Y el reglamento del MIjC se acababa de publicar (aquí, para más señas). Y era el martes por la noche. E Isaac me wasapeó. Y me preguntaba qué hacía mañana. A las 8.30. Y yo, inscrito para Meliana y su terrible 10K de asfalto, le dije que me estaba concentrando. Y me cambió los planes..."tienes un dorsal para Gilet". Solo habrá un pequeño cambio. Dejaré de ser jose para ser Luís.
Y dejaré de despertarme a las 8 para hacerlo a las 6.15. Este cambio me j*de un poco más, ciertamente. Y eran las 6.15. Y sonó el despertador. Y dormí fatal. Y no desayuné mejor. Y recogí a Isaac. Se confirma que, en una de cada dos carreras, le recojo a la hora pactada. Y nos fuimos a Gilet. Y hablamos de nuestras cosas. Y de lo poco que se veía. Era de noche y tal. Y cuando se pudo ver algo, esto fue un cielo cubierto. ¿Lloverá?...oremos, que Luís solo lleva lo típico para una carrera a principios de octubre...0 de abrigo.
Aparcamos a tomar por c*lo. A Isaac y la preparación de su ultrafondo le viene bien. A mí me da igual. Sigo supermotivado: sueño y estómago mareado. Vamos por los dorsales. Esto es fácil: vas, miras tu apellido en la lista y el número asignado. La complicación es cuando tu apellido no está. El de Luís no está. Pequeño inconveniente. Hablamos con incidencias. Igual puedo correr...soy duda.
Yo me muestro franco. Inauguro un pantano. No, perdón, quería decir que, dirigiéndome con total sinceridad a Isaac le comento: "oye, nos conocemos, que si quieres que te traiga, yo te traigo, pero que no hace falte inventarse bulos" guiño guiño ;p ;p.
Nueve menos cinco (cuatro, de toda la vida). Mesa de incidencias. Nos lo arreglan. Bueno, que te den el dorsal cuando no te apetece correr no sé si es un arreglo. Te despides de los doce euros (y de los de Meliana) y de los posibles almuerzos que podían acarrear...Lo que está claro es que dejo de ser Luís para ser jose. Esto es un lío. Dejo de ser duda, pues.
Así que, de momento, posaremos solo los tres: Isaac, Luís y jose.
Y que espaciados estamos en la foto. Normal. Todos. Y todos es todos. Todos están por delante nuestro en la salida. Y la dan. Y me quedo mirando la bengala. Concentración máxima, sí. Y salimos trotando entre medio millón de senderistas que no lo hacen. Estamos pillando el tapón en el metro 5. Siguiendo con el increíble proceso de concentración decido encender el gps al minuto o así. Ni idea, no me preguntes.
Rodamos por asfalto. Para estirar el grupo. Vemos a Inmas y Plazazolas por un tubo. Nos amoldamos a su ritmo. Y, a la entrada de la tierra, nos amoldamos al ritmo del taponaco que hay. Y la complejidad para que éste exista es nula. Es una senda y tal...pero ya. Empiezan a caer minutos. Y si nos hacemos fotos, pues más.
E igual nos relajamos mucho al principio y pasa lo que pasa. Los de delante corren, nosotros disfrutamos de una ruta senderista. Por lo menos ya no hay tapones. Simplemente hay una hilera interminable en una senda en la que hay fuerzas para adelantar...pero no espacio. Aguantamos. Y sale el sol.
Y en la primera hora caerán casi siete kilómetros. Y lo duro está hecho. Aparte de madrugar, claro. Y cambiamos la táctica. Ahora tiraré subiendo. Y él tirará bajando. Y cada vez nos vemos mejor. Y vamos cogiendo gente. Y dejándola. Y nos hacemos menos fotos. De hecho, ésta no sé de cuándo es.
Y tras el repecho en el que, la última vez que pasé solo, me encontré a tres muchachas, junto a una cruz, cogidas de la mano haciendo un bonito ritual (glups)...ya esperábamos la última subida. Subida matadora -y conocida- que no apareció. Y como estábamos en mejor forma que el año pasado y el recorrido se suavizó...pues batimos la marca. Y el año que viene, pues la volveremos a empeorar, que si no, se crea una tendencia muy peligrosa...
El track está aqui...y éste es el perfilucho:
Pues eso, carrera entretenida con un recorrido atractivo a la que solo le pido que, cada cien metros, se ponga una cinta -aunque sea un tramo recto-.