0º Grados: ni frío ni calor: cogiendo este principio de la termodinámica universal, diremos que hoy hemos corrido con temperatura templada en Rubielos Bajos. En cambio, si cogemos el otro principio, más básico, sí, ése de "joer, llevo cuatro mangas y no quiero salir del coche", pues entonces nos ha hecho un frío de narices (de ésas de las de los moquitos congelados) en la citada localidad conquense.
¿Y qué se nos ha perdido allí?, pues nada, a decir verdad. Eso sí, hemos vuelto a nuestra tierna infancia; aquélla en la que íbamos al cole con una cartera cargada que quintuplicaba nuestro peso,y eso se ha debido a que la bolsa del corredor con la que nos han obsequiado era de dislocarse cuatro vértebras, cuántas cosas, los Reyes me traerán menos, fijo. Y do mejod de todo, sin dudda, el vinete..hic.
Viaje rapidísimo, y sino como es posible que quede a las 8.00 con Claude e Isa y, apenas unas cuantas palabras después, ya nos encontremos en Rubielos Bajos -visita guíada a Pozoseco incluida-. En cuanto llegamos, entra en acción el principio básico del primer párrafo. Y no sé qué decir, solo tititititiritar...Para describir un poco la carrera, decir que es un diezmil onduladito por pista forestal. No hay cepos, ni gente con bates, ni está Pablo Alfaro...así que lo de Rompepiernas supongo que será para impresionar. Las dos veces que he ido, volví con las dos, y que así siga, plís.
Fotitos y demás, puesto que nos juntamos 29 pindaritos -para llevarnos 3 jamones oeoeoeoeoeoe- y ale, a la salida. Aquí el chiste de la salida es la chica más simpática de la discoteca no tiene gracia; sigue haciendo frío. Por lo menos, el inicio es cuesta abajo. 200 metros después, ese consuelo ya no sirve. Se habla de hacer un grupeto azul -no de ir asfixiados, sino por el color del equipo-, pero nos quedamos 3 por aquí, 3 por allá y 4 por allí en apenas 20 segundos. Con mucho arte y elegancia, paso del primer grupo al segundo y de éste al tercero.
A la altura del kilómetro 6, realmente entendemos que lo de ir en grupo es ir todos juntos y eso. Llegamos a meta como una gran familia. También ayuda el repecho que había 70 metros antes de la llegada, que es el que nos quita -si alguien las tenía- las ganas de esprintar. Además, luego hay que subir por los jamones (que tocará repartirlos entre 25...me da que voy a tocar a menos que con aquella famosa quiniela de 15 que aertaron ochomil tipos) e irnos de atrac...digo, de comilona.
Y sí, soy el primero que me he dado cuenta que la hazaña semanal ha sido un 10000 ;p...por abril o así supongo que os contaré que tal me van las millas.
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