sábado, 25 de mayo de 2013

Volta a un cachín del Terme de Fondeguilla

Y la salida era a las seis. Y me desperté a las cuatro. Y me puse las zapatillas que tocaba. Y llegué con tiempo a por el dorsal. Y ya llegué más justo a la salida. Todo no puede ser, ya ves. Y salí del final...porque si llegas a las seismenosdos (=4) pues eso, es lo que pasa. Y mientras esperaba a que el teléfono cogiera la señal, dijeron...pum. Por cierto, estamos en Fondeguilla, en su encantadora Volta al Terme (34 kms y tropecientosmil metros de desnivel para un término que llanito, llanito...no es)

Y cuando conseguí guardarlo en el bolsillo del pantalón ya iba el último. Y último iba en la CSP. Peligrosa tendencia, sí. Y dije, c*ñ*, qué crónica más c^j*nuda me va a salir. Todo muy épico y tal. Y la bajada era por asfalto. Y a diez metros de pillar el tapón del muro la rodilla dijo que ella también quería su parte de la historia.

Si estaba bien. El jueves hice ocho. No me puede molestar en el dos. Es matemáticamente imposible. Bueno, ahora con la nueva ley del Wert igual sí. Y subimos el muro. Y no se quejó. Y trotábamos. Y la rodilla ponía mala cara (esto te lo dejo a tu imaginación). Y subíamos. Y ahora nada. Y trotábamos. Y se quejaba algo. Y coronamos.

Y bajando molestaba. Y quedaba un mundo. Y un avituallamiento, pues me pone un agua doble. Y volvemos a subir. Y se queja menos (sube, sube que a mí me da la risa...ya te mosquearé bajando). Y me empiezo a oler el final. Hasta corro en las subidas. Y cuando, por fin, estoy a 30 metros del culo de la Manoli. Bueno, y del resto del cuerpo, empieza una bajada.

Pisada 1: molesta, pisada 2: molesta, pisada 3: molesta...adiós Manoli, adiós. Adiós todos, adiós.

Siete kilómetros, solo siete. Ahora mismo, la rodilla a la que maltraté en la CSP no me deja hacer más. Y como le debo una de hace dos semanas...esta vez sí, descansará.

(jijiji, lo que no sabe son las etapas en bici que le esperan, jijiji)

Ah, que me vayan apuntando para la trigésimotercera (814 puntos en apalabrados) edición, que voy :)

Gracias a los voluntarios que se pegaron una carrera para darme la camiseta que no me había ganado. Bueno, ahí está. Detallazo, sí :)

domingo, 12 de mayo de 2013

CSP115: la carrerita del día que el barça ganó la liga, resumiendo

Ya llegó el 11 de mayo: el día que se celebraba la MiM -con sus 63 kilómetros- y la CSP115 -con sus 118- que enlazaban la Universidad Jaume I de Castellón y Sant Joan de Penya-Golosa. Ahí arriba. A las seis de la mañana se dará el inicio a ambas carreras, que son el objetivo de mucha gente, así que en las horas previas se observa allá por donde mires tensión, ganas,  nerviosismo...

No, un momento, en todos los lugares no. En Catarroja, hay un iluminado que corre en la CSP115 que se despierta a las 5.05. Es el mismo iluminado que había quedado con Isaac a las 3.50. Los números, por momentos, no cuadran. Al final va a resultar que se ha dormido ligeramente el muchacho. Como Isaac no ha tenido a bien esperarle una hora y cuarto -ya ves...- llega el momento de centrarse. Esto es. Saber dónde c*j*nes está la salida y esas cosas. Isaac, ya en Castellón, me indica CV10, salida 18. Fácil. Solo que el tiempo corre. Me pongo unas zapatillas, cojo trastos, una bolsa de palmeras y vamos a intentar llegar. No sé muy bien dónde, pero vamos.

Respetando los límites de velocidad establecidos, esto es, a una marcha de 60-65 km/hora nos plantamos en el parking de la UJI a eso de las 5.55. Cojo trastos, corro dando penica buscando los guardarropias y les doy los dos macutos -uno para Culla y otro para meta- a los conductores de los autobuses. Soy el dorsal 2377, mi dorsal lo tiene Isaac...sí, uno de los que ya ha salido y no tengo las etiquetas, apuntadlo porfi, blablabla. Vamos, como en las pelis americanas. Solo que, como se verá luego, esto es España.

Ahora toca ir a la pista. Me cruzo con todos los espectadores que han ido a ver la salida. Como ésta ya la han dado, pues se van. Normal. Salto la valla. Nunca ha sido mi especialidad. Confirmado. Y voy a empezar la carrera cuando me llaman los jueces. A la Infanta no le llamarán, no. A mí sí. Hago la larga, dorsal 2377, mi dorsal lo tiene Isaac...sí, uno de los que ya ha salido blablabla. Le enseño la manta térmica, pongo agua en el camel y empezamos.

En la pista solo hay plantas del desierto que van de lado a lado. Vamos, que ya han salido todos (menos uno). En plan héroe salgo disparado por el tartán. Parezco un etíope entrenando los 10000 metros. Qué plasticidad. Qué elegancia. Una vez llevo 50 metros vuelvo a ser yo. Puah, y la salida de la pista está todavía en el otro lado...ays. A ver si dejan de mirar o me voy a morir aquí...

Rápido empezamos a coger a gente. Y aire. Buscamos tranquilamente el tapón de la cantera. Y lo encontramos. Y lo disfrutamos. Y más aire. A estas alturas ya me he dado cuenta que, con las prisas, puede que no cogiera las mejores zapatillas para una carrerita de montaña como ésta. Creo que con algo más de dibujo ha ganado Alonso en Montmeló...


La carrerita es de 118 kilómetros y llevamos seis párrafos para los cinco primeros. Poneos cómodos, por favor. Ah, no, abrevio, abrevio. Llegamos a Borriol. Hola Alfonso. Adiós Alfonso. Buscamos la subida a la Piedra. Encontramos antes otro tapón. 1500 corredores en la MiM y 600 en la grandota igual masifica el asunto. Pero solo un poco. Subida senderista y seguimos desayunando en el avituallamiento.

Más trote, más senda, más kilómetros. Nos acercamos al segundo avituallamiento y encuentro a Isaac. Y con él, mi dorsal. Y con mi dorsal sus imperdibles. Creo que no hay palabras en el mundo para explicar su paciencia y agradecerle el favor...así que le ataco xD. Aprovechando que la delegación duristorarística  en el MiM está por ahí, pues hacemos marcha. No terminan de coger el concepto que si me pongo a contar historias es que no puedo con mi alma. Así que más de una vez haré la goma. Cada párrafo son diez kilómetros. Llegamos a Les Useres. Pedazo senda de subida. Avituallamos. No hay sensación de masificación. Qué vaaaaaa. Empiezo a perfilar con Nere y Paco (Xufero) lo de que me he dormido y tal y cual. Se lo creen. Tengo otros rato para seguir perfilándolo y conseguir un auténtico bestseller.

Buscamos Torrecelles. Empieza el MiM. De Les Useres saco la misma conclusión que con Aín...no me compraré allí una casa. La cosa coge un poco más de pendiente pero la marcha de todos es bastante buena. Como se han puesto las botas en el avituallamiento, aquí no me descuelgo tanto :). Subimos, bajamos, subimos y nos plantamos en Torrecelles. Incluso posamos. Click. Aquí los caminos se separan. Así que con un suerte a todos me voy a buscar Atzeneta.




El tramo hasta Atzeneta es bastante cómodo. Tanto que, mira, ya hemos llegado. Estamos más o menos por el kilómetro 50. Raquel está por ahí y le hago un encarguito para el siguiente punto que le vea. Duele. 

Mirando el perfil, ahora toca ir a Benajudas, perdón, Benafigos. Pone que está en lo alto de una montaña. Menuda gracia para el que le tocara subir las piedras...De piernas voy bastante bien, pero en los tramos que hay un poco de pendiente (0,1% o más), no me apetece trotar. El subebaja por el que estamos se acaba en el 60. Pared de las que duelen. De las de mira el suelo y no mires lo que queda. Y tampoco mires abajo. No hace falta. Buscando el avituallamiento cae una gota, dos gotas y mil gotas. Está progresión solo quiere decir una cosa...chaparrón!!! Comemos un poco de paella y sale el sol.

Y ahora bajamos al barranco del río Monlleó. En ese barranco nos cayó un agua importante en el ultra de Albocásser. Cada vez que paso por ahí, llueve. Soy como una falla en Valencia. De todas formas, el paso por el barranco se reduce a atravesarlo y, casi sin tiempo, empezamos la subida a Culla. Novedad de esta edición. La subida es dura pero se hace bastante bien. Un poste de PR indica que en cien minutillos estamos en Culla. Así que ya sabemos lo que hay...paciencia. Vamos por el 65 o así...Una vez acabada la parte dura, pongo cara de sufrimiento. Click.





Camino de Culla se confirma lo que pasó en la bajada anterior. En la rodilla izquierda empiezo a sufrir unos pequeños pinchazos que hacen que, prácticamente, no pueda trotar tramos de más de 30/40 metros. Pequeño inconveniente. Llegamos al control de Culla, comemos macarrones y buscamos la bolsa para coger los gofres y las chuches que había puesto...pero la bolsa no está. Cawen. Bueno, igual está en meta...tampoco es tan grave. Me fastidia más lo de la rodilla, por ejemplo.

Y volvemos a bajar al Monlleó. Y troto y ando. Y troto y ando. De piernas sigo yendo bien...pero me duele. Pues ahora paro y echo un pis. Guarrete. Estamos en el kilómetro 76 y en el primer paso que doy para reanudar la marcha el pinchazo se convierte en punzada. Ahg. Éste ha dolido. Bajo al barranco con la esperanza que sea puntual y, al coger la marcha de andar, desaparezca. De momento ya le ofrezco un pacto a la rodilla...no corro ni troto nada y tú no te quejes. Las risas de la rodilla creo que aún se oyen...

El barranco del Monlleó siempre lo he visto lleno de piedras. Pues bien, se llama así por el río Monlleó (nombres claros, sin duda) y ese río va a haber que atravesarlo para poder seguir con la carrera. Y el agua, fresquita, te llega por encima del tobillo. Lo único bueno que sale es que, en la subida siguiente, la rodilla no se quejará...un rato.

Y en la subida me defiendo, pero en los llanos trotables solo me queda dar ánimo a los que me pasan. El objetivo inicial de las 20 horas es inviable desde las cercanías de Culla. Y las 21 también. Y las 22. La jodienda del pinchazo ahí abajo es que el siguiente avitullamiento con posibilidad de retirada está en el 91. Y hay que llegar. Y se llega a Vistabella a eso de las 11 de la noche, con lo que su nombre pierde parte del encanto. Haciendo un rápido resumen: quedan 27 kilómetros a meta. Y estoy lesionado. ¿Abandonamos y nos quedamos con la espina? o, de perdidos al río -id al párrafo anterior-, ¿nos liamos la manta a la cabeza, la acabamos y así no hay que volver?. Vamos a intentar llegar a Xodos, poco a poco. Ya hemos hecho quince joíos...pues vamos a hacer diez más.

Y llegamos medio bien. Avituallamiento, enfríamiento y volvemos al lío. ¿Enfriamiento?...sí, la salida de Xodos es dolorosísima -o como se diga-: estrellas en el cielo, estrellas en la rodilla a cada paso. ¿Es necesario?. Además, me doy cuenta que no vamos a subir por el Marianet. Y también caigo en que el agua nos cayó en Benafigos...antes cayó por aquí. Reconozco que de Xodos a meta no he disfrutado una p*ta m*erda. Pero nada. Dolor en la subida. Dolor en la bajada. Y andar, andar, andarrrrrr (si le pones entonación de king Africa estás igual de mal que yo, que lo sepas). ¿Consecuencia de tanto andar?...pues que uno se aburre. En mi caso es que uno se duerme. Y noto que, por momentos, voy de lado a lado de la pista con los ojos cerrados. De hecho, más de una vez me tocará parar y mirar hacia atrás a ver si me hubiera comido alguna cinta. Y eso cuando era en pista, que en senda me daba un poco más de yuyu por el tema de caerme terraplén abajo. Mamá, como te digo a veces, esto no era necesario que lo leyeras pero ...eso, que bromeaba...ejem, ejem.

Y los kilómetros se supone que pasan. Y la pista no se acaba. Y es recta y de subida. Y me duermo otra vez. Pero es que es un asco...si me paro a dormir un ratito -ja, como al despertarme esta mañana- luego no hay forma de ponerme en pie por la p*ta rodilla. O sea, estoy lo que vulgarmente se conoce como j^dido. Y con sueño.

Y cuando por fin se acaba la pista, empieza la senda final que nos lleva a meta. Y pasamos el 115. Joe, dicho así son unos cuantos. Y si dije que no me lo estaba pasando bien...aquí, menos. Lo que no está enfangado está con unas piedras blancas que resbalan al contacto con mis slicks. Y entonces oyes al speaker y te animas. Pero, de repente, no le oyes y te encuentras mil piedras de ésas. Y crees que nunca saldrás de ahí. Y entonces lo vuelves a oir. Y nuevamente se hace el silencio. Y por dentro pides clemencia...dejadme acabar en pista que estoy reventado no, lo siguiente.

Y acabas en asfalto. 100 metros. Y te aplauden. Y solo puedes aplaudirles. Y ves que has estado un día y nueve minutos por el campo. Y que no puedes con tu alma. Y que la carpa de los macutos está arriba. Y que vas y no está. Y que te dicen que bajes y preguntes por la encargada. Y bajas. Y vuelves a subir. Y creo que estoy haciendo la CSP120 con tanto viajecito. Y el macuto no aparece. Y que a quién se lo he dado. Y cuándo. Y te quedas con las dudas de si se lo he dado a alguien que estuviera robando en el autobús. Y que llame el lunes. Y ya hecho de menos mis zapatillas, mi sudaduris, mis chanclas. Y que el autobús sale a ymedia. Y que me esperan -gracias-. Y al rato, estás ya en la UJI y te das cuenta que no puedes andar...

Pero la resolución de esto se queda ya para el próximo episodio