El otro día, mientras bajaba por enésima vez del mirador de Mireia -y no encontrarla- llegué a la conclusión que me repetía más que el Emery diciendo que el no ganar era culpa suya. Y, claro, me dije a mí mismo que no quería ser Emery. Para lo cual, a la primera que pudiera, huiría de Serra, Segart o Santo Espíritu.
Así que el primer día...a Segart!!!. Dios, todo tiene explicación, había que iniciar en esto de andar por el monte a Paco y Sergio y había que llevarles por algo conocido y con almuerzo en meta. En ese sentido, Segart es como apostar a que España no gana Eurovisión, esto es, un valor seguro.
Nos plantamos en el segundo día posible. Para más señas, hoy. Tenía información de primera mano suministrada por mi contacto enguerino -o como se diga-, Angel. Lo primero que me dijo es que estaban en fiestas y que se iba a poner fino esta noche pasada. Kilómetro cero de la ruta y ya hay una baja. De todas formas, agradecerle la ruta, indicándome que yendo a la Fuente de La Mota, tenía un amplio abanico de opciones. Total, no soy de allí, me voy a quedar igual que el e elevado a equis integrándose en una fiesta (chiste de matemáticos...nunca lo entendí). ;p.
Total, hay que buscar la dichosa Fuente. Están en fiestas, cierto. Hay atracciones por la calle, hierros de esos de encierros y vasos de plástico, cubalitros por el suelo. Señal de que están en fiestas. Por momentos, la Fuente de La Mota se convierte en la p*t*Fuente de la Mota. Que angustia dar con ella.
Tras varias indicaciones, llegamos. Viva viva. Ahí ya hay marcados senderos. De todas formas, un par de caminantes dan las primeras indicaciones, pista para arriba ya hay sendero...pues para allá vamos. Pronto nos encontramos una bifurcación, pista o sendero. En el sendero, además, pone Campanilla, vamos, piensas en Peter Pan si eres niño...o en Julia Roberts si ya has crecido. Vale, ahí de cabeza.
Senda muy rodeada de vegetación. Es diferente a lo conocido, sí. Total, seguimos para arriba. Llegamos a una casa que podía ser de la Heidi. Joer, con lo poco que me gusta pasar junto a casas, y ésta te la encuentras de frente. Vale, no hay chucho. Sigamos. Pronto nos aparece la opción de coger la Umbría del Sastre o dirigirnos al Castillo.
Como está de moda eso de los sastres, pues habrá que ver que es eso de la Umbría. Otra senda entre una pinada no muy complicada. Finalmente, se sale a un cortafuegos. Aquí la señal está borrada...opciones: para arriba, para abajo o volver. Pues para arriba, si es muy larga, me vuelvo y listos.
Aquí es donde toca frotarse los ojos. En mitad de un cortafuegos, a más de 5 kilómetros de una carretera asfaltada aparece ante mí...una bicicleta de carreras!!!!. Está claro que es de algún ex-ciclista, más que nada por el dicho: cuando uno deja la bici, se dice que la cuelga...y ésta estaba colgada de un pino. Scully?? Mulder?? estáis ocupados??...no??, pues venid y explicarme esto, anda.
Bueno, la bici -una Orbea- está con la llanta delantera rota. Así que sigo. La avaricia me ciega, así que la bici la dejo ahí pensando que un poco más adelante igual me encuentre un coche, un chalet o mi propio 747 colgado de otra rama. Finalmente, acabamos el cortafuegos. Salimos a una pista. ¿Aterrizará aquí mi avión soñado? ja ja ja. A la izquierda se ve un hito. Zuuuuummm, para allá vamos. Se ve Anna (el pueblo, no la qurnicoba), Quesa, Chella, Ayora por el otro lado...Desde aquí, en días claros se ve la costa. Nos quedamos con las ganas.
Volvemos sobre nuestros pasos, seguimos de largo y no cogemos el cortafuegos. Estamos en el Alto de la Plana, parece. Ahí una pista que tira para bajo...así que la seguimos. Queríamos ver un repetidor que se veía desde el hito...pero el nene se coló de pista. Total, que bajamos. Empiezo a darme cuenta que han hecho una carrera -no sé si a pie o en bici-...y han debido suponer que los plásticos se nimetizan bien con el entorno. C*br*n*s!!!.
Seguimos por la pista y aparece un desvío hacia la Peña Tosal, a cinco minutillos. Vamos para allá. Fabulosa idea. Sí. La senda desaparece pues será por aquí, o por allí, o por allá...total, en una de esas, intentando saltar un escalón...el pie de apoyo pierde tracción y golpetazo en la rodilla. Digo ay, y aparecen dos cabras. Jose, sal de aquí rápido. Hacemos campo a través -en dirección opuesta a las cabras- (no sé quién de los dos -ellas o yo- tira para el monte) y volvemos a la pista descendente.
Así que nuevamente...en la casa de la Heidi. Siguen en fiestas. No ha vuelto. Ahora sí, habrá que ir acabando pronto. Vamos al Castillo y bajamos, va. Antes de llegar, una indicación de Poblado Ibero de Lucena. Un poco más de culturilla no está de más. Piedras de los Iberos, una explicación en un cartel...y más plásticos de la dichosa carrera. Se me escapa otro c*br*n*s. Espero que solo hicieran esa edición.
Ahora sí, volvemos al Castillo. Lo ascendemos. En este, al igual que en Serra, no hay princesa ni nada parecido. Bueno, hay una catapulta, que es lo más parecido. Vemos Enguera desde ahí arriba. El coche está ahí abajo...pues a por él. Un kilometrin de descenso y listos.
Los últimos 150 metros son los únicos de asfalto que cojo. ¿Qué hacía una bici de carreras colgada de un pino?
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Mapa y perfil:
Jose jugando en la catapulta:
me ha gustado la foto, mu chula. y la catapulta de tus dimensiones
ResponderEliminarSí, ahora estoy papeandome todos los bricomanía para ver si sale el famoso "construye tu propia catapulta con dos tiradores blablabla"
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