantas curvas de herradura, rectas que no tienen nada que envidiarle y demás penurias, llegamos a un cruce: Cap de Long recto, reserva a la derecha...ni rastro del Lac d'Aumar. Pues nada, a lo seguro, al Cap de Long. Estamos a 1900metros y las vistas del Lac d'Oredon, a nuestra derecha merecen -bueno, eso creo- el sufrimiento que llevo encima. Un par de senderistas que bajan -si subieran yo creo que me adelantarían...- me dicen en un perfecto francés que no entiendo que Cap de Long es la presa que veo allá arriba (aydiosmío, ahí!!!) y que el Lac d'Aumar estaba en dirección a la reserva (empiezo a hacer palmas con las orejas).

Nada, tiramos más para arriba. La referencia es la pantoja...uy, digo, la presa (p*t*presa, por momentos). Está un poco alta, sí. Y la pendiente sigue sin dar tregua. Y en el momento que la da, a poco menos de un kilómetro, aparece una sucesión de curvas de herradura que ni te lo cuento porque, mira, me canso otra vez y paso. Arriba, eso sí -y a casi 2200 metros- descanso merecido, bicicleteando por la presa, disfrutando del paisaje de la cantidad de agua...Y ahora queda el final...¿Subimos al Lac d'Aumar?.

Nada, nada, vamos para abajo, y en el desvío lo pensamos. Desvío. 1900 metros. El laguito de las narices no estará a más de 2200. Va, venga, vamos a hacerlo que sino luego queda el sentimiento ése de "pude y no lo hice"...bajamos un poquito -así mola más, porque luego hay que subir otro montón, pufff-, llegamos a la barrera de entrada y la francesita de la puerta me dice que puedo pasar y tal. Si me cobran, me vuelvo y todos contentos...pero no.

Le pregunto a una matrícula española y me dice que son 5 kilómetros. No tengo ni idea de cómo los hice sin parar. Creo que la barra de energía estaba en rojo intenso. Curvas de herradura hay pocas...así que todo el desnivel se supera a través de rectas. Largas rectas. Eternas rectas. Coñazo de rectas. El paisaje, eso sí, muy bonito. El Lac d'Oredon nuevamente ahí abajo. ¿Qué me ha hecho para verle siempre desde tan arriba?...mientras busco la respuesta, otro senderista me dice 800 metros. Vamos, media hora. Y, por fin, llanura, tranquilidad, agua...Bienvenido al Lac d'Aumar!!. Foto!!. Y sí, ha merecido la pena todo. Más que nada porque lo que queda es la bajada, que sino...




El track está aquí y perfil tan facilón es esto


Y el miércoles tocaba senderismo, sí. Al Balcón de Pineta.

Ahora sí, seré breve. Palabra. 12.00. Para ir al balcón hay que seguir las indicaciones del Lago Marboré. 4h30 desde el punto de información del parking del Parador (+-1200 metros). Sendereamos para arriba...al principio rodeado de frondosa vegetación que da una sombra que se agradece cuando, a los dos kilómetros, ésta desaparece. Mcwen. Un cartelito (1600) nos marca las Cascadas del Cinca. Como es la una y no sé con qué ganas voy...miro las cascaditas y me aseguro hacer algo. Son una pasada. Cuánta agua!! Y todo el tiempo!!. Insisto...cuánta agua!!

Perdone, ¿para ir al balcón?...pues unas cinco horas. Vale, referencia no válida. Gracias, pero no me sirve. A éste le caí mal o algo...pero bueno, me indica más o menos dónde está. Sí, ahí arriba. Pues detrás. Ufff. Primera subida por montaña desde la gracia ésa de Peñalara. Me noto bastante cómodo subiendo y a cada uno que baja le pregunto cuánto queda. Dos horas. Pasa media hora. Dos horas. Paro en un riachuelillo (+-2000) a eso de las dos. Dos horas...según lo visto, si bajas de Pineta y te preguntan, has de decir dos horas. O cinco si estás muy abajo.

Ese riachuelillo es el mejor para hacer una paradita a almorzar y recuperar fuerzas. Cuando veo que me quiero quedar a dormir allí -no más de cinco minutillos-...me levanto y reanudo la marcha. ¿Cuánto queda?...40 minutos!!. Sí, sí...40 minutos!!. Me dice 40 minutos!!. Así que no le creo y sigo...quedan dos horas. Eso sí, me comenta que la altitud del Balcón es sobre los 2600...y estoy ya a 2200. Y que, ya que he subido, me acerque a ver el Marboré. Sigamos. Queda ahora la parte del sueño, esto es, mucha zeta seguida...Mirando al frente y sin ganas de mirar abajo. Pese a subir a 2500 metros, la senda, bien marcada por montones de piedrecitas, no ofrece riesgos reseñables más que la ladera y tal...pero hay que ser muy torpe para caerse por ahí. ¿Torpe?...Bueno, estando por aquí yo...

Y se llega arriba y las vistas del valle son una pasada. Y la visión del Monte Perdido, lo mismo. Y su glaciar, increíble. Tengo que ver glaciares más a menudo...son espectaculares. El Lago Marboré, tras un kilómetro de sendero que pica ligeramente hacia arriba, es un dignísimo final a la travesía.


Y ahora a bajar...pero sin correr. Pues sí, en 4h30' subes...y bajas ;)

Y el track es éste (el perfil paso un poco de ponerlo, que no sé cómo se pone abajo ;)...pero es todo para arriba y luego todo para abajo)