Y a finales de julio apareció una oferta por la que, si te inscribías al UTR, te descontaban cinco euritos. Y, claro, no es lo mismo tirar a la basura 50 paunds que 45. Y me inscribí.
Ya se nos había caído algo de dinerito en carreras: Espadán, Nogueruelas, Gátova, Alcudia de Veo, Transvulcania, Occ, Mamova, Vielha, Soneja...y algo más que se me escapa, así que, a tres meses vista, parecía un buen reto para volver a acordarse de lo que era ser un corredor de montaña o, por el contrario, un buen sábado para hacer la donación mensual periódica a carrerasquenovoy S.A.
Así que ya estaba todo listo. Lo primero era saber dónde era la salida: a dos horas de carretera, en Castielfabib. Y la hora: las 6.00. Descartado el despertarme a las tres, -más que nada porque luego me duermo, me pillan doce radares y pierdo el macuto en la salida- la cosa estaba en buscar algo de alojamiento la semana previa a la carrera. Con tiempo. Bueno, con baño y una cama cómoda. Con tiempo también, pero no era lo importante. Badumtchisss.
El tema logística controlado -ejem- y el de entrenes...pues también, ya que alguna salida de 20 kilómetros llevaba con lo cual era simplemente como si se diera cinco vueltas a aquel circuito. Nada grave. Salvo que se me olvidó poner que no llegué especialmente divino al acabar. Ni mis pulmones, ni mis piernas, ni nada.
Sigue gustándome poner dibujos de Peppa Pig cuando no tengo ningún tipo de imagen para mostrar, así que tomad.
Y para preparar el UTR, además, decidí que venía bien, además de las salidas de media hora por el río lo más rápido que podía (qué mal está haciendo los tramos del Strava, por favor) pues hacer un 10.000 en Catarroja la semana previa. Hacer más monte sería sobresaturarme, que para eso llevo menos de 400 kilómetros en lo que va de año...
Así que pagué...y fui. Suenan las fanfarrias. Sí, puedes releer: pagué y fui. Y vi a Isaac antes de la salida. Y calenté antes de la salida. Y en Benifaió, hace un par de años, hice lo mismo. Pagar, calentar y ver a Isaac y ahí me rompí el sóleo en el catorce.
Una señal?? Una premonición??. Qué va, era para darle emoción, así que 19.00. Pum. Salida. Curva cerrada. Baja cabeza, que hay un árbol -si es que la cabra tira pa'l monte-. Adoquín. Recta. Primer kilómetro a 4'00''. Luego a 4'03'', 4'06''...regresión activada hasta que la mantengo en los 4'20'' hasta el kilómetro 7,800. Ahí se...os acordáis que vi a Isaac y calenté??.
Pues ahí se cargó el sóleo.
E hizo crack. Y con ese crack se me fue el sueño de hacer algo digno en el pueblo que no conozco a nadie salvo a tres vecinos. Y con ese crack se me hicieron añicos las opciones de acudir al Rincón.
Así que el sábado, a las 6 de la mañana, cuando se dio la salida...había uno que no estaba. Y la víspera, al crack del sóleo, le acompañó otro crack. Y de este segundo crack va a costar mucho más recomponerse.
Así que, bueno...perdón por el retraso :)
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