viernes, 24 de diciembre de 2010

Mira, no hablo de corredurías!!!

Y entonces...¿de qué hablo?

Pues no sé.

Bueno, aprovechad y pegaros ahora unos buenos atracones...que tenemos el resto del año para quemarlos.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Carrera Sierra de Chiva o pufffffmemuero

Un día después, los recuerdos de esta carrera son algo dispersos. Sé que me duele todo, el parte de bajas va desde todos mis músculos cargados (y es posible que, por solidaridad, alguno tuyo también), rasguños, algún que otro corte, tres uñas con las que homenajearé a Marilyn Manson y unas terribles ganas de ir a trabajar esta tarde. De fregar las sartenes...ni te digo. Mamá, hoy ceno en casa...

Siempre digo que lo más difícil en estas carreras es apuntarse. Una vez inscrito, solo tienes que correr para acabar cuanto antes y ponerte a descansar y pensar quién me mandaba a mí, perjurar que no haces otra de éstas, blablabla. Así que, como yo, nos juntamos en la salida un@s 200 loc@s. Unas palabritas en la salida con Manoli, con las hermanas Rovira y con Francisco (Ashaman), con el que, en una comparación cristianacatólica blablabla, sin quererlo ni beberlo me convertiré en la luz que ilumine su camino. Oh, añado.

Las 7. ¿Estamos todos?. Ni idea. Pum. Empezamos. Callejeamos, salimos de Chiva. ¿Qué nos espera ahí fuera?. Ni idea, no se ve. ¿No te dije que eran las 7?. Ays. "Mira, por ahí volvemos, que es un sendero marcado con luces intermitentes". "Uy, ¿y ponen las luces ya?". En efecto, gritos de atrás...."que es por aquí!!!". Podemos correr 8 carreras o 800 pero las luces parece que, al repartirlas, alguno estaba jugando con una pelota o algo. Ays. Reculamos. Cogemos la senda. Ostras. Momento lío. Ahora bajan los primeros por la misma senda diciendo que por ahí no es, que volvían a la carretera. Ufff. Nada, es por ahí. Subamos. Nada, la culpa del coche de policia, ya que abría carrera, tendría que haber subido el 308 por esa senda (risas). Ya no hay coches de policia como los de antes ;p. Insisto, es un chiste, espero no ser detenido por esto. Por la falta de gracia, sí, lo entendería, pero nada más.

Volvamos a la carrera. Llevamos un kilómetro y un párrafo. La descripción, ni de coña, será tan exhaustiva. Los primeros kilómetros son ascendentes por pista y un poco de senda. Sigo iluminando a Francisco y, para mis adentros, espero que salga pronto el sol y haga camino porque me va a reventar. Vamos, he preparado esta carrera con una salida de 28 kilometrines y una subida al Espadán, así que voy supermegasobrado. Mira, que rápido he acabado con la preparación. Mira, ya sale el sol. Francisco, dimito como foco. No sé si me oye, zuuuuuuum, ya está a 200 metros.

Bajamos un tramo interesante de pista. Perdón, bajamos una p*t*d* de tramo de pista. En efecto, ahí veo la señal del kilómetro 55. Pufffff. Abajo, el avituallamiento. 9,5 kilometrines en algo más de una hora. Bien, la cosa pinta bien. Sigamos. La carrera deja la pista y pasa a la senda. Ésta se llama "Malos pasos". Terreno irregular, inclinado, fangoso, inclinado, muy inclinado. El nombre le pega, sí. De momento vamos frescos, en un grupete y subiremos sin muchos sofocos, la verdad. Una vez arriba, se crestea y nos tiraremos para bajo en una senda algo complicadilla por la humedad, que deja las piedras un poco fresquitas y, sobretodo, resbaladizas. Acabamos "Malos pasos" con buenas sensaciones. Nos plantamos ya en los 15, llevamos una cuarta parte y unas dos horas. Por aquel entonces, los kilómetros salen por debajo de los 8 minutos con lo que la cosa va bien, francamente bien. Ya se j*d*r'*, ays.

Aquí, por arte de magia, ya me he quedado solo. Iré el 80 o así, eh, no penséis que voy a ganar o algo (si lo pensáis, os remito a la preparación que llevaba, que no superaba la línea). Que, por otra parte, es lo que prefiero, ni me agobio siguiendo al de delante, ni me estreso evitando que me coja el de atrás. A mitad de la divagación, en Castellón, dan la salida al maratón. Un pensamiento para ellos. En fin, sigamos. Ahora nos enfrentamos al tercer ascenso: la senda del Rincón de la Campana. La primera parte de la senda es entre bosque de pinos también con un poquito de inclinación. Como todavía estamos frescos -y solos- se hace bastante bien, sin momentos de agobio. Saliendo del bosque pasa la cosa tonta de la carrera. Y es que se ve una llanura y la diviso de izquierda a derecha, nada no se ve camino. Digamos que si fuera un reloj, empiezo mirando desde las 8 hasta las 2 y nada, vacío. A las 3, ahí está, una rampa del 19%. Fin del momento chistoso. A subir. Por ahí, además, está Manoli. ¿A las lectoras del blog se les pasa?.

Bueno, está ahí delante, otra cosa es que tarde veinte minutos en cogerla, pero ése es otro tema. Coronamos, bajamos por otra senda enfangada y resbaladiza. Manoli se alegra de verme. "Paco", "Paco" grita sin cesar. Parece Penélope llamando a Pedro. "Paco te odio". En efecto, a las lectoras de blog no se les pasa si tienes miedo ;p. "Quién es ese Paco??" pregunto (sin ganas de estar en su lugar). El que ha diseñado esto, me responde. Y yo, ah vale. Paco, te quedan cuarentaypico kilómetros de vida. Disfrútalos ;p.

Viendo el gps, sé que del kilómetro 20 al 21 (ya dije lo de los recuerdos dispersos), se sube algo con un 10% de desnivel, pero como no sé qué es. Pues paso de puntillas sobre el tema. Bueno, ya tenemos una tercera parte hecha. 21 kilometrines en menos de 3 horas. Andaremos sobre las 9. Bien, está bien. Lo firmo.

En el dorsal, tenemos el perfil serigrafiado. Aunque siempre nos queda haber preparado un poco la visualización mental de la carrera y tal. Paso, por supuesto. Así me va, añado. Bueno, ahora toca ya una subida respetable. La de los Cintos de Charnera. Antes, habrá un paso complicado por una senda que se saldará con una culada -doy gracias, que solo fue un tropezón, que la senda tenía terraplén de regalito- y un corte en la mano. Ahí, al tiempo, me doy cuenta que tengo uno en la rodilla. Pues no sé dónde me lo he hecho. En la rodilla. Pues no sé en qué lugar de la carrera me lo he hecho. Mejor, ahora sí queda de pregunta sin respuesta...

Nos ponemos a subir los cintos éstos. ¿Por qué les llamo así?. Pues porque son, para mi gusto, lo más duro de la carrera. Senda ascendente sin descanso, con alguna cuerda por ahí para que puedas subir y no te quedes abajo, incapaz, llorando...y todo eso en menos de un kilómetro. No sé una vez arriba, ligeramente desorientado, el gps pita, tras unos 300 metros de cresteo -llano- y marca el kilómetro en 19 minutos. Se acabó el sueño de los 8 minutos de media. Nos acercamos, terriblemente a los 9. Seguimos cresteando al tiempo que nos deleitamos -y así recuperamos aire- con las vistas. Esta será la última vez que saque la cámara para hacer una foto. Empiezo a notar, por tanto, que estic fet merda.

Control de dorsal, voy el 83. Oeoeoeoeoe. Quedan treintaypico kilómetros, ohhh. Sensaciones encontradas. Bueno, vamos a bajar y a enfrentarnos al terrible Yerbas. Terrible por la altitud, más duro que esto (los cintos), seguro que no es. Y si alguien pensaba recuperar en la bajada, que se lo haga mirar. Nuevamente, una bajada resbaladiza, enfangada blablabla. No hay culadas pero sí mucha precaución. El Rincón de Blanca, se llama la senda. No será por el color que te deja la ropa, creo. Una vez abajo, avituallamiento. Todos los avitualladores llevan ponchos y tienen una caseta de la que sale humo. Nosotros echamos humo y queremos ponche o lo que sea.

Parte II. Para a beber agua, va.

31 kilómetros. 4 horas y media. Buscamos el Yerbas. Al principio por pista con una capa de alquitrán. Luego, por senda, luego por un poco de pista. Ahí doy caza a la cuarta fémina. La subida al Yerbas es de gps (vamos, mirando la altitud y sin sulfurarse). Esto es, hay que subir a milypocos metros. Así que despacito y buena letra, pasito a pasito y tal. Después de los cintos, no estamos para hacer demostraciones. De hecho, nunca lo hemos estado. Se sube cómodo, llegamos arriba. ¿Cómo voy?, ¿cómo voy?...el 68. Y ahora sí, toca una bajada seca, que ya es algo. Solo con eso me conformo. De la bajada tampoco recuerdo mucho*. Es como cuando sueñas, que uno está tan bien que no sabe lo que ha soñado. Pues después de todos los marrones que llevamos en estos 40 kilómetros, en éstos tres de bajada la mente se toma un descanso.

*Rectifico, en el tramo de pista, vislumbro, a lo lejos, mi casa...La Mola de Segart. Sigo fet merda, pero paro y hago la foto. Ahora sí, vuelvo a no recordar nada. Y a no sacar la cámara más, palabra.

Solo sé que volvemos a la pista alquitranizada y ahí me encuentro a Javi, completamente destrozado muscularmente. Caminando desde el Yerbas, pide un coche. Ya han dado el aviso, pues más abajo sube una chica de Protección Civil. Por cierto, pienso hacerlo al final, pero la labor de Protección Civil es de diez durante toda la carrera. Animando, en los cruces, de todo. Perfecto, gracias chic@s.

Volvemos a la carrera, nuevo avituallamiento y nueva subida. Veo el dorsal y queda ésta y el muro del 55 (j*d*d* pista!!!) y algún que otro repechín. Pues esto van a ser tres kilometrines al 12%. Vamos, un dolor de piernas de narices, traduciendo al castellano. Ahí empiezo a notar que las piernas están compuestas, entre otros, por unas cositas llamadas músculos que me están recordando que llevaba un tiempo sin hacer fotos por algo. En efecto, por eso mismo. La subida es bonita, pero después de 6 horas, yo ya no quiero recrearme con las vistas, solo quiero acabar. Arriba voy el 64. Puf, que alegría...es que siguen faltando 20 kilómetros ;p.

Bajamos nuevamente. Otra senda seca. Vamos para abajo. Aquí se nos cae un compi. Le decimos que no hace falta que llame la atención, que si quiere que paremos, paramos...pero que no hace falta que llame la atención de esa forma, ays. Obviamente, es debido a que todo se arregla con chapa y pintura: un corte y unos calambres. Seguimos. Hacia abajo, las piernas no duelen, lo que molesta es el tronco, la parte alta. No sé, voy a 150 pulsaciones y tengo ganas de andar. Pero si ando, tardo más, así que troto lastimosamente que también vale. Esto lo aprovecha la gente élite para cazarme, oh. En efecto, la cuarta fémina y el primer local me cogen en el avituallamiento de La Máquina. Se llama así el avituallamiento, no me refiero a mí parando a comer, eh. Aunque bien pensado...

Sigamos. Comparto toda mi sabiduría con la chica. Te queda la subida del principio y a meta. En efecto, es un modo encubierto de decirle, anda, vete y déjame en paz que no puedo ni con mi alma. La chica es maja, no se va. Yo no lo soy, en cuanto puedo trotar, troto algo...total, me va a coger cuando quiera. Un par de repechitos y nos plantamos en la última subida (o primera bajada). Mecawenthemilk!!. Morirme quiero para estar tumbado. Afortunadamente, el cielo se ha cubierto. Otra cosa es ésa, nos ha hecho un tiempo de lujo, en pleno diciembre para hacer la animaladica ésta. Así que, como con Protección Civil, agradecemos a Maldonado el tiempo que nos ha hecho. Bueno, estábamos subiendo. Puf, uf, puf, uf. Seguimos. Puf, uf, puf, uf. Coronamos. Puf, uf, puf, uf. Avituallamiento. Y ahora a trotar. Jajajajaja. Trotar dice. Jachondo.

Lo que queda hasta meta, bueno, hasta dos kilómetros es lastimosolamentable. Lo que queda es bajada excepto un repecho, pero es que ya llega un momento en el que no puedo ni trotar cuesta abajo. Y mientras, coincido con un chaval de Benetúser, del pueblo de al lado, vamos, y me cuenta que ésta es su segunda carrera de montaña. Madre de Dios. Bueno, yo sigo muriéndome, la cuarta me vuelve a pasar. La pista se vuelve senda, le vuelvo a pasar. La senda se vuelve pista, me vuelve a pasar. Quedan 20 minutos de carrera, me lo dice...es un trote de 20 minutos. No puedo. Ahg. Sí puedo, pero lo que hago no es trotar. Bueno, andar tampoco. No sé qué hago, pero me muevo. Cogemos el asfalto. Queda nada, queda una senda, quedan dos kilómetros y me sigo moviendo.

En el asfalto hay una charanga, oyes la música, te animan, cambias el ritmo y todo, joer. Hago 100 metros que ni el Bolt ése. Se acaba la charanga, se me acaban las fuerzas. Oh. Empieza la senda. Jose, lo que has hecho en 62 kilómetros no lo estropees ahora. No lo estropeo, llego a la carretera. Ahora empiezo a pensar lo que estoy haciendo. Es mi blog, así que voy a ser j*d*d*mente egoísta -es que voy solo y tal-, estas sensaciones no son iguales al día ése que me pasé de turismo por Albocàsser, ni a las dos flamantes victorias en el MIjC (autobombo...de paso, si has llegado hasta aquí, vota en la encuesta majo/guapa), ni a coger el primer bus del GR o yo que sé. Esto ha sido terriblemente duro y lo estoy disfrutando el último kilómetro, bajo ritmo, controlo emociones...que no es que me vaya a llorar y tal, pero bueno, por si acaso pienso en chucknorris y se me acaba la tontería.

Ahora solo queda llegar. Pancarta de un kilómetro, el ritmo cada vez más bajo. O ponen otra vez la charanga o no subo el ritmo. Pues nada, a la marcheta, el objetivo es no parar. Cruzo calles, pasan metros, aplausos de las terrazas, de la gente, puño cerrado, gracias, lo siento, no parar es lo único que os puedo ofrecer, vallas, meta, mi nombre, crono parado. 9 horazas 8 minutejos y 25 (sin rima fácil) segundejos (por debajo de los 9'kmo jijiji).

Reflexiones: estoy muy cansado. Esto es muy duro. Las sensaciones al acabar son maravillosas. Una carrera de éstas lo vale todo por lo que sientes en el último kilómetro (siempre que no sea una subida de morirse ehhh). Estoy muy cansado. El tendón...¿qué tendón?. Ahora toca pensar en la próxima. O descansar. O no sé. Estoy muy cansado.

Agradecimientos: a todos los que han hecho posible esta carrera, esto es, al Club La Marjana de Chiva, al CXM València (Manoli, sé que no me volverás a hablar, pero hay que darle las gracias a Paco!! ;p), a toda la gente de Protección Civil, al mogollón de gente que se ha tirado un montón de horas en los avituallamientos y cruces (el primero llegó en 6horas y cuarto!!!)...a todos, gracias, sobretodo, por volver a sentirme corredor de animaladicas de éstas ;p

El perfil es éste tan molón de aquí abajo, y el track, pues le das al enlace y...voilá



lunes, 6 de diciembre de 2010

Subidita al Espadán...

Lo juro!!, que yo iba hacia Beselga o a Segart, a hacer el último largo antes de Chiva (salir a la montaña ya lo considero largo, qué se le va a hacer) y, de repente, aparezco aparcando en Almedíjar.

Y es que el problema de coger la autovía es ése: que te da por pensar. Y piensas, esto lo tengo ya muy pateado, ¿por qué no vamos a otro lado?...y el otro lado está ahí, unas cuatro o cinco salidas después. Así que, una vez en el otro lado, vamos a intentar subir al Espadán. ¿Por dónde?...por ahí. Luego, en oposición, está la versión que defiende la prensademadrí, y es que me voy lejos porque así empiezo tarde y corro menos, pero vamos, son minucias a las que no hay que hacer caso...

Haciendo un poco de historia recordamos que en el Maratón del Espadán, coronas el pico, bajas una senda, coges una pista, pasas por el Alto de la Mujer (aquí la Aído no ha metido mano todavía, parece...) y luego la senda de Almanzor. Dicho así, parece fácil. Pues la haremos al revés -es lo que tiene aparcar abajo-. La única duda que tenemos es...¿encontraremos la senda?.

Salimos. La ruta es muy corrible, por lo menos hasta llegar a la Fuente Almanzor, todo pista con bastante vegetación y tal. También muy bien señalizada con las marquitas blancas y amarillas de un PR que no se cuál es. Sinceridad ante todo. Bueno, que eso, una vez en la fuente, empieza el sendero. Todo muy verde y atravesamos un riachuelillo muy simpático hasta que metes la zapatilla dentro. Raro es, pero para mí será simpático...vamos, que no me mojé. Pese a entrenar menos que Guti, las sensaciones para arriba son buenas. De repente, llega la primera pared -un tramillo de ná- complicado, o sea, inclinado, y ahí empezamos a caminar para apreciar mejor el bosque que estamos atravesando...Luego irá otro, después otro más...de todos modos, muy complicado no es, porque en unos cinco (sí, cinco oeoeoeoeoe) kilómetros y medio, apenas llegamos a los 300 metros de desnivel de subida.

La senda acaba en una pista. Oropareceyplatanoes. No, en una pista de tierra. Ays. En fin, si coges a la derecha, acabarás en el Puerto de Almedíjar y si luego bajas por la carretera, por la tarde corres en Paterna y al día siguiente en Benicull...acabarás con una tendinitis rotuliana de cuidado. Por tanto, sabiamente, cogeremos la pista hacia la izquierda. Abandonamos las marcas de PR. El mundo no es perfecto...así que toda la pista es subida. Correteamos alegremente hasta que el pulso se dispara. Así que alternaremos trote cochinero con fases, cada vez más largas, de caminar.

Pasamos el Alto de la Mujer. Como yo soy tío, no me detengo y sigo para arriba. Pasamos ya los 900 metros de altitud. A unas vistas espectaculares, le acompañan, a ratos, ráfagas de aire -heladito, para variar-. Me parece que poco rato estaremos arriba...Ahora hay que estar atento a la derecha, a ver si aparece alguna senda. Emoción, intriga...

Emoción, intriga...expulsión de Albelda y 2-0. Esto es, que no hay mucha, porque la pista que seguíamos se convierte, de repente, en una senda. Y no solo eso, sino que siguiendo la senda, ésta confluye con otra y hay marcado en una piedra, una flecha junto con el lema "pico". Pues será por ahí. Cierto, es por ahí. Difícil, eh. Las piedras, un poco resbaladizas antes de la cima para añadirle un poco más de épica. Y coronamos oeoe.

Arriba, un grupo de senderistas de los que aprendo geografía...ahí está Pina, aquello es el Montgó. Nos recreamos un rato con las vistas. Siempre que había estado allí arriba iba con prisas, que se le iba a hacer...Un poco después, hasta luego y nos enfilamos para abajo. Ahora sí, bajaremos por la senda del Maratón. Un par de sustos en forma de...quetelametes y volvemos a la pista.

Y en la pista, pues poco que contar. Así que pasamos a la senda. Y en la senda, pues poco que contar. Los riachuelillos siguieron siendo simpáticos. Así que llegamos a Almedíjar. Y nada, que en dos horitas se puede subir -y bajar- el Espadán.

Así que la preparación para la carrera de Chiva (65 kilometrines) se limita a una salida por Serra, a una subidita al Espadán, un rodaje de unos 16 kilómetros de asfalto y algún que otro entrene de 6 a 9 kilómetros. Otra cosa no, pero descansado iré un ratillo ;p.

Hoy, aparte de saber subir al Espadán, hemos asimilado la rasca que nos puede hacer en el Yerbas, que está en el kilómetro treintaypoco de Chiva y que también supera los mil metrines de altitud.

Vamos a flipar.

Ah, éste es el track en el wikiloc y el perfilucho es éste otro