Ya las cosas no empezaban del todo bien en la feria del corredor. Tras un cuarto de depósito fundido para poder aparcar, llego a las listas y les pregunto cuál es la capital de Uzbekistán...y van y me la contestan. Bueno, me he desviado un poco, que eso, que llego a las listas, las otras, y mi bonito nombre no se halla en ellas. Pequeño inconveniente, así estará jodidillo que me den el dorsal. Igual era una señal para no correrla. Pero vamos, si no le hago caso a las señales conduciendo (a ver si así me quitan de una p*t* vez los dieciocho puntos de las pelotas -nunca mejor dicho-), se lo voy a hacer a ésta...total, si hay 3505 inscritos, el jose será de la partida con el 3647. Mágico, ¿verdad?.
Como la salida es a las 8y30 y es en la Alameda, decido muy sabiamente -irónico- ir andando con toda la rasca que hace. Una media hora más tarde me pongo a saludar, posar, hablar...lo típico antes de una prueba de esta magnitud. Calentar no vayas a calentar, que tienes 42 kilómetros por delante para ponerte a tono. Así que, pum, salida. El objetivo iba a ser moverse entre los 3:35 y los 3:45. Horas más tarde, superaría todos esos registros. Si dicen que los records están para batirlos, es por gente como yo...
Primer kilómetro a 5.30. Bueno, es el primero. El segundo, un poco menos. Bueno, es el segundo. Sí, es el segundo pero el de las 3.30 está cada vez más lejos. El tercero ídem. El pulsómetro está de fiesta y no baja de 170. Uy, que bonito, el puerto. Kilómetro cinco y el grupo del 3.30 está medio minuto por delante. Bueno, no es mucho. Podía ser más...y lo sería. Como no hay mucho más que contar del trayecto, tan bonito por Serreria, Blasco Ibáñez, Aragón...nos plantamos ya en el 10. En el 10 ya me voy 1'15'' por encima y las pulsaciones siguen haciendo la conga. Posamos un par de veces más, llegamos a Colón y llegamos al muro, creo.
Aquí es donde empiezas a pensar que igual el exigente plan de entrenamiento seguido no nos va a llevar a buen puerto (kilómetro 3 y 34 -risas-). Pero también piensas que, en teoría, donde tendría que querer morirme es en la segunda parte...y no en el 12!!! Vamos, que salir a rodar 10 kilometrines, psche, vamos, sobrado -iba a decir con la punta, pero como igual queda algo grosero, mejor me lo ahorro- y luego, ya, cuando diera el bajón pues a solventarlo de la mejor de las maneras.
Toda la teoría a la merdé, por supuesto. Nos plantamos en el kilómetro 12 donde los del 3.30 ni se les ve (estarán por meta ya), las pulsaciones empiezan a bajar. Esto último, en teoría es bueno. Lo malo va a ser que de 160 no volveré a pasar hasta el 41. Casi nada...
Por otra parte, ojeando por foros y tal, parece ser que el tiempo muy soleado como que no, pero que lloverá a la una. Ja. Las 9y45 no es la una. Da igual. Llueve. Bien, esto va cogiendo puntos (llamadme pesado, sigo prestando 18) para ser la maratón ideal. Llueve y me quiero morir.
En el IVAM está mi mamá esperando que su retoñín le dé buenas noticias. Voy bien mamá. Sí, muy creíble. Lástima que los Goya los hayan dado ya, sino me llevo uno.
Si del 5 al 10 me lo fundí en una línea porque el trayecto no daba para más, imaginaros lo que os puedo decir desde el 15 (donde son ya 3 los minutos que me dejo con los del 3.30), hasta el 29: Maestro Rodrigo, Pio Baroja, Bulevar para arriba, hey, Bulevar para abajo, hey, túneles...Así que, haciendo de tripas corazón, contaré algo: en el 18 ya veo a los del 3h45. El objetivo era de 3:35 a 3:45...¿lo cambiamos?.
El kilómetro 20 se va ya por encima del 1h45. Los primeros 25 eurines del maratón, esto es, la media, la paso casi en 1h52. En efecto, esa manada que se oye por detrás son los 3h45. En efecto, esa manada que se va por delante son los 3h45. En el tramo del Bulevar, además, me cruzo con los de las 4 horas. Betandwin, unos fieras, lanzan por un muy breve tiempo, la posibilidad de pronosticar en qué kilómetro me pasarán. No tardarán mucho, dos párrafos si cabe.
El 25, que bonito es el 25. Día de mi cumple, día de navidad, día que pago la letra del pisete...y llueve. Sigo cansado -de la ostia- y llueve. Ya estoy por encima de las 2h14...y lo que queda. Fabulosa la idea ésa de apuntarme al maratón porque luego veo la raya (que encima no la pusieron hasta el sábado, vamos, que no la iba a ver) y me da envidia. Vamos, lo del circo y los enanos se me queda corto. El maratón, en contra, largo, larguísimo...
Pasamos dos túneles. La parte más bonita del maratón, sí. Además, tooooodos los gps pierden señal. Pitidito. A estas alturas, el pulso ya no pasa de las 150. Imagino que si sigo en la misma progresión, puedo llegar a meta con una o dos pulsaciones por minuto porque no falta ni ná para llegar. Torres de Serrano: hola mamá, sí sigo igual de bien. Mi hermana pone cara de no creérselo; mi cuñado, imagino, se desc*j*na. Sigamos. Posamos. Si ves una embarazada que te hace una foto, hay que posar. Si encima vas en las condiciones que vas, hay que posar. Se corre el riesgo, eso sí, de no poder seguir. K30: 2h43'.
La meta está tan lejos, y tan cerca. Vamos, que cruzas el puente así, equivocándote y te plantas en el otro lado de la Alameda y voilá, fin del sufrimiento, la crónica y toda la pesca. Sigamos. No hay más cámaras, así que toca pseudocorrer. En el 32 el grupo de las 4 horas me dice hola...y adiós. Estoy peor que el madrid en Alcorcón y mira que es difícil. Nos plantamos en el 35. Son ya 3h15' corriendo.
Y claro, tanto correr no es bueno, descansito. Reconozco que me apetece andar y ando. No me apetece contarlo, pero lo hago. Al desgaste físico se le une el psicológico. Vamos, estoy hasta la ... sí, hasta ahí. Y quedan 7. Arco de Pindaro, foto. Serrería, otra foto. Como alguna salga movida, culpa mía no será, aviso.
Blasco Ibáñez: se me aparece Don José (Josep1) en su bici. Reflex o Aquarius?? me ofrece. ¿Qué está más bueno?, pues de eso. K38 y ando bebiéndome un pedazo bote de Aquarius. Podría trotar pero solo me falta que me ahogue. Me lo acabo y a seguir. Joer, es larga la avenida. Solo eso debe ya bastar para no hacerla más larga, así que que dejen el Cabanyal como está.
K39, me coge un grupito que lleva el nombre de una web. Como hay tres tías, no me fijo en el nombre. Lógico. Hay buen rollo, un par de chistes y seguimos. En el 40 (3h50), recupero algo de vida o ellos pierden parte de la suya, porque se quedan un pelín descolgados. Volvemos a Blasco Ibáñez. Todavía quedaba avenida. Joer, que aumenten el Cabanyal y le quiten metros a la calle ésta.
Vaya, ahora mismo me doy cuenta que el gps me ha marcado casi 43 kmos, así que igual las distancias no se corresponden con el tiempo empleado. Mira, me da igual. Problema resuelto, ha sido fácil. Sigamos, que estoy llegando a meta. 41. Ay. Casi 42 hola mamá, ahora sí que me noto un pelín cansado. Pero bueno, aquí ya no hay pitos de coches y sí aplausos. Los 41,800 kmos de penuria, calamidad y otras miserias son una minucia comparado con este último homenaje que me voy a pegar. Recupero un trote alegre (162 pulsaciones!!! halaaaaaaa) y encima no hay nadie por delante, así que toca sonreir, poner buena cara y que me quiten lo bailao. 3 horas y 67 minutos después. Pues eso, que he batido, pulverizado las 3h45...las 3h35 ni te cuento.
Las reflexión es rápida: 42 kilómetros son muchos. También es cierto que una preparación nula o inexistente ha de mostrar su ineficacia en la parte final. La parte final nunca son los 30 últimos kilómetros. Así que pondré como excusa el tiempo (solo me afectó a mí, al resto le hizo sol ;p). Vale, ya la he puesto.
Dulce paseo de vuelta a casa con unas piedras que tienen el nombre de pierna derecha y pierna izquierda y ale, a escribir. De esto parece que me canso menos...será cuestión de ir pensándoselo ;p
Nos vemos en Chella...